El Presidente del Tribunal Superior de Justicia puso en valor su encuentro con Martín Buzzi y el vicegobernador electo Gustavo Mac Karthy, junto a quienes departió acerca de la problemática de la inseguridad y las maneras de encarar una resolución a tal flagelo.
“He hablado con el gobernador electo y tocamos al tema. Se precipitaron acontecimientos que conmovieron la opinión pública, que busca respuestas en los órganos de gobierno y del Poder Judicial”, dijo el Dr. Jorge Pfleger sobre los motivos del acercamiento con los futuros gobernantes del Chubut.
En cuanto a los fuertes ruidos políticos entre los tres poderes, dijo que eso incidió en este panorama de manera amplia. “Cuando el poder político socava la autoridad del STJ, es una ecuación casi perfecta. Lo desprestigia, y el descrédito se hace carne de los jueces y de la comunidad entera”, consignó en diálogo con el programa “Luenzo de Una”, por Radiocracia.
Pfleger sugirió que en Buzzi encuentra un gobernador electo con el cual pudo salir gratificado de la reunión que mantuvieron. “Encontré en él una persona sumamente comprensible y comprensiva. Dispuesto a hablar sin ningún amago pero también sin prejuicios acerca de los problemas del poder judicial”, remarcó.
Indicó que es la primera vez en que la palabra “la culpa es de”, desapareció de la mesa. “Eso es muy auspicioso. Porque esto no se resuelve transfiriéndonos culpas sino asumiendo las responsabilidades que nos competen”, dijo y cree que han encontrado ese camino, en un marco donde la gente quiere vivir segura ante hechos reiterados que “aceleran el pulso”.
“Yo tengo una idea: la función del Estado es estimular la cooperación social a través de la cual se logra la solución de los problemas. Hay que plantarse para resolver el problema de la inseguridad, que no es una sensación, es una realidad”, remarcó y llamó a no perder la calma.
El alto funcionario judicial aseguró que con Buzzi la conversación ha sido muy plácida aunque tocaron temas muy álgidos y tuvieron posiciones encontradas. “Lo conocí y lo he tratado hace menos de un mes. Si logramos sentarnos todos los actores, incluida la comunidad a conversar con la tranquilidad del que diseña una estrategia para afirmar el cumplimiento de la Ley, habremos avanzando un tanto”, enfatizó.
“No se puede toquetear el sistema”
Los Códigos Procesales no son sino técnicas de realización de una actividad del Estado, según reflexionó Pfleger. “No soy partidario de modificar el Código. Es una regulación cuya usina es la propia Constitución, y este es el que más se ha acercado a la Constitución Provincial y responde a la Federal, que a partir de la reforma de 1994 se integró a un gran bloque nacional e internacional”.
Remarcó que es algo consolidado y no puede desestructurarse. “No se puede toquetear un sistema. Sería como ponerle a un automóvil un repuesto de otro. Lo importante del proceso penal no es la prisión preventiva sino la sentencia. Hemos perdido ese punto de mira al discutir la reforma del Código Procesal”, aclara.
Consideró que en la prisión preventiva, el Código establece presupuestos para la privación de libertad y alternativas, porque indica que ésta es la excepción y no la regla durante el proceso. “No lo decimos los jueces porque sí, sino porque así está en la propia Constitución”, subrayó Pfleger.
“Como jueces buscamos, que la Ley rija y que cumpla su fin, la paz social. Desde el conocimiento del hombre común, la Ley debe cooperar para que la comunidad viva en paz. Hay recaudos que prevén graves peligros de una persona suelta durante el proceso: perspectivas de fuga y de entorpecimiento de investigación”, introdujo.
En ese contexto, explicó que está la existencia de procesos pendientes o condenas anteriores, algo que fue muy discutido. “Hace mucho tiempo se estipuló la incidencia del comportamiento del imputado en otros procesos o la reiteración delictiva como uno de los presupuestos del peligro de fuga”, expuso.
Pfleger dice que las herramientas están. “El Código establece medidas alternativas como el arresto domiciliario, la libertad vigilada, etc. hay muchas variables que juegan en relación con la sentencia. Contrariamente a lo que se supone, este sistema hace mucho más ágil todo. El sistema pasado no permitía la solución de los procesos hasta muy pasado el tiempo, más de tres años”, analizó.
La definición de responsabilidades
Recordó el presidente del STJ que le llevó al gobernador electo una carpeta muy nutrida con un estudio que contiene un estándar de actuación por la policía y pautas para la enseñanza, educación del investigador. “Hay que romper también con que la investigación está en nuestras manos. Está en el Ministerio Público Fiscal. Eso es puramente objetivo, escapa a nosotros”, esgrimió.
Y sostuvo que no hay atención a la doctrina legal sentada por la sala penal. “Eso es posible que merezca algún tratamiento especial de la sala en relación con los jueces más allá de su independencia interna, porque sus decisiones tienen la condición de ejemplo, como la Corte Suprema en relación a nosotros”, declamó.
Por ello, dijo que a veces percibe casos donde se repiten posiciones de jueces que son revocadas, pero se persiste en esa posición. “Eso tiene una relativa incidencia sobre el problema de la inseguridad y debemos procurar revertirlo. La incidencia sobre la inseguridad es mínima, porque eso es algo coyuntural. No todas las veces desoyen la doctrina legal del STJ. Eso es algo que nosotros tenemos que observar”, reconoció.
Adujo en tal sentido que la diferencia puede ser ideológica, instrumental, y que eso no debe extrañarles, negando al mismo tiempo que exista cierta falta de capacitación por aducir que es algo que se realiza de manera constante para afinar criterios y contar con decisiones uniformes dentro del Poder Judicial.
“Los jueces somos un poder que es la cabeza política del Poder Judicial y la última instancia en grado de revisión. No parece haber demasiada atención a cierta doctrina legal sentada por el STJ que puede ser significativa a la hora de tomar ciertas decisiones que después el hombre común repudia. No lo asumo como que los jueces se han equivocado sino quizá como una falta de comunicación adecuada entre los jueces que conformamos el sistema penal. No miro con ojo crítico a nadie. En todo caso lo hago conmigo mismo”, cerró Pfleger.