Por la inflación, el salario real en diciembre podría tener la peor caída mensual en más de dos décadas

Los ingreso formales bajarían más de 8%, algo que no se registraba desde abril de 2002. Los haberes jubilatorios, entre los más perjudicados por los aumentos generalizados de precios.

lunes 18/12/2023 - 20:49
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El fogonazo inflacionario de las últimas semanas impacta de lleno en los ingresos de las familias. «La caída del salario real de diciembre (de los sectores formalizados) podría superar el 9%«, lo que sería el peor registro mensual desde abril de 2002, indica un informe de la consultora Equilibra. Los especialistas prevén una contracción de entre 8% y 11,6% en el último mes del año, si la inflación promedio trepa al 25% o el 30%, respectivamente.

El costo de vida, así, treparía un nuevo escalón como consecuencia de la liberación de precios regulados por el ex ministro de Economía Sergio Massa, los aumentos de los combustibles y la suba del dólar oficial, que saltó de $ 367 a $ 800 «con el fin de recrear incentivos a las exportaciones y desalentar las importaciones«, indica un estudio de Ecolatina. La estrategia funcionó. En los últimos 3 días de la semana pasada, el Banco Central compró casi US$ 730 millones, una cifra que no se veía desde fines de 2022.

Las remarcaciones de precios deterioran los salarios aceleradamente. «Tras el 12,7% registrado en noviembre, el IPC en el GBA volvió a acelerarse y en la primera quincena de diciembre registró un aumento de del 18,1% con respecto al mismo lapso del mes anterior», subrayan en Ecolatina. «Los aumentos comenzaron después del balotaje, por la pérdida del control de precios de un gobierno que estaba de salida», dice Santiago Romero Manoukian, economista jefe de esa consultora.

Este especialista, al igual que otros, prevé una nueva aceleración en la última quincena de 2023, con una inflación promedio de 25% para todo el mes. De confirmarse el dato, «el costo de vida acumulado en el trimestre diciembre y febrero equiparará a la inflación acumulada de los 6 meses previos, es decir, entre junio y noviembre», señala Romero Manoukian.

«El incremento en los primeros 15 días de diciembre estuvo impulsado principalmente por los capítulos de salud (38,4%), donde destacan los aumentos en medicamentos y prepagas; esparcimiento (35,2%); y equipamiento y mantenimiento del hogar (28,2%), y alimentos y bebidas, que trepó 16,2%», dicen en Ecolatina.

Para la segunda quincena, añade el informe- «esperamos que se profundice la aceleración«, principalmente por el salto del 118% del tipo de cambio oficial, los ajustes derivados el desarme de Precios Justos, sumado a «los aumentos significativos» de la carne, consumo masivo y combustibles.

Según Eco Go (la consultora que dirigen los economistas Marina Dal Poggetto y Sebastián Menescalid), los alimentos y bebidas consumidos dentro del hogar aumentaron 8,2% en la primera semana de diciembre y 10,4% en la segunda. «Con este dato y considerando una proyección de variación semanal promedio de entre 4% y 5% para las próximas dos semanas del mes, la inflación alimentaria treparía a 33,2% mensual«, indica la última medición de Eco Go. De este modo, el costo de vida promedio en todo el mes «se ubicaría así en 28,2%, por encima de lo estimado la semana anterior».

Sigaut Gravina pone el acento en los ingresos de los jubilados, que en un contexto de una economía que se indexa a mayor velocidad, parecen ser los más perjudicados. «Los haberes jubilatorios llegan exhaustos a noviembre (pasan 3 meses fijos en un contexto de alta inflación) pero la revancha viene en diciembre por la suba trimestral de la movilidad jubilatoria», dice el especialista.

Y continúa: «En diciembre, los haberes del sector pasivo trepan 20,9%, pero inflación alcanzaría 25% y luego quedan 2 meses quietos. Este cálculo solo tiene en cuenta el mecanismo de la movilidad previsional (no incluye bonos que otorgó o podría otorgar el Ejecutivo para morigerar la pérdida), que al ajustar cada 3 meses, quedan muy rezagados tras el fogonazo inflacionario«.

Además de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, Sigaut Gravina añade la enorme complejidad que implica la aceleración inercia de una economía indexada, en la cual «se acortan los contratos nominales«, que apuntan a ajustarse cada vez más rápido. «Nada puede quedar fijo un mes en la Argentina», dice el economista. Si algo queda quieto (precios, salarios, por ejemplo), pierde por goleada.

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