Una gran cantidad de países comunicaron que esta nueva enfermedad está afectando a su población de forma mínima, pero preocupante ante la rápida propagación. Aseguran que las relaciones sexuales tendrían mucho que ver en esta cuestión.
El primer caso de la viruela del mono fue detectado el pasado siete de mayo en el Reino Unido y de entrada se encendieron las alarmas en Europa. Ahora, el mismo país registró 20 casos confirmados, mientras que España, Portugal, Italia, Canadá, Estados Unidos, Australia, Suecia, Francia, Bélgica y Alemania ya avisaron que la enfermedad llegó a sus tierras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que otros 50 casos sospechosos estaban siendo estudiados, pero sin adelantar a qué países pertenecen.
«Con varios casos confirmados en Reino Unido, España y Portugal, este es el brote de viruela del mono más grande y más extendido jamás visto en Europa«, informó el servicio médico de las fuerzas armadas del país germano.
Según el corresponsal de la BBC formado en cuestiones de Salud, James Gallagher, declaró que es un «brote poco usual y sin precedentes, que ha tomado a los científicos especializados en la enfermedad por sorpresa«.
«Siempre es una preocupación cuando un virus cambia de comportamiento. Hasta ahora, la viruela del mono era bastante predecible», aseveró.
Al mismo tiempo, afirman que esta nueva infección es leve y que la mayoría de las personas contagiadas logran recuperarse en pocas semanas. El virus no se propaga fácilmente entre personas y el riesgo para el público en general se considera bajo, publicó la BBC.
Si bien no existe una vacuna desarrollada específicamente contra la viruela del mono, algunos países apelan a la inyección contra la viruela humana, ya que ofrece una protección del 85% porque los dos virus son bastante similares.
Las autoridades de Reino Unido informaron que compraron vacunas contra la viruela humana y comenzaron a ofrecerla a aquellos con «niveles más altos de exposición» a la viruela del mono. Otros países, como España, lo están evaluando.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolores de cabeza, hinchazón, dolor de espalda, dolor muscular y apatía general. Una vez que pasa la fiebre, puede desarrollarse una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, más comúnmente a las palmas de las manos y las plantas de los pies.
La erupción, que puede causar mucha picazón, cambia y pasa por diferentes etapas antes de finalmente formar una costra, que luego se cae. Las lesiones pueden causar cicatrices. La infección suele desaparecer por sí sola y dura entre dos y cuatro semanas. La mayoría de los casos son leves, a veces parecidos a la varicela.