El Gobierno y los sindicatos de pilotos de líneas aéreas no pudieron logar un acuerdo salarial, y los dirigentes gremiales ratificaron el paro de 48 horas para este fin de semana. Si bien la Secretaría de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, las organizaciones gremiales -Apla y Uala- consideraron que el recurso es «ilegal u nulo» porque ya fue adoptado y no puede emitirse nuevamente.
Igualmente, fuentes de la empresa Aerolíneas se mostraron confiadas en que podrá destrabarse la cuestión a partir de la resolución tomada por la Secretaría.
Pablo Biró, secretario general de APLA, calificó de «ilegal» la conciliación y aclaró que la cartera de Trabajo no puede dictarla dos veces en el mismo conflicto.
Genaro Trucco, secretario adjunto de UALA, señaló, en la misma línea, que la resolución oficial «ya se aplicó y no puede aplicarse otra vez» y añadió que «la medida de fuerza se mantiene».
«Estamos abiertos al diálogo, pero realmente no hubo ninguna propuesta oficial, la empresa no ofrece nada», sostuvo el sindicalista.
El encuentro se llevó a cabo en la sede de la Secretaría de Trabajo, y participaron la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que lidera Pablo Biró y la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) que conduce Cristian Erhardt.
La reunión -de la que también participaron directivos de Aerolíneas Argentinas- fue convocada por el Gobierno para intentar destrabar el paro, pero finalmente no hubo acuerdo.
Fuentes gremiales dijeron a la agencia de noticias NA que no sólo está en pie el paro de 48 horas sino que se profundizará el plan de lucha si no se alcanza un acuerdo, por lo que la huelga podría extenderse hasta el lunes.
La barbarie de los Sindicatos de pilotos
Los gremios aeronáuticos parecen vivir en un país paralelo, donde la única ley es la que ellos imponen, sin importar quién esté delante.
Ante el pedido de Alberto Fernández, candidato al que en teoría apoyan, de suspender el paro previsto para las próximas horas, contestaron que no sólo lo harán, sino que además profundizarán las medidas de protesta. Es una primera advertencia al principal candidato de la oposición: ellos suponen que contra su voluntad nadie pudo ni podrá. Mientras tanto, lo último que tienen en cuenta es a los más importantes en esta historia: los sufridos usuarios.