El derrumbe en la demanda de combustibles producto del aislamiento social, preventivo y obligatorio para prevenir el coronavirus (Covid-19) profundizó el declive de la actividad hidrocarburífera.
Sin más espacio para almacenar, YPF decidió cerrar el 50% de su producción en Loma Campana, el principal bloque de extracción de crudo de Vaca Muerta. Una medida que, lejos de ser aislada, se replica en todas las principles productoras y coincide con la negociación entre el Gobierno nacional, las provincias y las empresas para fijar un nuevo «barril criollo».
La decisión, adelantada por los medios locales La Mañana de Neuquén y Río Negro, fue confirmada a BAE Negocios por una alta fuente de la compañía estatal: «No tenemos dónde almacenar petróleo. No podemos seguir produciendo porque las destilerías están trabajando a muy bajo nivel porque no hay demanda. La caída de la demanda es dramática».
Es que, según YPF, la venta de nafta cayó más del 70% respecto de los niveles previos a la cuarentena. En el caso del combustible para el transporte aéreo, la caída ronda el 95%.
Esto llevó a que los tanques de acopio de las refinerías se saturaran. Lo mismo ocurrió con los de las empresas que operan el midstream -es decir, el transporte del crudo-, como Oldelval y Ebytem. Y, colmada también su capacidad de almacenaje, las petroleras comezaron a cerrar sus pozos al no poder evacuar su producción.
Así, la petrolera controlada por el Estado y presidida por Guillermo Nielsen recortó a la mitad su producción en Loma Campana, el campo estrella de Vaca Muerta que opera junto a Chevron, de donde extraen unos 40.000 barriles diarios.
Según pudo saber este diario de fuentes empresarias, Vista Oil & Gas, Shell y ExxonMobil son algunas de las firmas que también recortaron su volumen de producción. «Es igual en todas las productoras», dijeron en una de las grandes compañías multinacionales que opera en el país.
En Shell, que tiene una capacidad diaria de extracción de unos 8.000 barriles, explicaron que la cantidad que hoy por hoy se produce «es variable». «Si un día las transportistas te piden 1.000 barriles, cerramos toda nuestra producción hasta ese nivel. Si al otro día te piden el doble, cerramos hasta 2.000», describieron.
ExxonMobil, la mayor petrolera estadounidense, cerró «unos cuantos pozos» y aprovechó los pozos que habían entrado mantenimiento para no volver a abrirlos.
Consultadas sobre la posibilidad de profundizar los recortes si el aislamiento se prolonga más allá de lo previsible, las firmas coincidieron en que eso se evalúa cotidianamente aunque señalaron que es pareciera difícil que la cuarentena se vuelva aún más restrictiva que hoy en día.
«Hoy tenemos un panorama de corto plazo, para los próximos dos meses, un panorama de un exceso de petróleo en todo el circuito», señaló la misma fuente de YPF.
Barril criollo
Este cuadro se desarrolla en paralelo a la negociación que encabeza el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kufas, para la definición de un precio sostén de alrededor de USD45 por barril de crudo para el mercado interno, casi un tercio superior a la cotización internacional, que se desplomó durante el último mes producto del parate económico global por el coronavirus y la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia.
Se trata de un intento por preservar la actividad sectorial, que supo ser una de las principales esperanzas del Gobierno para el ingreso de divisas al país, proteger los puestos de trabajo en riesgo y apuntalar la recaudación de las provincias petroleras vía regalías, que se desplomó al compás de los precios, consigna BAE Negocios. Todo eso mediante una transferencia de ingresos desde los consumidores ya que, de no fijarse el nuevo «barril criollo», el Ejecutivo podría convalidar una baja en el precio final de los combustibles.
La intención oficial es cerrar un acuerdo con todos los actores durante esta semana. Si no hubiera consenso, la medida podría avanzar por decreto o resolución ministerial.
Sin embargo, el actor clave del sector no tiene el foco puesto en esta posibilidad. «Cuando te sobra petróleo por todos lados, el tema de precios es muy relativo, no es lo determinante. No hay dónde almacenar más petróleo, no hay capacidad de almacenamiento ni en Chile ni en Uruguay. Cuál es el rol del barril criollo cuando tenés que bajar la producción. Eso será para más adelante, cuando se digiera el exceso de petróleo acumulado, que nadie sabe cuánto tiempo va a llevar», le dijo a BAE Negocios la misma alta fuente de YPF.
Hasta el momento, la mayor reticencia proviene de las refinerías (Raízen y Trafigura) y las petroleras integradas ( YPF y PAE), que se resisten a comprar el crudo a más de USD40. Mientras que las provincias y las firmas productoras, que pedían un barril a más de USD50, accederían al precio propuesto por Desarrollo Productivo ya que incluso así recibirían unos USD10 más que el precio vigente hoy en el mercado doméstico.
De cualquier manera, resta ver qué impacto tendrá en las cotizaciones gloables la decisión que tomó esta tarde la Organización de Estados Exportadores de Petróleo (OPEP) de recortar en 10 millones de barriles al día la producción de crudo, en una reunión ampliada de la participó el propio Kulfas.
También forma parte de las negociaciones la posibilidad de una modificación en el esquema de retenciones para el sector. Es que si bien Argentina casi no exporta petróleo, los derechos de exportación inciden indirectamente en la definición de la paridad internacional, la forma en que las empresas determinan los precios internos de acuerdo a los vaivenes del mercado global.
La idea de Kulfas es ir a un esquema móvil para las retenciones al petróleo. Esto permitiría bajarlas al 0% cuando el precio del barril de Brent europeo se mantenga torno a los actuales USD32, ubicarlas en el porcentaje vigente hoy en día (8%) si vuelve al nivel de febrero (por encima de los USD50) y subirlas por encima del 12% si la cotización internacional supera los USD70.