En muchas partes del mundo, los casos de COVID-19 están disminuyendo, mientras que otras áreas están experimentando picos. ¿Qué determina el fin de una primera ola y la llegada de una segunda?
En muchas partes del mundo, los casos de COVID-19 están disminuyendo, mientras que otras áreas están experimentando picos. Pero la pandemia aún está evolucionando. Mientras tanto, los médicos, los expertos en salud pública y los investigadores buscan responder preguntas difíciles: ¿cuándo terminará esta primera ola? ¿Habrá una segunda ola de COVID-19 en Argentina?Debido a que se sabe tan poco sobre el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el COVID-19, estas no son preguntas fáciles de responder.
Mientras Estados Unidos permanece en la primera ola de la pandemia ya que los casos nunca disminuyeron significativamente,Europa se enfrenta al fenómeno de la segunda ola de casos por COVID-19. “No podemos bajar los brazos, no podemos bajar los brazos”, machacó el director general del organismo, Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa. “Cuando los dirigentes actúan rápidamente, el virus puede ser frenado”, dijo y advirtió que “es peligroso renunciar a controlar”.
Evitar que se produzca una segunda ola de coronavirus, como la que está sucediendo en el continente europeo, es ahora el tema más relevante en nuestro país en términos de estrategias sanitarias. Los contagios de nuevos casos de coronavirus en el Viejo Continente subieron un 41% en la última semana y ya totalizan 10,4 millones y 278 mil muertos desde que comenzó la pandemia, lo que eleva la posibilidad de un colapso en hospitales.
Para conocer las principales diferencias y semejanzas de la situación epidemiológica en Europa, Estados Unidos y Argentina, Infobae le pidió su opinión a especialistas enfocados en la lucha contra el COVID-19.
Para Jorge Aliaga, físico e investigador del CONICET, “la dinámica argentina ha sido muy distinta a la europea. Nunca tuvimos un crecimiento explosivo de casos y hasta ahora tampoco una baja fuerte. Hoy en el AMBA parece que van bajando porque las personas que están expuestas (exceptuados y jóvenes) ya se han contagiado en gran proporción y los mayores siguen con muchos cuidados. Todo esto en un contexto en el que desde mayo se van abriendo actividades. Es decir, se va aumentando la cantidad de personas exceptuadas. Pero se fue haciendo de a poco y por eso los contagios no explotaron pero tampoco bajaron. Si las nuevas reaperturas que se hacen ahora no suman muchos nuevos expuestos, los casos van a bajar”.
“Una ‘ola’ en una epidemia abarca un período durante el cual los casos aparecen, crecen y decrecen. En la medida en que los aumentos y disminuciones de casos sean mayores que una fluctuación estadística, son aumentos o disminuciones reales, y constituyen un cambio en la dinámica. Hay enfermedades en las que las ‘olas’ aparecen y luego los casos desaparecen y al tiempo ocurre un rebrote. Pero también puede ocurrir que los casos suban cuando venían bajando pero todavía no habían desaparecido completamente. En ese caso, se vera una segunda ola a continuación de la primera”, explicó consultado por este medio el especialista.
En la misma línea, Rodrigo Quiroga, especialista en bioinformática, aseveró: “El termino coloquial se utiliza para referirse a un aumento de casos y de muertes que se considera como finalizado cuando los casos vuelven a disminuir a niveles muy bajos. Por eso, a lo que ocurrió en muchos países de Europa durante marzo y abril se le denomina ‘primera ola’ porque los casos subieron muchísimo y se controlaron mediante las cuarentenas y demás medidas para bajar prácticamente a cero”.
Y añadió: “Como es lógico, cuando los casos están muy bajos uno intenta comenzar a ir reanudando distintas actividades económicas y levantando las restricciones que había impuesto en un principio para lograr controlar la circulación viral y eso, en combinación con un aparente efecto de la estacionalidad, sumado a que los cuidados de la ciudadanía parecen haberse relajado, es lo que ahora está configurando que vuelvan a aumentar los casos de una manera impresionante”.
Sobre este punto y en diálogo con Infobae, Ernesto Resnik, científico argentino, biólogo molecular-celular y biotecnólogo especializado en anticuerpos monoclonales, indicó: “La metáfora de las olas quizás no es la más apropiada. Lo que hay sigue siendo el mismo virus y la misma pandemia. Las olas o picos en epidemiología responden esencialmente a la inmunidad o los cuidados. Cuando suben es que mucha gente se contagia y cuando bajan es que ya se contagió un gran porcentaje de la población, que la gente se cuida o una combinación de los dos factores. En Europa ocurrió un poco eso: hubo mucha gente infectada y eso produjo que algunas ciudades alcancen el 10 o 20% de inmunidad, y el resto de la población que se cuidaba. Hacia el final del verano se liberaron las restricciones para promover el turismo y con ese relajamiento el montón de gente vulnerable que se dejó de cuidar se infectó”.
