Julio Castro se despertaba a las 4.30 y regresaba a su hogar pasadas las 21.30. Los estudiantes recaudaron una importante suma de dinero y ahora podrá llegar más rápido a la institución. “Las cosas buenas suceden”, dijo.
En Los Ángeles, Estados Unidos, los alumnos de secundaria del Yula Boys School sorprendieron a su profesor de matemáticas con un regalo inesperado. Tras recaudar miles de dólares, le obsequiaron un vehículo para que pudiera viajar más cómodo a dar clases, publicó TN.
La entrega del Mazda 3 hatchback ocurrió luego de que el docente Julio Castro creyera que había llegado tarde a una asamblea de agradecimiento a los profesores. El hombre de 31 años no imaginaba que toda la fiesta era para homenajearlo a él.
Castro vive en el Valle de Santa Clarita y, según explicaron los medios locales, se despierta a las 4.30 de la mañana y regresa a su hogar pasadas las 9.30 de la noche.
Hasta ahora, recorría en una moto unos 11 kilómetros hasta una estación de ómnibus. Todo el trayecto le demandaba cerca de tres horas de ida y el mismo tiempo de vuelta.
Joshua Gerendash, uno de los estudiantes que impulsó la recaudación para comprar el vehículo, relató que el profesor pasó los últimos meses buscando en diferentes sitios web algún auto que se amolde a su presupuesto: 1500 dólares.
“A pesar de que se va a ahorrar mucho tiempo por el viaje, aseguró que lo seguirá dedicando a los estudiantes”, dijo Gerendash.
Luego agregó: “Se saltará la hora del almuerzo para ayudar a un estudiante y se quedará después de la escuela. También ayuda a los alumnos que no están en sus clases. Está muy dedicado a nuestro futuro”.
La colecta se realizó durante un mes y tuvo su punto de partida en las redes sociales. Con la ayuda de sus padres, los estudiantes lograron recaudar cerca de 30 mil dólares, de los cuales 13 mil se utilizaron para la compra del Mazda y el resto para abonar un año y medio del seguro y el combustible necesario.
“Yo siempre les decía: cuando la vida no va como ustedes quieren, ¿qué hacen? No lloren por eso. No se quejen por eso. Solo sean agradecidos y sigan mirando hacia adelante. Las cosas buenas suceden y esta es la prueba de ello”, dijo Castro.
“No lo hagas porque estás esperando un premio, hacelo porque viene de tu corazón”, remarcó el profesor.
Castro nació en Perú y fue criado en el sureste del estado de Los Ángeles. En el Downey High School se graduó, convirtiéndose en el primero en su familia en lograrlo, tanto en la secundaria como en la universidad.
Sus alumnos indicaron que, como profesor de matemáticas, “es paciente e ingenioso, habilidoso para hacer que sus estudiantes tengan éxito”.
“Me concentro mucho en la motivación. Las matemáticas son una habilidad que se aprende con la práctica y la dedicación, y mientras las respetes, serán respetuosas contigo”, respondió Castro.
Shimmi Jotkowitz, estudiante de último año, fue quien se hizo cargo de la compra del automóvil, negociación mediante con Galpin Motors, que ofreció un descuento de cinco mil dólares por el vehículo.
El profesor reveló que debió convencer a las autoridades para que le permitieran trabajar allí, dado que es una institución judía. Él les manifestó: “No sé nada sobre el judaísmo, pero sé matemáticas. Si me das una oportunidad, a los estudiantes les gustará la forma en que enseño”.
El rabino Arye Sufrin, director de la escuela, sostuvo que el esfuerzo “se trata realmente de gratitud. De que nuestros estudiantes aprecien el sacrificio que nuestros maestros -Castro en particular- harán para garantizar que puedan maximizar su potencial y ser la mejor versión de sí mismos”.
“Tengo familiares que no tienen papeles, que no están documentados, que tienen tres trabajos, les pagan menos que a mí y no se quejan”, completó el docente.