La estimación, de la consultora Ecolatina dispara la pregunta entre sus analistas: ¿hay espacio para que vuelva la dinámica del año pasado y las paritarias sigan de cerca la inflación o la recesión derivada de la caída del poder adquisitivo contendrá el avance de los precios?.
“Creemos que se dará una combinación de ambas cosas, en donde la recesión convivirá con acuerdos salariales que harán más lenta la eventual desaceleración de la inflación. Todo este proceso tendrá costos -sociales y políticos- que se combinarán con un latente riesgo de espiralización en tanto el oficialismo tenga dificultades en llevar a cabo su plan fiscal-monetario u obtener al menos una parte de las reformas propuestas en el DNU o la Ley “Ómnibus” enviada al Congreso”, explicó la consultora.
A diferencia de lo que ocurrió en buena parte del 2023, cuando el consumo privado se sostuvo en torno del 1% a pesar de una inflación que superó el 200%, ahora, la situación parece ser distinta.
“El cambio de gobierno no sólo implicó una fuerte devaluación del tipo de cambio. La corrección de precios relativos también incluye la “liberación” de muchos precios -eliminación de acuerdos, prepagas, combustibles, telecomunicaciones- y el aumento de tarifas de servicios públicos. Todo este conjunto garantiza varios meses con inflación de dos dígitos”, según Ecolatina.
Dada la inflación esperada, para que el poder adquisitivo no se erosione en los próximos meses los salarios deberán correr al mismo ritmo. Salir “empatados” de este proceso parece difícil: solamente el salto de la inflación en diciembre dejará perdidas del orden del 10% en términos reales.
También Rocío Bisang, economista de la consultora EcoGo explica: “en los primeros meses del año esperamos ver una caída en el salario real, que va a estar amortiguada por los aumentos que se logren en las negociaciones paritarias que arrancaron a darse este mes. Lo que estamos viendo en términos de paritarias, es que cada vez son más cortas (muchas mensuales) y muchas incluyen cláusulas gatillo que permiten ajustar retroactivamente por inflación.”
En este sentido, Ecolatina también espera «una combinación de paritarias bimestrales/trimestrales que buscarán “ganarle” a los precios, con otras de ajustes mensuales -algunas virtualmente indexadas-, donde seguramente también proliferen las sumas fijas para compensar un alicaído poder de compra», estimó.
«Sin embargo, todo esto no será suficiente, y el poder adquisitivo de mínima perderá un 10% de su valor durante el verano, por lo que el efecto de la recesión -y el ancla salarial- también jugará su papel en estos meses», agregó la consultora.
El pronóstico sobre la caída del poder de compra del salario se sumá así a una situación que data de hace varios años. Recientemente dio cuenta de esto un trabajo del economista Nadin Argañaraz, cuando informó que «en los últimos 72 meses, los trabajadores formales argentinos perdieron 11 salarios desde el 2017. Mientras que los trabajadores informales perdieron 19 desde entonces.
Según estimaciones de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) el salario mínimo -que hoy es de $156.000- debió haber sido en diciembre último de más de $700 mil para satisfacer las necesidades mínimas. Teniendo en cuenta que el valor de una Canasta Básica Total para una familia tipo es de $495.798,32.