La situación epidemiológica en cada país
Italia
El 4 de mayo, Italia empezó de manera progresiva con la reapertura de comercios y restricciones a la población. Actualmente, el país italiano registró en los últimos 14 días un total de 295.094 casos, alcanzando una cifra de 709.335 casos desde que comenzó la pandemia y 38.826 fallecidos.
Para enfrentar la segunda ola de contagios las medidas incluyen el cierre de restaurantes y bares desde las 18 y el cierre total de teatros, cines y gimnasios durante un mes. Ello significa un duro golpe para sectores ya muy afectados por el estricto confinamiento de la pasada primavera boreal.Para sus detractores es una “declaración de fracaso” del gobierno, mientras los científicos se preguntan si bastará para contener al virus.
El jefe de gobierno italiano, Giuseppe Conte, adelantó este lunes ante el Parlamento que va a imponer el toque de queda nocturno a nivel nacional para frenar la propagación del coronavirus y que se impedirá viajar a algunas regiones según el nivel de riesgo.
“La situación en Italia es grave”, afirmó Conte, que entiende aprobar también el cierre total de los museos y las exposiciones, mientras los centros comerciales cerrarán los fines de semana y días festivos. “Les pido que nos mantengamos unidos en este momento dramático”, pidió en la Cámara de Diputados, el cual deberá firmar el decreto con las nuevas restricciones.
“La prioridad es defender la salud”, reiteró el jefe de gobierno, tras reconocer que es consciente del “enfado de los ciudadanos” al referirse a las violentas manifestaciones de los últimos días en algunas ciudades contra las medidas. Italia por ahora evita decretar un segundo confinamiento nacional, pero el Ejecutivo, por pedido de los expertos que lo asesoran, va a limitar el movimiento de las personas en las horas nocturnas, explicó.
Italia fue el primer país occidental en experimentar un gran brote de enfermedad por coronavirus y la provincia de Bérgamo experimentó uno de los brotes de COVID-19 más letales del mundo. Tras el pico de la epidemia a mediados de marzo, la curva cayó lentamente gracias al estricto bloqueo impuesto por el gobierno italiano el 9 de marzo de 2020.
Tras el brote en China, Italia fue el primer país occidental en experimentar un brote masivo de COVID-19, y los primeros casos adquiridos en la comunidad se notificaron el 20 de febrero de 2020. Desde entonces, más de 300.000 casos de COVID-19 confirmados por laboratorio y más de 35.000 muertes ha sido reportados. La región de Lombardía fue el epicentro de la pandemia italiana de COVID-19, con 105.000 infecciones de SARS-CoV-2 reportadas y 17.000 muertes al 25 de septiembre de 2020, advierte una investigación publicada en la revista médica británica The Lancet.
El pico de la pandemia en Lombardía se alcanzó el 21 de marzo, con más de 3200 nuevos casos notificados en un solo día. Durante este pico, más de 1500 pacientes fueron hospitalizados en un solo día y casi 150 pacientes ingresaron en UCI, creando una grave crisis de salud en esta área. Dentro de la región, la provincia de Bérgamo fue una de las áreas más afectadas con el mayor aumento en un solo día de casos de 715 durante el pico de la pandemia. “En Italia, la segunda ola de infecciones parece estar todavía bastante contenida, con menos de 1500 casos diarios al 25 de septiembre de 2020”, rezaba el escrito científico.
Sin embargo, recientemente y por primera vez desde que comenzó la pandemia el país superó los 20.000 casos,con 21.273 nuevos contagios en 24 horas, y registró 128 muertos, según los datos difundidos por el Ministerio de Sanidad.
Los contagios siguen aumentado, al igual que el número de muertos, y esta vez incluso con menos pruebas que los días pasados, 161.880 test respeto a los 177.000 del sábado. Se supera así con creces el medio millón de contagios en el país, con 525.273 casos desde que comenzó la emergencia el 21 de febrero, y se suma 37.338 fallecidos desde entonces.
