Nicolás Di Sbroiavacca, ingeniero en petróleo e investigador de Fundación Bariloche, remarcó que en nuestro país hace falta reconocer puntualmente cómo está posicionado en el tema energético y que se debe seguir el ejemplo de los países que han tenido éxito en una política petrolera, como Noruega, Brasil y Colombia a partir de esa experiencia.
En diálogo con Radiocracia, Di Sbroiavacca recordó que en Argentina hay 19 cuencas sedimentarias, de las cuales cinco están en explotación. Esas se subdividen en áreas, que son un conjunto de yacimientos, de las que hay 180 y dentro de esas, como hay varios yacimientos, son aproximadamente 650 en total.
“Es decir que de eso se han revertido seis. Que representan sobre el total de las reservas de petróleo de Argentina, el 2 por ciento. Es evidente que esto no alcanza”, sostuvo el ingeniero. Por otro lado, remarcó que lo que ha tenido el mayor golpe de efecto, son las reversiones de áreas de Chubut y Santa Cruz, porque aquellas que está planteando Neuquén con once yacimientos, son de reserva no comprobada, menos que marginales. “Hay que invertir para ver qué es lo que hay”, aclaró.
Di Sbroiavacca dijo que esto es un dato político a tener en cuenta, una medida que dice que se puede ir por este camino y en función de eso ver la reacción que tiene la empresa. “Esto recién empieza. Es un llamado de atención, haciendo cumplir la Ley de Hidrocarburos, la 17.319 que plantea un plan de inversiones y al no realizarse, se revierte el área”, enfatizó.
Y añadió que, con estos gestos, -mayores o menores-, esto debiera ser tenido en cuenta por la empresa como un llamado de atención para que, efectivamente, se genere un diálogo y a partir de ahí se hagan las inversiones que se necesitan y no tanta remisión de utilidades hacia el exterior, para acortar en el tiempo esta agonía con la necesidad de importar petróleo y sus derivados.
“La empresa se hizo cargo en 1999, con una cantidad de reservas importantes, infraestructura de superficie y un valor que el crudo en ese momento estaba por debajo de los 18 dólares el barril. A lo largo de un tiempo, adoptó la política de extraer estos recursos y se convirtió en una multinacional, con intereses en otros países”, enumeró Di Sbroiavacca.
En función de ello, -explicó- a favor de lo que le permitían las leyes de llevar divisas al exterior, YPF fue invirtiendo en otros países con otras posibilidades de encontrar petróleo y lo está haciendo en Argelia, en Brasil. “Argentina daría la sensación que en ese sentido está siendo menos atractiva para el portafolio de negocios de la empresa en el futuro”, aseguró.
El ingeniero en petróleo explicó que el precio interno del crudo puede ser un condicionante en parte, pero que en realidad se debe tener en cuenta que esos precios internos están muy por encima de los costos, por lo que tampoco extraer un barril de petróleo en el país deja de ser negocio, obviamente.
“Si se declararan de utilidad pública los hidrocarburos, como se plantea, podría haber varios escenarios. Esto generaría a lo mejor que bajara fuertemente la cotización de la empresa y en función de eso, con una oferta hostil, se podría obtener a un precio más bajo la empresa por parte de quien la quiera comprar. Ese puede ser un escenario. De todas maneras, debe ser algo acordado, dialogado, y no ir al choque frente a un tema tan importante que no solamente toca al petrolero”, analizó Di Sbroiavacca.
El profesional tiene la sensación que todo esto habría que analizarlo un poco más. “Hay cuestiones que planteo justamente al finalizar mi artículo, que lo que hace falta en la Argentina es principalmente, saber dónde estamos posicionados hoy en hidrocarburos. Y para eso es necesaria la creación de una Agencia Nacional”, avanzó.
En tal sentido, aseveró que en los países que han tenido éxito en una política petrolera, se puede citar a Noruega, Brasil y Colombia también. “La base de eso ha estado en la creación de una agencia nacional de hidrocarburos, que tiene como objetivo principal identificar las distintas áreas petroleras, saber qué es lo que se tiene y en función de eso hacer un cronograma de lo que serían las principales licitaciones y hacer un seguimiento ‘pari passu’ con lo que sería la explotación del yacimiento, en paralelo con la empresa”, amplió.
Con ello, sostuvo que cualquier investigación que se haga, cualquier pozo de esa información, también la tendría la agencia de hidrocarburos y sería capaz de saber cuánto se queda del petróleo en la Argentina, cosa que hoy es un poco más difícil porque es toda información que manejan los privados nada más.
“Con el Estado, acá, si uno quiere encontrar causalidades, de ambas partes las puede encontrar. Sin lugar a dudas. Estamos en un punto en el que podemos armar algo distinto, que sería el de sincerar esta situación planteando entre otras cuestiones la creación de una agencia que nunca fue creada en la Argentina”, planteó.
Di Sbroiavacca dijo que si bien tuvimos una Secretaría de Energía, una ENARSA que en estos años ha tenido cierta injerencia, “nos está faltando esta posibilidad de saber, porque el recurso pertenece a la sociedad en su conjunto en función de la Constitución de nuestro país”. En base a esto, dijo que hoy por hoy cada una de las provincias tiene decisión sobre cómo administrar esos recursos y las capacidades para poder administrarlos y conocerlos son menores cuando más divididos están y más concentrados están.
“Entonces, una especie de institución a nivel macro, país, que tenga la facultad también de poder asesorar a las provincias en estos términos, bien organizada con buenos salarios, capacidad técnica y económica, sería el elemento fundamental de esta industria petrolera que queremos plantear”, remarcó.
A partir de ahí, esta agencia decidiría según sus conceptos, cuáles son las áreas a licitar y se podrá presentar una ENARSA, como una YPF, como cualquier otra empresa y tener sin privilegios la posibilidad de licitar y entrar en el negocio petrolero. “Así se hace en Noruega y mal no les está yendo”, ejemplificó.
Finalmente, sostuvo que no descarta la posibilidad de la nacionalización del petróleo. “Sé que el gobierno también la está analizando como una posibilidad concreta. Estas cosas se tienen que hacer de una manera acordada, pensada y planificada. Las cosas que se hacen de un día para el otro, arrebatadamente, después no salen como uno quiere”, concluyó.