De forma insólita, la dictadura de Kim Jong-un ordenó en la última década que siete fanáticos del género musical coreano sean asesinados públicamente, según un informe publicado por el Grupo de Trabajo de Justicia Transicional de Seúl.
“Los cargos más comunes que documentamos por ejecuciones públicas bajo el gobierno de Kim Jong-un incluyeron: ver o distribuir videos surcoreanos (7 casos), delitos relacionados con drogas (5), prostitución (5), trata de personas (4), y, menos comúnmente, asesinato o intento de asesinato (3), y ‘actos obscenos’ (3)”, informa el documento publicado por el grupo surcoreano.
Desde su asunción al poder hace poco más de una década, Kim Jong-un impulsó un importante bloqueo de información sobre los datos que ingresan a Corea del Norte.
Los materiales extranjeros, incluidas películas y libros, están prohibidos. Sin mencionar que la radio y la televisión están configuradas para recibir transmisiones gubernamentales únicamente, según publicó el sitio El Espectador.
En los últimos meses de este año, el dictador norcoreano impulsó penas mucho más fuertes contra la música pop de Corea del Sur: quienes distribuyan entretenimiento surcoreano pueden enfrentar la pena de muerte, según una ley que promulgó.
