Polémica carta de Das Neves en contra de la persecución de los sindicalistas

El gobernador de Chubut y candidato a vicepresidente de la Nación, Mario Das Neves, advierte a través de esta Carta Abierta, el peligro que significó la reciente detención de un grupo de sindicalistas, por la…

sábado 08/10/2011 - 11:00
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El gobernador de Chubut y candidato a vicepresidente de la Nación, Mario Das Neves, advierte a través de esta Carta Abierta, el peligro que significó la reciente detención de un grupo de sindicalistas, por la interacción entre el gobierno y la justicia.

¿Cómo se explica que mientras Sobrero era detenido, Aníbal Fernández salió por todos los medios afirmando que el juez de la causa poseía “elementos contundentes”?, reflexiona el compañero de fórmula de Eduardo Duhalde, identificando tras la liberación de Sobrero, el delicado mecanismo disciplinador del kirchnerismo. Hoy vinieron por un grupo de sindicalistas ¿y mañana por quién vendrán? ¿La persecución recién comienza? son algunos de los interrogantes que alerta el mandatario en las siguientes líneas.

Los procesos políticos emiten señales de fondo que, más allá del maquillaje, sirven para interpretar la verdadera naturaleza de los mismos. La ciudadanía en su conjunto tiene el derecho de optar ante estas vicisitudes. Pero sólo cuenta con dos alternativas: ofrecer resistencia antes de que sea tarde o mirar para otro lado y luego lamentarse.

En estas breves líneas me propongo reflexionar, aunque sea sintéticamente, sobre el bochorno y el peligro que significó la reciente detención de un grupo de sindicalistas, cuya cara más visible es el dirigente ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero.

Hubo alguna vez en la Alemania nazi un sabio pastor luterano, Martin Niemöller, quien reparó en las peligrosas e irreversibles consecuencias que puede traerle a un pueblo no estar dispuesto a enfrentar a las persecuciones que recaen sobre distintos sectores de la sociedad, cuando estos acechos emergen en su suelo y delante de sus narices.

¿Cómo se explica que mientras Sobrero era detenido, Aníbal Fernández salió por todos los medios afirmando que el juez de la causa poseía “elementos contundentes” y “semiplena prueba” para tomar esa decisión? Hoy Sobrero ha sido excarcelado. ¿Dónde quedan, entonces, las declaraciones del jefe de gabinete?

La libertad del sindicalista del Ferrocarril Sarmiento demuestra que estuvimos ante un peligroso mecanismo disciplinador. Su detención, ahora lo vemos con claridad, ha estado basada en una cadena de mentiras y en acusaciones vertidas por Fernández, lo cual terminó derivando en una causa armada. ¿Es posible que el ministro coordinador prejuzgue con tanta libertad? Y peor aún: ¿Qué tipo de antecedente esta situación nos deja a todos los ciudadanos?

Para que podamos tomar magnitud de lo sucedido: un funcionario del gobierno nacional de elevadísimo rango, como es Aníbal Fernández, ventiló su punto de vista en radio y TV sobre la “Causa Sobrero” incluso de manera previa a que el juez federal interviniente pudiera tomarle declaraciones a los entonces imputados. Nos encontramos ante un caso de persecución de trabajadores y sindicalistas sin antecedentes en la Argentina contemporánea. ¿No acordar con el modelo que pretende instaurar el kirchnerismo se paga de esta manera?

Ha quedado expuesto hasta dónde es capaz de llegar el gobierno de la presidente Cristina Fernández. ¿Qué garantía queda, entonces, para los argentinos de a pie? Quizás tengamos que acostumbrarnos a episodios de este tipo. ¿La persecución recién comienza?

No quiero pensar en la mala voluntad del juez federal de San Martín, Dr. Juan Manuel Yalj. Pero las tristes coincidencias no me permiten callarme. Vale destacar que este magistrado suele desempeñarse en los casos en que el kirchnerismo más lo necesita. Resulta interesante subrayar que la propia presidenta de la Nación  lo propuso como Juez de la Cámara Federal de San Martín, designándolo días antes de la detención de Sobrero.

Visto lo anterior, sólo resta el que acaso sea mi más movilizador interrogante: hoy vinieron por un grupo de sindicalistas, ¿y mañana por quién vendrán?

Una afirmación tan urgente como desafiante hacia nosotros mismos, nos la puede ofrecer aquel pastor alemán que mencioné al principio de estas líneas.

Niemöller, angustiado, se preguntaba en medio de la persecución en su país: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron por mí, para entonces, ya no quedaba nadie que pudiera protestar”.

Sin palabras. Los argentinos nos debemos una profunda –y silenciosa– reflexión. Tendemos a protestar cuando ya es tarde.

Por Mario Das Neves

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