El Gobierno prevé para 2019 una nueva contracción del PBI, con recortes de partidas en términos reales para obra pública, salud, educación, cultura y vivienda, entre otros. La única partida que aumenta más que la inflación es para pagar deuda.
El Presupuesto para 2019 admite que la economía seguirá en recesión, con una estimación de caída del PBI del 0,5 por ciento, aunque hasta el Fondo Monetario anticipa una baja mayor, del 1,7 por ciento. Con el objetivo de alcanzar la meta de equilibrio fiscal primario, el Gobierno llevará a cabo una fuerte reducción de partidas para obras de infraestructura, salud, educación, vivienda y desarrollo urbano (por ejemplo, cloacas y agua potable), entre otras.
El proyecto define una reducción equivalente a un punto del PBI en el gasto social, con lo cual el recorte real alcanzaría al 10 por ciento en tan sólo dos años. El stock de deuda alcanzará el año próximo los 315.698 millones de dólares y el pago de intereses representará el equivalente a 596.000 millones de pesos, con un alza interanual del 50 por ciento.
Déficit cero. El compromiso del Gobierno con el FMI fue acelerar la meta de equilibrio fiscal, sin contar el pago de intereses de deuda que aumentará un 50 por ciento el año próximo. En el plan de gastos y recursos se establece una contracción económica que pueda llevar el déficit del 2,6 por ciento de este año a cero el próximo. El foco será reducir el gasto en términos reales. La recaudación de impuestos nacionales y contribuciones a la seguridad social crecerá 38,9 por ciento y superará los 4,8 billones de pesos en el cálculo oficial.
Dólar. Según el Presupuesto, el dólar se ubicará en promedio a 40,10 pesos, un precio que alcanzó a fines de agosto último y que derivó en una política monetaria aún más contractiva que estabilizó momentáneamente el tipo de cambio. Se dispuso congelar la base monetaria y aplicar un esquema de bandas de flotación del dólar con actualización mensual respecto a la evolución de la inflación. Este programa se anunció luego de que se presentara el
Presupuesto. Para el 2020 el precio del dólar está previsto en 44,30 pesos; para 2021, a 48,20 y 2022, a 50,50.
Inflación. Luego de cerrar este año con una variación de entre 45 y 50 por ciento, la proyección estimada en el Presupuesto es de 23 por ciento para el final del ejercicio 2019. Esto significa la evolución a doce meses medida en diciembre, lo que arroja un promedio de 34,8 por ciento. Para este año se estima en la ley cerrar en 42 por ciento.
Recesión. El panorama económico del año próximo será recesivo. Con una caída del consumo privado de 1,6 por ciento y una retracción de la inversión del 9,7 por ciento. A esto se suma el descenso de la inversión pública y la puesta en marcha de obras en el marco del programa de participación público-privada.
Por el lado de los ingresos, la apuesta es a un incremento de recaudación por una buena cosecha de cereales y oleaginosas y, con menos importaciones por la recesión, se pretende reducir el déficit de cuenta corriente en un 50 por ciento, hasta los 9900 millones de dólares, lo que equivale a 2,2 puntos del
PBI. No habrá suba adicional de retenciones y se mantiene en 30 por ciento el tope de derechos de exportación a la soja y en 12 para el resto de los productos.
Gasto. El total previsto será de 4,1 billones de pesos, lo que supone un aumento nominal de 27,4 por ciento respecto de 2018, contra una inflación promedio proyectada de 34,8 por ciento, lo que representa una caída de 13 por ciento en términos reales. El gasto primario se ajusta 24 por ciento (nominal) y los recursos para planes sociales aumentan en 32 por ciento, ambos por debajo de la inflación. En términos reales, la reducción del gasto será del 6 por ciento en servicios sociales, del 23 por ciento en educación y cultura, del 48 por ciento en vivienda y urbanismo, de 20 por ciento en promoción y asistencia social, de 8 por ciento en salud, de 17 por ciento en ciencia y técnica y del 20 por ciento en agua potable y alcantarillado.
Deuda. Es la única partida que le ganará a la inflación el próximo año. Las necesidades de financiamiento ascienden a 38.900 millones de dólares, que se reparten en 2500 millones de nueva deuda, 20.100 millones de vencimiento a refinanciar, 11.700 millones del acuerdo con el FMI y otros 4600 millones de organismos internacionales. La deuda pública a fin de año representará el 87 por ciento del PBI de 2019, con un stock de 315.698 millones de dólares. El pago de intereses será de 596.000 millones de pesos, con un alza de 50 por ciento.