Tras unos meses de desaceleración, la inflación de alimentos vuelve a ocupar el centro de las preocupaciones económicas del Gobierno, y sobre todo, de los hogares. La categoría en su conjunto acumula en el año un aumento mayor al de la inflación general, dinámica que se prevé que podría acentuarse a raíz de la suba del precio de la carne verificada en los últimos días, según publica Infobae.
Sin embargo, con gran disparidad al interior de la categoría, son varios los productos que presionan hacia arriba la canasta alimentaria. Algunos se destacan no solo por la magnitud de la suba en el último año, sino también por su impacto en la «mesa de los argentinos».
Es el caso del arroz. Después del azúcar, que triplicó su precio en el último año, el arroz es el producto envasado que mayor suba de precios registra en las góndolas de supermercados y de comercios de cercanías.
Siguiendo con el último dato del INDEC, el aumento interanual del kilo de arroz se ubicó en 162% en el Gran Buenos Aires, cifra que crece a 167% en la medición barrial del conurbano que elabora todos los meses el Instituto Social (ISEPCI) y en la que no impactan los precios acordados entre los proveedores, la cadena de comercialización y el Gobierno. Sólo el mes pasado, el arroz aumentó 12,6% según ese relevamiento, lo que llevó su precio de $333 a $375 el kilo.
Al mismo tiempo de que el arroz está ubicado hace tiempo en la lista de los alimentos que más aumentan, en las góndolas se encuentran muchas menos variedades de lo habitual e incluso se registran faltantes de algunas presentaciones clásicas.
En una de las principales empresas productoras de arroz explicaron que detrás del salto en el precio de ese insumo básico de la canasta alimentaria se combinan una serie de factores.
Por un lado, la suba del precio internacional del grano que impacta desde fines del año pasado, en consecuencia a un aumento de la demanda internacional y a interrupciones en la cadena de proveedores. A nivel local, el efecto de la sequía fue letal. Como consecuencia de las condiciones climáticas adversas, la producción del grano cayó 25% lo que covirtió a la de este año en una de las peores campañas para el sector.
“En noviembre del año pasado, la tonelada de arroz para procesar costaba $40.000. Ahora, la tonelada de grano cuesta $110.000. Ese aumento se traslada al consumidor”, explicaron en la alimenticia donde también destacaron que, con los costos actuales, es más económico importar el arroz desde Uruguay.
Un factor adicional contribuyó desde abril de este año a potenciar el aumento del precio: el arroz quedó incluido en las distintas versiones de dólar agro, ahora equivalente a $340, lo que hace que más allá de las particularidades del caso, la suba de su precio se inscriba en el contexto del impacto inflacionario de las recientes medidas adoptadas por el Gobierno para inyectar un mínimo de dólares al mercado de cambios oficial.
En ese sentido, el mayor impacto se produce en el precio del maíz, que a su vez disparó una suba en el precio de la carne, cuyo valor de mostrador venía estancado en los últimos meses.
A raíz del alza en el mercado de hacienda, ahora se prevé que los precios en las carnicerías lo reflejarán un incremento de hasta hasta 20% en los próximos días. Para peor, las cotizaciones en Cañuelas continuaron hoy al alza con lo que todavía es incierto el impacto final en la inflación.
El presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), Sergio Pedace, remarcó que el salto “es en realidad una recomposición de precios, porque estamos atrasados. Esta recomposición del 20% es del 2022 y todavía seguimos atrasados entre un 40% y 50%”.