Un estudio realizado en Texas pone el foco en el impacto cognitivo de las advertencias referidas a accidentes fatales. Podría ser un caso para replantear algunas indicaciones en Argentina.
Las distracciones al volante son el principal motivo por el que ocurren los accidentes de tránsito, especialmente los que se producen en rutas o autopistas, cuyas consecuencias, por acción de la velocidad, suelen ser graves o fatales, indica Infobae.
Las distracciones pueden ser internas o externas. Un conducto que mira el teléfono celular mientras está al volante, retira la mirada del camino por tres o cuatro segundos, y si está viajando a 120 km/h, podrá recorrer entre 100 y 120 metros sin prestar atención a lo que tiene delante. Pero no es solo el teléfono el problema, mirar la pantalla de la radio para seleccionar otra estación, inclinarse para levantar algo del suelo, o mirar qué sucede en el asiento trasero con los menores de la familia, son otros motivos habituales de accidentes en una ruta.
No es muy distinto lo que sucede con los estímulos externos que atrapan la atención del conductor y alejan la mirada del camino. Los carteles de publicidad, otro accidente en la mano contraria, mirar un paisaje o algún otro punto de interés que le señala otro ocupante del auto, también ocasionan el mismo efecto y consecuencias.
Pero un reciente estudio elaborado en el estado de Texas, EE.UU. agrega otro factor que perturba al conductor y que puede terminar en un accidente. Se trata de ciertas señalizaciones que se han colocado en las pantallas de advertencias eventuales, esos carteles luminosos que transmiten mensajes a los automovilistas.
En este estado, el Departamento de Transporte de Texas (TxDOT) decidió mostrar mensajes de fatalidad a partir de agosto de 2012, en los que se alerta a los automovilistas con cifras de accidentes fatales o con advertencias genéricas respecto al riesgo de un accidente si no conduce responsablemente.
Texas es uno de los 28 estados en los que han adoptado este método para hacer una campaña de seguridad vial activa, y allí fue donde se realizó el estudio. Lo más curioso del caso, es que la intención primaria del trabajo era respaldar con estadísticas que estos mensajes eran una ayuda para reducir la cantidad de muertes en las rutas. Sin embargo, el resultado fue el inverso, ya que los accidentes fatales aumentaron hasta en un 4,5% dentro de los 10 kilómetros siguientes de estas señales. Ese aumento fue responsable de un promedio de 2.600 choques extra al año, lo que resultó en 16 muertes más de las que había anteriormente.
Según concluyeron los expertos que elaboraron el estudio, esto se debe a algo llamado sobrecarga cognitiva. Aparentemente, tras recibir uno de estos mensajes, los conductores comienzan a concentrarse naturalmente en los riesgos que implica estar detrás del volante. Esta situación puede convertirse en un estado de agobio o distracción hasta el punto en que dejan de conducir normalmente.
El estudio destacó entonces que las campañas de mensajes sobre fatalidades aumentan la cantidad de choques. Así, contrariamente a lo que se creía, detener estas campañas es una forma económica y rápida de mejorar la seguridad vial.
También se concluyó que este tipo de intervenciones pueden ser demasiado destacadas, desplazando conductas más esenciales, lo que termina causando el efecto contrario al buscado. Por lo tanto, el mensaje, el modo de darlo y el momento en que se realice deben estudiarse y diseñarse cuidadosamente para que no sean más importantes que el acto de conducir en sí mismo.
En Argentina, existen también otros modos de alertar a los automovilistas respecto a un peligro que se enfrenta en determinados caminos. El caso más claro es el de la ruta Expedicionarios al desierto, en la provincia de La Pampa, que une las ciudades de General Acha con Colonia 25 de Mayo.
Tanto de un lado como del otro, al ingresar al camino, que se caracteriza por tener largas rectas de muchos kilómetros sin ningún tipo de accidente geográfico que haga menos monótona la conducción, han colocado autos volcados elevados sobre postes y carteles con inscripciones tales como “no durmió y volcó”. Es frecuente para personas que entran al camino por primera vez, tener un impacto sensorial profundo, y si bien se consigue el efecto de generar una alerta sobre los automovilistas, habría que medir con un estudio similar, si es una medida que contribuye a reducir los accidentes, que por cierto, siguen ocurriendo en ese camino.