Italia sigue con mucha preocupación el aumento de los hospitalizados, que ya son 13.214 en todo el país. Mientras, los ingresados en unidades de cuidados intensivos aumentaron en 80 personas y son ya 1.208 los pacientes en la UCI.
Reino Unido
En julio Reino Unido empezó un desconfinamiento progresivo. Actualmente registró en los últimos 14 días unos 312.505 casos alcanzando el 1.034.914 de contagiados y 46.717 fallecidos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazó en tanto hoy los ataques de quienes le acusan de haber tardado en imponer un segundo confinamiento contra la pandemia de coronavirus en Inglaterra, por lo que ahora este será más largo y costoso.
Tras haberse resistido durante semanas a aplicar medidas a nivel nacional, privilegiando en su lugar restricciones locales que resultaron insuficientes, Johnson anunció repentinamente el sábado un nuevo confinamiento desde el próximo jueves y hasta el 2 de diciembre.
Al presentar la medida a debate en la Cámara de los Comunes, defendió sin embargo la pertinencia de su anterior enfoque. “Creo que fue correcto probar todas las opciones posibles para tratar de controlar este virus a nivel local, con una fuerte acción local”, afirmó.
“Rechazo cualquier sugerencia de que somos de alguna manera más lentos que nuestros socios europeos en tomar medidas”, añadió, en referencia a vecinos como Francia e Irlanda que ya tienen a sus poblaciones confinadas pero cuentan con mayor número de casos y muertos diarios.
Siendo el país más castigado de Europa por la pandemia, con casi 47 mil muertes confirmadas por COVID-19, el Reino Unido hace frente a una segunda ola que podría ser más mortal que la primera.
“Si bien en ningún momento hubieron cero casos, sí hubo un mínimo que se dio entre julio y agosto. Si mirás los casos en el gráfico, parece que la segunda ola es mucho peor que la primera pero no es así. En la primera veían muy pocos casos por el colapso. Los casos venían todos juntos y no tenían nada preparado. Ahora detectan muchos más y por eso parece que muere menos gente. Pero igual es claro viendo los muertos que hay un segundo aumento”, explicó Aliaga.
Para Quiroga, “el número de casos de marzo y de ahora no son comparables porque se está testeando muchísimo mejor ahora. En aquel momento se detectaba uno de cada treinta casos reales mientras que ahora se detectan uno de cada tres o cuatro. Por eso no es tan preciso comparar la cantidad de casos pero sí los fallecimientos”.
Según el Our World in Data, el 22 de abril el Reino Unido alcanzó el pico de muertes diarias por millón de habitantes por la enfermedad (18,03) y en agosto la cifra descendió a los 0,1. El 2 de noviembre la nación registró 2,39 muertes por millón de habitantes.
España
El 19 de mayo comenzó el desconfinamiento en nueve regiones de España y el 25 de mayo se sumaron Madrid y Barcelona al desconfinamiento total. En los últimos 14 días, España registró 249.118 casos alcanzando el 1.185.678 de casos en total y 35.878 fallecidos.
En este sentido cinco regiones, incluida la de Madrid, ordenaron la semana pasada un cierre perimetral del territorio (no se puede entrar ni salir) y los diputados aprobaron prolongar seis meses el estado de alarma. El país, además, vive sus días con un toque de queda nocturno vigente en todo el territorio excepto en las islas Canarias como parte del dispositivo anti-covid.
En los meses de mayo, junio y agosto el número de muertes diarias por millón de habitantes en el país llegó a descender hasta 0,02. Sin embargo, también en el mes de junio alcanzó el pico de muertes diarias por millón de habitantes (25,22).
Esta segunda ola en el Viejo Continente podría no ser la última, según advirtió el Consejo Científico que guía al gobierno francés en la gestión de la pandemia. Se pueden temer “varias olas sucesivas durante el final del invierno y en la próxima primavera” boreal de 2021, en función del clima y el “nivel y eficacia” de las estrategias de test, rastreo y aislamiento de los casos positivos, afirmó.
El Consejo estima una salida de la segunda ola a final de año o principios de 2021, con un retorno de la circulación del virus a un “nivel muy controlado” (5.000 a 8.000 nuevos casos por día máximo). Los gobiernos europeos estarán por tanto confrontados a “la gestión de estas olas” hasta “la llegada de las primeras vacunas y/o tratamientos”, coincidieron los expertos, para quienes los países deben barajar varias estrategias.
