La supuesta calma cambiaria de la semana pasada terminó con un nuevo estallido devaluatorio. La divisa se disparó más de un peso hasta cerrar en 40,24. Los depósitos en dólares cayeron otros 62 millones mientras las reservas bajaron 88 millones. Las versiones de dolarización agravaron la incertidumbre en un mercado donde reina la desconfianza.
Y un día iba a pasar. Después de haber coqueteado con ese precio máximo desde fines de agosto, el dólar al público finalizó la rueda de ayer por primera vez en su historia por encima de los 40 pesos. Las pizarras del microcentro se apagaron al precio de 40,24 pesos, con un alza de 1,16 pesos o el equivalente al 3 por ciento respecto del promedio en bancos y agencias de cambio de la jornada anterior. En lo que va del año el billete verde acumula una apreciación del 112,3 por ciento, mientras que los rumores de una posible dolarización de la economía o vuelta a la convertibilidad que el Gobierno intentó mitigar (ver aparte) eliminaron un techo de precios. El tipo de cambio para operaciones de más de un millón de dólares (mayorista) estuvo cerca de los 40, pero cuando había tocado los 39,90 pesos, el Banco Central intervino con ventas netas por 39 millones de dólares en reservas para cortar la escapada. El cierre en este segmento fue de 39,55 pesos, con un alza de 1,30 pesos (o 3,7 por ciento) respecto del día anterior. Las reservas cerraron en 50.529 millones de dólares, con un descenso de 88 millones.
Parte de la caída de reservas se explica por la salida de depósitos en dólares. Los ahorristas retiraron el martes (último dato disponible) 62 millones de dólares, en una seguidilla que ya lleva dos semanas, hasta disminuir ese stock a 27.020 millones. Si se compara con el máximo de 28.580 millones del 27 de agosto último, el retroceso en los depósitos en moneda extranjera asciende a los 1560 millones.
Durante la jornada del 30 de agosto el billete verde había tocado la entonces impensable marca de 40 pesos, aunque luego había finalizado a 39,87, un precio de cierre que no se había logrado superar hasta ayer. La escapada en esa oportunidad fue tal -de 5,37 pesos de suba o 15,6 por ciento en un solo día- que en un momento el mercado quedó sin referencia y se llegó a pedir hasta 42,10 pesos en algunas casas de cambio. Precisamente es el valor de 42 pesos el que el Gobierno asegura será el promedio para el año próximo, según el anticipo del proyecto de Presupuesto que recibieron los gobernadores la semana pasada y que formalmente se presentará el lunes en el Congreso.
En las siguientes dos semanas el organismo monetario que conduce el financista Luis Caputo volvió a las intervenciones directas en el mercado de cambios y abandonó el esquema de licitaciones que no impidieron que el dólar aumentara 10 pesos. El organismo perdió 12.745 millones en reservas desde el máximo de 63.274 millones del 22 de junio, cuando se computaron los 15.000 millones del préstamo del Fondo.
“Fueron subas con muchas operaciones pero de poco volumen. Era casi ridículo. Con 7 millones de dólares de demanda en el mayorista el tipo de cambios subía 2 pesos. Esto era porque el BCRA no podía intervenir por el acuerdo con el FMI. Si hubiese intervenido desde el comienzo, el dólar no saltaba tan fácil 10 pesos”, dijo a PáginaI12 José Ignacio Bano, gerente de asesores financieros de InvertirOnline.
Sin embargo, el cambio de estrategia tampoco impide lo que se presenta como una fuerza imparable. Pese a que el gobierno de Cambiemos pretende justificar la corrida contra el peso en “tormentas” externas y aprovecha cualquier dato negativo que se conozca a nivel global, la pérdida de confianza en el rumbo económico y las señales contradictorias que envía el Ejecutivo son el principal problema. “Hubo muchas malas señales que se enviaron a los mercados últimamente”, agregó el especialista. La especulación de un acuerdo con Estados Unidos para atar el peso a la suerte del dólar y la falta de contundencia de los funcionarios para rechazarla es una de esas pésimas señales.
Desde el inicio de la jornada de ayer la demanda de dólares superó ampliamente la disponibilidad en el mercado. El excedente que quedó de la licitación de letras en dólares del día anterior se volcó al mercado mayorista. El Ministerio de Hacienda renovó 763 millones de dólares sobre un total de más de 900 millones en vencimientos de ese instrumento. Para las 11 el billete verde entre bancos y empresas vinculadas al comercio exterior se transaba en los 38,25 pesos. Tres horas después “predominaron las compras llevando al dólar a valores de 39,90”, según el mercado mayorista (Forex MAE). Cuando faltaba media hora el Central intervino y lo llevó al valor de cierre de 39,55 pesos.
El traslado al minorista fue un alza de 1,16 pesos, levemente por debajo del reacomodamiento en el mayorista (1,30 pesos). Es la cuarta alza consecutiva, con las que acumula un avance de 6,1 por ciento, el cual se amplía a 7,3 por ciento en lo que va de septiembre. Desde que se inició la segunda fase de la corrida, a inicios de agosto -la primera comenzó en abril-, el billete acumula un aumento de 44,4 por ciento. En el mercado paralelo, el denominado dólar blue avanzó 75 centavos a 39,25 pesos, casi empardando el precio oficial. Por su parte, el canal alternativo de contado con liquidación se transó en 38,64 pesos, con un aumento de 45 centavos. En el mercado de futuros se negociaron 455 millones de dólares frente a 368 millones del día previo. Las apuestas en el Rofex (mercado rosarino de futuros) exhibieron un dólar a 40,50 pesos a fin de mes y 42,11 para el cierre de octubre. Para el último día de noviembre el precio se ajustó a 43,50 pesos y los contratos para la divisa a fin de este año se pactaron en los 45 pesos.