El brent cotiza por debajo de los 53 dólares. Cuáles son las alternativas que propusieron las petroleras al gobierno para amortiguar el impacto sobre el negocio de las retenciones a la exportación reestablecidas en septiembre. Incertidumbre de cara a la inversión en 2019.
El precio del crudo continúa bajando y el combo que conforma con las retenciones a las exportaciones amenaza con poner en jaque las inversiones en Vaca Muerta. El barril del Brent llegó a cotizar en septiembre a 84 dólares, pero desde entonces ha venido con una tendencia decreciente hasta cotizar hoy apenas por encima de los 52 dólares, su precio más bajo en 14 meses. Cuando a ese valor se le restan los descuentos por los costos logísticos, por la calidad del producto y los derechos de exportación que aplica el gobierno, el precio neto de exportación (export parity, en la jerga del sector) cae por debajo de los 45 dólares por barril, cifra que encendió las alarmas entre los productores. Concretamente, ese precio pone en riesgo el desarrollo de nuevos campos en Vaca Muerta.
Los derechos a la exportación ascienden a 4 pesos por cada dólar exportado para el caso de bienes primarios, según lo establecido por el Decreto 793 de septiembre de este año. Con el dólar cotizando en torno a los 39 pesos, según la cotización promedio del Banco Central de la semana pasada, el impuesto equivale a 10,1% sobre el crudo exportado. Sin embargo, para determinar el precio interno del barril de crudo, esa alícuota no se aplica directamente sobre la cotización del Brent (hoy US$ 52,80), sino sobre una cifra menor que aplica descuentos por costos de flete y calidad del crudo.
Por eso, en términos de proyección, dado que aún no es exporta crudo liviano de la cuenca Neuquina (el objetivo es retomar las ventas al exterior de la mano del desarrollo de Vaca Muerta), el export parity de petróleo neuquino ronda los 45 dólares.
Directivos de empresas petroleras con activos no convencionales se reunieron en los últimos días con funcionarios de la Secretaría de Energía, que dirige Javier Iguacel, y del Ministerio de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, para transmitirles su preocupación: con este nivel de precios, es posible que deban ralentizar inversiones en campos de shale oil.
Desde que se reestablecieron las retenciones a la exportación de crudo (que aportarán unos US$ 100 millones a las arcas del Estado en 2019, siempre y cuando el barril cotice, en promedio, a 60 dólares), empresas productoras y refinadoras de petróleo negocian cuál debe ser el precio del crudo en el mercado local. Las primeras defienden valores alineados con el import parity (paridad de importación) de petróleo y derivados, mientras que las segundas toman como referencia la paridad de exportación. Entre uno y otro indicador existen, al día de hoy, entre 6 y 9 dólares de diferencia en función del tipo de crudo.
Con un Brent apenas por encima de los 50 dólares, esa diferencia puede destrabar o no la factiblidad económica de nuevos desarrollos en Vaca Muerta.
Por pedido de sus socios en la cuenca Neuquina, entre los que figuran Chevron, Petronas y la noruega Equinor (ex Statoil), YPF, el mayor jugador del mercado petrolero, definió este año una fórmula polinómica para calcular el precio interno del crudo. Buscó objetivar el cálculo de determinación de precios para limitar la discrecionalidad. “De ese modo, nuestros socios saben cuál es la metodología de cálculo y evitamos la arbitrariedad”, explicaron desde la compañía.
La fórmula en cuestión es compleja y cruza distintas variables pero, a riesgo de simplificar, se podría decir que equivale a la cotización del Brent menos 4 dólares que se asignan al descuento por transporte y calidad del petróleo. Eso significa que el valor sobre el que se aplican las retenciones no es hoy 52,80 dólares sino 48,80 dólares. Una vez descontado el impuesto, el precio caería a 44 dólares, muy por debajo de las expectativas de aquellos inversores que por estos días evalúan si invertir en Vaca Muerta.
La iniciativa de YPF no es una novedad. En los hechos, siempre que se apliciaron retenciones a la exportación, el precio interno del petróleo fue menor que el internacional. De hecho, otros jugadores del mercado de combustibles como Shell, Axion Energy y Puma (Trafigura) ofrecen también una cifra también cercana al export parity.
Frente a ese contexto, son cuatro las alternativas que acercaron los productores al gobierno.
• Eliminar las retenciones a la exportación de petróleo a fin de defender inversiones en Vaca Muerta. A priori, no existen demasiadas chances de avanzar en esa dirección, dado que el Ejecutivo no cuenta con margen político ni fiscal para defender la medida frente a otros exportadores, fundamentalmente del sector agropecuario.
• Establecer un esquema de retenciones móviles, con un esquema de alícuotas que fluctúen en función de la cotización del precio internacional. A mayor precio del Brent, mayor derecho a la exportación.
• Establecer un precio límite sobre el que se cobren retenciones a la exportación. Ese valor podría estar ubicado, por ejemplo, cerca de los 55 dólares.
• Apelar a un nuevo acuerdo de precios entre productores y refinadoras de petróleo, a través de la intervención política y tal vez económica del Estado, para defender la inversión en el desarrollo de yacimientos no convencionales de petróleo. Quienes defienden esta alternativa argumentan que, en la Argentina, siempre que existieron fuertes variaciones del precio internacional del petróleo y también del tipo de cambio, el Estado terminó interviniendo para reencauzar la discusión entre productores y refinadores. Sin embargo, esa posibilidad no encuentra demasiados adeptos en la primera plana de la administración que encabeza Mauricio Macri.
A esta situación, ya de por sí compleja, se le suma la decisión oficial de revisar los subsidios a la producción de gas no convencional.