Primero “contemplar una estrategia de tipo on/off”, es decir, alternando periodos de restricciones con otros más permisivos. En tanto otra posibilidad, menos demoledora económicamente, es mantener el virus a una tasa inferior a 5 mil contagios diarios, frente al promedio de 40 mil / 50 mil casos actuales, como hicieron “varios países en Asia, Dinamarca, Finlandia y Alemania”. Pero esta vía requiere “medidas fuertes y precoces” previas a cada nueva ola, como el diagnóstico masivo y el rastreo de contactos, concluyó el consejo científico en un comunicado.
Estados Unidos
Estados Unidos permanece en la primera ola de la pandemia de COVID-19 ya que los casos nunca disminuyeron significativamente, dice el doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país.
“La idea de una segunda ola se basa en el patrón visto durante la pandemia de 1918. En aquel entonces se reportaron casos en la primavera y luego literalmente desaparecieron antes de que hubiera una explosión de casos en el otoño. En lugar de decir: ‘una segunda ola’, ¿por qué no decimos, ‘¿estamos preparados para el desafío del otoño y el invierno?’”, manifestó Fauci.
Ese desafío podría incluir oleadas de casos de coronaviurs en todo el país a medida que se abren más frentes, incluidas las muchas escuelas y universidades de todo el país que han dado la bienvenida a los estudiantes a sus clases. Y a medida que el clima se vuelve más frío, más reuniones se harán en lugares cerrados, donde el virus se puede propagar más fácilmente.
“Todavía estamos en la primera ola. La pandemia de COVID-19 está afectando diferentes áreas en todo el país de diferentes maneras en diferentes momentos. Algunas ciudades y pueblos experimentaron brotes severos y parecen estar recuperándose, otros lugares no han tenido muchos casos y algunos estados solo ahora están experimentando un aumento. Aunque algunas áreas están reportando una disminución en el número de infecciones y muertes, continúan ocurriendo brotes localizados en hogares de ancianos y eventos de ‘superpropagación’”, aseguró la doctora Lisa Lockerd Maragakis del Sistema de Salud Johns Hopkins.
Y en eso Melissa Hawkins, de la Universidad Americana en Washington D.C. en EEUU coincide: “Estados Unidos no se encuentra en una segunda ola porque la primera nunca se detuvo realmente. Simplemente, el virus se propaga en nuevas poblaciones o resurge en lugares que bajaron la guardia demasiado pronto”, apuntó la experta en diálogo con The Conversation.
El caso de Argentina
El pasado 15 de octubre Daniel Gollán, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, vaticinó: “Argentina no va a tener un segundo invierno con virus”. Diez días después, el presidente Alberto Fernández, manifestó una misma línea de optimismo en virtud a la comparación inevitable con varios países de Europa y el rebrote que está obligando a recomponer las restricciones y a retroceder las fases de apertura. “Tengo la impresión que Argentina está en un punto donde podemos ver un horizonte de salida. La vacuna está cerca y con la vacuna vamos a poder evitar lo que está viviendo Europa: la segunda ola del coronavirus”, dijo el mandatario.
“Europa ha demostrado que, luego de una primera curva, las condiciones pueden darse para que vuelva un rebrote”, dijo en conferencia de prensa Fernán Quirós, ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires. También destacó que, frente a ese escenario, resultan cruciales políticas sanitarias para al menos mitigar esa situación, como “intensificar el sistema de rastreo y testeo en la Ciudad”, y también “evitar los espacios superdistribuidores o supercontagiadores”, como son los lugares mal ventilados, donde hay muchas personas con poco volumen de aire.
Sin embargo, de acuerdo con las proyecciones internacionales, en nuestro país el número de casos y víctimas aumentarán hacia fin de año, los focos estallan alternativamente en el interior provocando sobrecarga (y colapso) de los sistemas sanitarios, la estrategia central se desvanece, y la cuarentena es insostenible. Y a cuarentena insostenible, mayor movilidad y resurgimiento de casos (inclusive allí donde parecían haber bajado). Frente a esto, la respuesta de “para marzo está la vacuna” es inaceptable. Porque en el mejor escenario aún faltan otros cinco o seis meses que podrían opacar lo hasta ahora vivido tanto desde lo sanitario como desde lo económico. Y más allá del verano y las altas temperaturas que se avecinan, parece inevitable que una vez que “afloje” la primera ola de COVID-19, venga otra.
