En el caso de Miguel Pichetto destacan su acompañamiento tanto en el Senado como ante el Ejecutivo para temas de la producción y exportación. Pereyra se aparta de los asuntos energéticos en la Cámara, que monopolizaba el oficialismo neuquino.
La ausencia de Guillermo Pereyra en el Senado nacional a partir del 10 de diciembre abrirá una suerte de vacante para el lugar que ocupó como referente en materia hidrocarburífera en los últimos seis años. El también líder del Sindicato de Petroleros Privados explotó al máximo el lugar al que accedió en las elecciones del 2013 y lo combinó con su rol de dirigente gremial para fortalecer su poder y actuar, en ocasiones, de intermediario con el gobierno provincial y actores más pequeños como las cooperativas eléctricas en sus demandas contra la Nación.
Tras su derrota el 27 de octubre, Pereyra se irá ahora del Senado sin haber podido tratar su proyecto para crear un fondo de infraestructura para las localidades afectadas por el desarrollo de Vaca Muerta ni su iniciativa para crear una suerte de “blindaje” que aliente las inversiones.
Ya es prácticamente un hecho que el gobierno que inicie el presidente electo, Alberto Fernández, presentará una ley propia en el Congreso para establecer las reglas de juego de su política hidrocarburífera y el MPN no estará allí para discutirla.
Esa ausencia, al menos en la Cámara Alta, le dará un margen a los representantes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio para disputar la agenda energética, hasta ahora monopolizada por el oficialismo provincial.
El único legislador que pareciera interesado en posicionarse como conocedor del tema es el diputado nacional Darío Martínez, quien dijo estar trabajando en la elaboración de una nueva ley de hidrocarburos con su par de Río Negro, María Emilia Soria. Actualmente ocupa la presidencia de la comisión de Energía de la Cámara Baja y, el día después de la elección, aseguró a este diario que “sería muy bueno” para la provincia mantener esa representación en la composición que viene.
En el Senado, ni Oscar Parrilli, ni Silvia Sapag o Lucila Crexell han actuado particularmente interesados en discutirle al gobierno provincial las políticas para Vaca Muerta, aunque se verán obligados a hacerlo si es que quieren conservar para Neuquén la otra estratégica comisión de Energía en la Cámara Alta que hoy conduce Pereyra.
Se abre una oportunidad para que otros actores políticos tomen las riendas de la agenda energética que, a fin de cuentas, es la que necesitarán conocer al dedillo si quieren disputar el gobierno de la provincia en el 2023.
En el 2014, cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner propuso una nueva ley de hidrocarburos para su discusión en el Congreso, la mayor discusión se dio puertas afuera.
El gobernador Jorge Sapag, entonces distanciado con el senador Pereyra, se movió con el resto de los mandatarios petroleros para hacer notar sus diferencias y negociar los cambios que consideraban necesarios. Eran los tiempos de la Ofephi, la ahora casi desaparecida Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, que adquirió un rol protagónico en la aglutinación de dirigentes opositores al proyecto del kirchnerismo.
El gobernador Omar Gutiérrez acaso deberá retomar una herramienta como esa cuando quiera negociar posiciones frente al gobierno nacional o bien aceitar esa relación de “agenda abierta” que inició con Fernández en su primer encuentro, el jueves pasado.
En el plano sindical, queda ver si la derrota de Pereyra lo dejará debilitado frente a las empresas del sector o lo dejará más “libre” para actuar con medidas de fuerza, ya despojado del cargo que le demandaba mayor diplomacia. Por lo pronto, el primer encuentro paritario pos elecciones no resultó auspicioso: las cámaras llegaron sin ninguna oferta y pidieron un cuarto intermedio hasta mañana.
Pichetto y un rol activo para los temas frutícolas
El rol de Miguel Pichetto en el Senado y como nexo con los gobiernos nacionales de turno fue relevante sobre todo para la fruticultura. Productores y empresarios sostienen que en la mayoría de los casos, Pichetto consiguió respuestas favorables a las demandas, aunque a lo largo de los años no aparecieron las soluciones de fondo para el sector.
En la fruticultura regional ven que la partida de Pichetto del Senado y de su rol de gestor con los gobiernos centrales de distinto signo, dejará un vacío que, por el perfil de los que llegan, no será fácil de cubrir. De hecho, los actuales senadores de Neuquén y Río Negro más bien acompañaron otras iniciativas necesarias para el sector, pero no fueron sus impulsores. Casualmente la mayoría de esas iniciativas fueron del mismo Pichetto.
Marcelo Loyarte, gerente de la CAFI, reconoció en el actual senador y ex candidato a vicepresidente a un “referente para el sector frutícola, tanto en el Senado como en el Ejecutivo”. Agregó que “es justo reconocerle a Pichetto su rol para con productores y empresarios, porque le tocaron los peores años de la fruticultura y nunca nos dejó de atender y acompañar en cada reclamo”.
Loyarte entiende que “hay que trabajar en generar nuevos vínculos en el Congreso que se renueva y con el Gobierno nacional y eso no es tarea sencilla”.
Productores y empresarios entienden que sin Pichetto será más complejo buscar voces que peleen por la fruticultura, aunque dejan abierta la chance a que de entre los nuevos legisladores surja un referente del sector.
Cuando los productores analizan el papel de los legisladores rionegrinos y neuquinos, incluyen a diputados y senadores y sostienen que entre las dos cámaras se destacaron Pichetto y en menor medida Lucila Crexel. Sí reconocen que el resto de los representantes de Neuquén y Río Negro votaron a favor de determinadas medidas para el sector cuando fue necesario.
De los que vienen, no se conoce particular interés por los temas productivos, aunque si uno analizara roles presentes, Alberto Weretilneck, el actual gobernador, podría ser una voz autorizada para escuchar los reclamos de los productores de manzanas y peras, de los vitivinicultores y de la economía regional en general.
El gerente de CAFI pone al actual gobernador como un “muy buen interlocutor, con él tenemos línea directa y conoce todas las problemáticas de la fruticultura”.
Pichetto entró y se irá del Senado con la fruticultura en crisis. A lo largo de los años, con altibajos, los gobiernos de turno sólo fueron resolviendo la coyuntura y el sector jamás pudo conseguir la estabilidad que necesitaba y hoy necesita.
Al sector no sólo le preocupa la partida de Pichetto. También desconocen qué piensa el electo presidente Alberto Fernández sobre la situación de la fruticultura regional y tampoco saben quién será el referente para estos temas en su gabinete.
Pichetto tuvo que ver en cada declaración de emergencia frutícola, en aportes no reintegrables para el sector, en créditos a baja tasa que se fueron gestionando a medida que la actividad fue decayendo.
Fue el gestor del regreso de los reembolsos por puertos patagónicos que luego se perdieron, de la suba de reintegros para las exportaciones y en el final del gobierno de Cristina Fernández, de la baja de combustibles para el norte de la Patagonia, que si bien alcanzó a todos, fue ideado originalmente para beneficiar a la fruticultura y ayudar a bajar los costos de la actividad.
La iniciativa que más destacan empresarios y productores es la ley de emergencia frutícola, que, según dicen, permitió salvar empresas y mantener la actividad en marcha a pesar de la profunda crisis que vive el sector.
Es el momento de otros actores en la gestión, actores con mirada regional dispuestos a trasladar las exigencias.
Fuente: Diario Río Negro