Si bien esta forma de robo ya existía, este tipo de delito creció en forma preocupante durante la cuarentena y movilizó a todo el sistema bancario.
Promociones exclusivas, soluciones a inconvenientes operativos y hasta regalos o beneficios son algunas de las estrategias que usan estafadores virtuales para atraer a clientes bancarios y quitarles su dinero, según refirieron a Télam fuentes de diversas entidades financieras.
Si bien esta forma de robo ya existía, este tipo de delito creció en forma preocupante durante la cuarentena y movilizó a todo el sistema bancario.
«La digitalización masiva de las operaciones producto de la pandemia significó un salto beneficioso para la mayoría de los usuarios porque facilitó la gestión de los trámites bancarios, pero trajo aparejado un aumento de los ciberataques y las campañas de phishing», indicaron desde el Banco Provincia.
En este sentido, el vuelco a canales digitales de personas con poca experiencia o de incipiente aprendizaje hizo que crecieran la cantidad de estafas.
Los mecanismos que utilizan los delincuentes son variados, pero todos coinciden en un un punto: hacerse pasar por representantes del banco para pedir contraseñas o información y, con esos datos, robar el dinero que tienen depositado o solicitar préstamos inmediatos que transfieren a cuentas en el exterior.
Si bien no hay cifras oficiales, diversas fuentes del sector financiero confirmaron que el aumento de este tipo de delitos fue «exponencial» en los últimos meses y que, en algunos bancos, llegó a registrar un incremento del 500% respecto a los niveles de enero.
Las estafas también toman lugar a través de llamados telefónicos, una técnica que si bien ya se utilizaba, en los últimos meses aumentó considerablemente.
«Es el famoso ‘cuento del tío’- los delincuentes se hacen pasar por organizaciones reconocidas o inventan historias para robar datos o convencer a usuarios de que realicen alguna acción, como por ejemplo acercarse a un cajero automático para obtener la clave token y luego realizar un fraude».
La clave, insisten desde el sector financiero, es avanzar con la educación y que la gente advierta que compartir claves o gestionar nuevas por pedido de un supuesto representante del banco es algo muy peligroso.
Precauciones
Los consejos son simples pero imprescindibles para evitar que los ciberataques se sigan replicando: no dar datos confidenciales por teléfono, correo o SMS; ingresar siempre al homebanking a través de la página oficial del banco y no por un buscador; nunca ir a cajeros automáticos si te lo piden por teléfono; verificar que las cuentas de redes sociales de los bancos cuenten con un tilde azul de validación.
En el caso de recibir una llamada de un representante del banco del que son clientes: no dar datos personales ni bancarios (claves, Token, números completos de tarjetas o cuentas), no realizar transferencias a cambio de futuros beneficios, e informar al banco si recibimos un contacto desde un canal no oficial.
Por último, la mayoría de los bancos tiene un sistema de alertas por correo y mensaje de texto con el detalle de operaciones realizadas, que les permite mantenerse informado y prevenir o accionar a tiempo en caso de ceder datos personales sin saberlo y que puede activarse a través del homebanking.