El congelamiento habría sido el punto de partida de una crisis, que tuvo a las pymes locales como sus primeras víctimas. Desde Ceipa, que nuclea a 75 firmas neuquinas, reconocieron que los problemas en la cadena de pago se agudizaron y pueden ser determinantes, por lo que no descartan el cierre de portones.
Desde hace varios días, se viene anticipando la crisis en Vaca Muerta. El anuncio de 700 despidos por parte de las empresas de servicios petroleros, la mayoría de ellas de capitales internacionales fue la demostración más clara de ello.
Pero, lo cierto es que uno de los sectores más afectados son las pymes locales. Desde Ceipa, la cámara que nuclea a unas 75 firmas neuquinas, aseguraron que en algunas ramas, como los servicios vinculados a la perforación y fractura, la actividad se redujo hasta un 90%. Para la mayoría de los prestadores la merma superó el 20% y, para la minoría, se mantuvo el nivel de ocupación.
Según fuentes del Diario Río Negro, el congelamiento (que duró 90 días), vía decreto presidencial 566/19, fue el principio de la crisis. Las compañías petroleras trasladaron los costos de la medida con un brutal freno en las operaciones y mantuvieron la extracción de hidrocarburos en los desarrollos que solo necesitaban mantenimiento. Esto se tradujo en la finalización de contratos sin renovación y el freno a nuevos convenios.
Para las empresas de servicio, el segundo escalón en la industria petrolera, fue una gran oportunidad de reestructurarse a la espera de nuevas reglas de juego. Aprovecharon el parate para repatriar equipamiento, reducir sus planteles y redimensionar su posición a la espera de un nuevo comienzo.
En el último escalón del sector, el de las pymes locales, se encontraron sin nuevos contratos y con una cadena de pagos al límite que, por su espalda financiera, las deja muy cerca del fuera de juego.
«Cuando se aprueba la facturación, las pocas operadoras que siguen en marcha, pagan a 30 días. El resto a 90 y 120 días, esto para una pyme es insostenible», consideró una de las fuentes consultadas.
Desde Ceipa confirmaron que la expectativa en el sector se fijó en marzo del año próximo. Los presupuestos se están armando a partir de esa fecha.
Hasta entonces anticipan un panorama muy complicado con posibles despidos y cierres de compañías, que no pueden hacer frente a los plazos de una industria con actores internacionales.
Las pymes neuquinas esperan por un auxilio del presidente electo Alberto Fernández quien comprometió un paquete de medidas fiscales para el sector.
La preocupación trascendió las fronteras del Sindicato que dirige Guillermo Pereyra, que apuntó a una maniobra política, y llegó al gobierno provincial. El gobernador Omar Gutiérrez no hizo declaraciones públicas sobre el tema, sin embargo sigue de cerca un tema que parece no despertar la beligerancia pública de otras crisis de menor impacto en las fuentes laborales.
Los que se refirieron directamente al tema fueron los legisladores nacionales del Frente de Todos. La senadora Silvia Sapag planteó que «algunas petroleras aprovechan como excusa el desastre que hizo (Mauricio) Macri para presionar y condicionar a nuestro próximo Gobierno, aún antes de asumir. No tienen ningún reparo en jugar con la vida de los trabajadores, las pymes y la paz social de los neuquinos».
Por su parte el diputado Darío Martínez fue en el mismo sentido al asegurar que existe una intención por parte de las compañías para presionar a la próxima gestión. «Alberto (Fernández) ya expresó que nuestra política para los hidrocarburos va a estar basada en dar estabilidad a las reglas de juego. Pero esa estabilidad no es solo para beneficio de las empresas. Es también para trabajadores y pymes locales».
Desde la Cámara de Comercio de la capital neuquina, Acipan, afirman que la caída de la actividad petrolera genera una incidencia indirecta en el consumo comercial de la zona. Si bien aseguran que las ventas se sostienen con los empleados estatales, en el desglose rubro por rubro, hay emprendimientos que comienzan a sentir una perdida.
«Se debe analizar caso por caso, pero lo que vemos es que en Neuquén el motor de la economía es la gran cantidad de empleados públicos, que son los que apuntan a la venta de indumentarias y el consumo de supermercados», explicó el presidente de Acipan, Daniel González, quien reconoció que, sin embargo, en los sectores que tienen una incidencia en la actividad petrolera, ya se resiente la merma. En este punto encuadran las empresas destinadas a la venta de ropa de trabajo, del rubro ferretería y hasta electricidad.
En otro grupo González catalogó a las empresas que sienten un impacto directo y en ellas ubicó a las pymes que realizan servicios para la industria hidrocarburífera. En ese contexto añadió que se debe hacer una distinción «de acuerdo a los contratos que tenga cada empresa».
Señaló que las empresas relacionadas con el rubro de perforación han paralizado 17 equipos «de estimulación, de fractura, que son las que están más complicadas».
Las que están relacionadas «con la producción directa, esas siguen trabajando, porque los pozos consolidados siguen produciendo. Lo que se para son los nuevos desarrollos».
El análisis de la Cámara de Comercio es que el «riesgo mayor es que las inversiones que se habían hecho y que están comprometidas para el 2020 queden en un compás de espera». El referente puntualizó que el origen del conflicto fue «una medida desacertada del Gobierno con el Decreto 566 -que congeló el precio de los combustibles-«.
Concluyó que la situación es «complicada porque ya pasaron los 90 días y se siguen parando equipos. Para colmo, el gobierno que viene no hace anuncios».
La crisis en Vaca Muerta
«Vaca Muerta está al borde del abismo», analiza el mencionado matutino, al hablar de los parates y del caso de la Cuenta Neuquina donde la mayoría dejó de perforar y de fracturar.
«Todos apuntan a que recién en marzo, y de acuerdo a las concesiones que pueda hacer el presidente electo Alberto Fernández, se reactivarán los yacimientos. Pero se engañan quienes piensan que será una puesta en marcha inmediata. Incluso las firmas extranjeras de servicios comenzaron a sacar del país equipos que, volver a repatriarlos, dependerá del calendario internacional. Si se cuenta desde agosto, cuando se efectivizó el DNU que congeló los combustibles, la recuperación podría llevar un año entero», sostiene.
Y aclara que si bien, «los niveles de producción puede que no declinen porque por ahora, como paso en los 90, los yacimientos quedaron solo en modo producción», lo que «puede significar un bálsamo inicial para las cuentas provinciales, (…) en el mediano plazo puede impactar directamente en la paz social de la provincia».