Los talleres de confección están aún paralizados. Sumado a ello, las pocas ventas en el invierno hicieron que muchas marcas no tengan suficiente capital para reinvertir.
La temporada de ropa primavera-verano será diferente a todas. No por sus colores, sus textiles o sus diseños, sino porque podría haber faltantes de productos a partir de agosto. Quienes quieran y puedan renovar el vestidor, tendrán que elegir esta vez entre un abanico mucho menor de opciones.
“El sector está al borde del colapso, la proyección para agosto es que la mitad del stock de la temporada de invierno va a quedar sin vender, incluso habiendo empezado antes de tiempo con la liquidación”, aseguró Claudio Drescher, Presidente de la Cámara Industrial Argentina de Indumentaria (CIAI). En consecuencia, al no poder vender actualmente la ropa, las marcas no tienen suficiente capital para invertir en la próxima temporada, por lo que, de no haber un plan de reactivación próximo, podría caer un 50% la oferta en comparación al año pasado. Por otro lado, los talleres de confección están paralizados por la cuarentena, por lo que no hay demasiado material producido. La mayoría, se concentra en AMBA, todavía transitando la fase 1.
Sumado a esto, referentes del sector calculan que disminuirá un 25% la demanda por la actual crisis económica. La ecuación entonces, evidencia pocos productos disponibles y un desplome en la cantidad de compradores.
“Estamos hablando con el ministro de Desarrollo Productivo, Matias Kulfas y el Secretario de industria, Ariel Schale. Les propusimos a las autoridades un plan de reconstrucción productiva”, sostuvo Drescher. ¿De qué se trata esto?. Primero, plantearon que el Ahora 12 tenga tres meses de gracia, es decir que los consumidores recién empiecen a pagar en la tercera cuota y que esto tenga una duración de un año. Además, solicitaron un plan de créditos para otorgarle capital de trabajo a la indumentaria. Las propuestas están aún en análisis.
Mientras tanto, con los comercios cerrados y apelando sólo al canal online, todo el sector sufre el desplome de las ventas. Costura, tejido, hilandería, entre otros, son los actores noqueados por el parate. Las marcas intentan salir a flote con promociones, adelantos de las liquidaciones y diversas ofertas como 2×1 en ciertas prendas, especialmente las de niños.
Según un reciente informe de CAME, las ventas minoristas cayeron 34,8%. En indumentaria, la caída promedio en el país fue de 47,5% pero con un descenso de 23,3% en el interior del país y de 71,7% en AMBA. “Hubo muchos faltantes en los comercios, en parte por falta de liquidez para comprar stock y proveedores que solo aceptaban la facturación en efectivo. Eso, más la poca circulación de gente y los protocolos que no permiten más de una o dos personas a la vez en el negocio, aplastaron la venta”, sostuvo CAME.
Fuente: ambito.com