El 2010 fue el año de las Pymes, pero desgraciadamente no lo fue por el crecimiento de las mismas, sino que fueron noticia por estar en el medio del conflicto. Las voces en las reuniones a nivel político o propio en el marco de la Cámara de Servicios Petroleros repetían siempre lo mismo: «así no vamos a aguantar». Una paradoja dentro de un contexto en donde la producción petrolera de la cuenca lidera el país.
Y así fue, algunas no aguantaron las presiones financieras producto del no reconocimiento de mayores costos por parte de las operadoras por un lado, y por el constante reclamo sindical por el otro.
La puesta en marcha del nuevo convenio colectivo de trabajo logrado por el Sindicato Petrolero Privado –en marcha- y el que e breve estará en vigencia por parte del Sindicato Jerárquico Petrolero, pusieron en jaque a muchas de la pequeñas empresas que debieron hacer frente a los costos que esto significaban. A esto se le deben sumar los «adelantos a cuenta de…» otro concepto que es habitual en el ámbito petrolero, y cuyas suma por lo general no eran menores a los 3000 pesos, muy lejos de los casi 500 pesos que reclamaban los empleados de un supermercado hace unos días.
Pero estos no son los únicos temas que debieron hacer frente. La falta de reconocimientos a los mayores costos por parte de las operadoras jugaron muy en contra en las inversiones a realizar por parte de las empresas de servicios y la caída de la rentabilidad también fue notoria. Las empresas están obligadas a comprar equipos nuevos, como por ejemplo camiones y camionetas –para no nombrar equipos más específicos- algo especificado por contrato: vehículos con más de cinco años –en algunos casos tres- no pueden ingresar a yacimientos. Esto significa adquirir sí o sí nuevos vehículos para seguir trabajando. Hay empresas que tienen tablas de costos del año 2003. Aquellas cuyos equipos y repuestos están en dólares son las que más han sufrido los problemas de la falta de reconocimiento.
Sin paro, pero con retenciones
Los sindicatos petroleros Jerárquico y Privado decidieron este año no realizar paros con corte de rutas como venía sucediendo en los últimos años. Ahora la modalidad es la «retención». De esta manera el resultado sigue siendo el mismo, pues las actividades se paralizan en el yacimiento o empresa que se indique.
Las retenciones públicas y notorias en los últimos meses han sido contra YPF, con reclamos que la propia Comisión Directiva del Sindicato Petrolero Privado o el Jerárquico han salido a explicar públicamente.
Una retención para una empresa de servicio significa no trabajar, no trabajar significa no facturar, pues la operadora no reconoce el día no trabajado, solo reconoce la mano de obra. Esto es algo que se instaló. El trabajador petrolero recibe su sueldo haya trabajado o no, la empresa de servicio no recibe ni la rentabilidad ni la amortización de equipos.
Las razones de las retenciones pueden ser variadas y de diversa magnitud, desde la falta de pago a acuerdos logrados con las operadoras o la falta de un microondas. Este último caso paralizó las tareas en Cerro Dragón hace un par de meses, cuando el Sindicato Camionero cortó el ingreso por falta de un microondas para unas cinco personas. Ese día unos 4000 trabajadores no prestaron servicios.
La 3 y 26
Los cortes de ruta no han estado ajenos a la realidad de las PyMES. Como se mencionó desde el ámbito petrolero los sindicatos no han sido protagonistas en este caso, pero si lo han sido los Camioneros, los Dragones, desocupados, UOCRA…
El cruce de la ruta 3 y 26 ha sido el lugar elegido para hacer conocer el reclamo, y en algunos casos esto se ha extendido a la ruta 3 y 39 en la zona norte de la ciudad y hasta el camino Juan Domingo Perón a Rada Tilly. Estos lugares no solo son visibles para que todo el mundo se entere del reclamo, sino que son primordiales para evitar que suban a yacimientos (Pan American, YPF, Tecpetrol, CAPSA, Dapetrol…) los colectivos y camionetas con el personal. Un corte en estas rutas paraliza la actividad.
La historia para las Pymes vuelve a ser la misma: no se trabaja, no se factura.
Los reclamos
Si bien desde la Cámara de Servicios Petroleros se ha mencionado y reclamado en varias oportunidades estas situaciones en los ámbitos políticos, sindicales y de las operadoras, la realidad es que no han tenido la suficiente fuerza.
El tema se instaló fuertemente cuando el Sindicato Petrolero Privado decidió ponerse al frente, exigiendo a las operadoras que reconozcan una actualización de costos a las empresas de servicios, entendiendo que son las generadoras de mano directa, que son locales y que están en una situación económica preocupante.
Algunas empresas lograron comenzar a dialogar con respecto a su realidad, pero lo cierto es que para muchas ha sido tarde y se encuentran en una situación de ahogo preocupante. El último conflicto con YPF como eje fue otro duro golpe para las mismas, con el agravante que ha comenzado a afectar a otros sectores de la sociedad, como los comercios y empresas ligadas de manera indirecta al petróleo.
Tal vez esta situación de gravedad donde se involucran más actores, tenga un aspecto positivo y se comienza a analizar seriamente hasta que punto llega el derecho y donde se convierte en abuso.
Fuente: Diario Crónica