Por qué no es aconsejable compartir la cama con perros y qué riesgo puede tener para la salud

Esta amenaza podría afectar a los amos de perros al nivel de crear una resistencia en la persona a medicamentos clave para su desarrollo. Con la vuelta del frío, es muy común ver a aquellas…

miércoles 21/07/2021 - 0:35
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Esta amenaza podría afectar a los amos de perros al nivel de crear una resistencia en la persona a medicamentos clave para su desarrollo.

Con la vuelta del frío, es muy común ver a aquellas personas que conviven con mascotas compartir su abrigo para protegerlos de las bajas temperaturas. Muchos incluso llegan a descansar junto a sus perros o gatos en sus camas, a pesar de la amenaza que representa esto para la persona, de acuerdo a lo publicado por Radio Mitre. Recientemente se conoció que esto podría llegar a  ser afectados por una bacteria por dormir junto a sus amos.

Se trata de una superbacteria que puede ser transmisible de animales a humanos de la cual se estima que mueren 700 mil personas por año. Al contagiarse, el humano desarrolla una resistencia  a antibióticos que podría afectarlo severamente ante una complicación de salud.

Dicha bacteria está identificada como el gen mcr-1, descubierta por primera vez en China durante 2015. En ese momento, los científicos responsables de su descubrimiento advirtieron que podría llegar a matar a 10 millones de personas para 2050.

El mcr-1 se encuentra muchas veces en el intestino de los perros y suele transportarse a través de microscópicas partículas fecales. No obstante, la cama no es el único lugar donde puede encontrarse ese gen, ya que las cuchas o canastas para los caninos pueden llegar a albergar estas bacterias. A su vez, su resistencia a la colistina lo vuelve sumamente longevo, ya que se trata de un poderoso antibiótico.

Un reciente estudio de la Universidad de Lisboa demostró el impacto de dicho gen al tomar muestras de más de 126 personas. Estos individuos convivieron con 102 mascotas hogareñas (felinas y caninas) en 80 hogares por más de dos años hasta febrero de 2020. En ocho de los canes y en cuatro humanos se detectaron varias bacterias, entre ellas el mcr-1.

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