Para Aliaga, “la dinámica argentina ha sido muy distinta a la europea. Nunca tuvimos un crecimiento explosivo y hasta ahora tampoco una baja fuerte. Hoy en el AMBA parece que los casos van bajando porque las personas que están expuestas (exceptuados y jóvenes) ya se han contagiado en gran proporción. Y los mayores siguen con muchos cuidados. Todo esto en un contexto en el que desde mayo se van abriendo actividades. Es decir, se va aumentando la cantidad de personas exceptuadas. Pero se fue haciendo de a poco y por eso los contagios no explotaron pero tampoco bajaron. Si las nuevas reaperturas que se hacen ahora no suman muchos nuevos expuestos, los casos van a bajar”.
Sobre este punto, Quiroga señaló: “En la mayoría de las provincias los casos aún están estables o en aumento. Las únicas provincias que muestran una disminución consistente son la provincias de Buenos Aires, la Ciudad, Jujuy y Salta. Allí, los casos bajan muy rápido y sospechamos que a esta altura se hayan infectado casi todos. Hay información no oficial de algunos registros civiles de esas provincias que indican que fallecieron más del doble de las personas registradas como fallecidas a causa de la enfermedad”.
“Distinta es la situación en el interior -remarcó Aliaga-, donde hasta julio no había casos y abrieron actividades en un momento donde había muchos casos en el AMBA sin tomar las precauciones de aislamiento de las personas que iban al AMBA y volvían a su lugar de residencia fuera del AMBA. En el interior hay algunos lugares donde los contagios subieron muy fuertemente (Jujuy, Salta), como pasó en la Villa 31 en CABA, y es posible que ya haya muchas personas contagiadas. En el resto del interior, si no se baja la circulación los casos van a seguir subiendo por un tiempo”.
Ahora, si los casos bajan en el AMBA, la pregunta sería si estos pueden volver a subir. “Eso dependerá del comportamiento de las personas que hasta ahora se han cuidado (mayoritariamente las de mayor edad). Si esas personas no se cuidan, seguramente los casos van a subir, pero esta vez con mayor cantidad de fallecidos porque afectaría a la población donde la enfermedad afecta a más personas. Pero además podría haber un segundo aumento producto de que los que ya se contagiaron pierdan inmunidad y se vuelvan a contagiar. Todavía a pasado muy poco tiempo como para estar seguros de cuánto dura la inmunidad, por lo que no se puede descartar un segundo contagio de las personas que ya estuvieron expuestas”, subrayó.
“En el AMBA los casos están bajando por una combinación de dos factores: un cierto porcentaje de la población que ya estuvo infectada (creemos que se trata de aproximadamente un tercio), sumado a los cuidados y a las medidas que aún están en lugar y que permiten disminuir la velocidad de contagio. Sin embargo, si esos cuidados se relajan o las medidas se siguen levantando, en cualquier momento podría haber un rebrote”, dijo Quiroga.
Resnik remarcó que “cuando hay virus circulando y no hay cuidados siguen los casos. Argentina se parece un poco al modelo de Estados Unidos donde los casos crecieron y llegaron a una meseta. Una vez rota la cuarentena la gente dejó de cuidarse, los casos subieron y se movieron de una ciudad a la otra (de AMBA a Santa Fe y Córdoba). Eventualmente la meseta alta va a bajar porque va a haber un porcentaje alto de personas infectadas. Si no llega la vacuna antes de que el relajo sea total, como en Europa, vamos a tener un segundo brote como en todo el mundo”.
La pandemia de COVID-19 se ha propagado rápidamente, y este hecho fue pronunciado en las regiones templadas del hemisferio norte, coincidiendo con el invierno. El número de casos notificados en países de las regiones tropicales fue menor y hasta la fecha, la propagación de COVID-19 ha sido mínima en países del hemisferio sur como Australia y Nueva Zelanda, que estaban en su temporada de verano cuando se informaron los primeros casos a fines de enero y febrero, respectivamente.
“La llegada del verano es un factor que, si bien nos puede favorecer, también nos puede perjudicar. Cuando los ciudadanos de provincias con mayor circulación viral visiten lugares como el AMBA podrían desencadenar brotes importantes. Si mezclás provincias con mayor circulación viral con las de menor circulación viral la tendencia es que se igualen”, indicó Quiroga.
Y concluyó: “El número de casos a nivel nacional tenderá a estabilizarse o a bajar siempre y cuando se tomen las medidas para que eso ocurra. Si dejamos que las cosas se den como se están dando, el número de casos puede no bajar o incluso volver a subir. Mientras más lo controlemos más fácil va a ser reaccionar a tiempo. Por eso es tan fundamental que bajemos ahora los casos en las provincias en las que estamos más complicados”.
Fuente: Infobae