El programa de ayudas salariales ATP tiene un requisito particular que está excluyendo casi a la mitad de las pymes. Para poder ser beneficiario, el gobierno exige una caída de la facturación en términos nominales o, como máximo, una suba del 5% entre 2019 y 2020.
El problema es que al no considerar la inflación -que en marzo rozó el 50% a nivel interanual (48,6%)-, se requiere una contracción en términos reales en torno al 30%.
De esta manera, si una firma registra un 6% más de ingresos respecto al año anterior queda afuera del auxilio estatal a pesar de que sus números manifiestan una situación alarmante en la que, en verdad, su facturación se desplomó un 28,5% en términos reales.
«Tuvimos una inflación del 50%, con lo cual es muy preocupante que no se tome en cuenta. De 440 mil pymes, 200 mil se quedaron afuera y la gran mayoría fue por ese caso», indicó a LPO el presidente de CGERA, Marcelo Fernández.
Como agravante, el dirigente sostiene que producto de la gran cantidad de cheques rechazados, se incrementaron las notas de débito y la Afip las contempló como si fueran parte de la facturación. «Estamos pidiendo que no lo tengan en cuenta, pero todavía no tuvimos respuesta», dijo.
El gobierno confirmó que también pagará los salarios pymes de mayo
Por su parte, las encuestas de CAME reflejan que el 42% de las pymes no accedieron al salario complementario del gobierno y otro 30% calificó, pero aún no recibió el dinero. Dentro de aquellas que no solicitaron el beneficio, un 58% dijo no cumplir con los requisitos, un 10% que los trámites son muy burocráticos y un 32% mostró desconfianza en la entrega.
Desde la entidad empresaria no sólo piden una actualización por inflación, sino que se cubra el 100% de los sueldos de empresas de hasta 40 trabajadores, ya que «en las pymes la masa salarial tiene un peso del 40% sobre los costos totales, mientras que en las grandes empresas es del 20%».
A su vez, en muchos rubros la facturación no se corresponde con el mes en curso y mucho menos la cobranza, sobre todo en épocas de crisis como la actual. «Una cosa es la facturación y otra es la cobranza. De nada te sirve decir tengo una facturación mayor si no cobraste nada y ahora la cadena de pagos está rota», subrayaron desde CAME.
Más allá de los reclamos que ya fueron elevados a las autoridades, muchas pymes confían en poder acceder en esta nueva etapa porque a diferencia de marzo, en abril la cuarentena abarcó a la totalidad del mes y por eso derrumbó aún más la facturación. En tanto, la inflación interanual resultó del 45,6%, tres puntos menos en relación a marzo.
Fuente: LaPolíticaOnline