El Sindicato Petroleros Privados, que dirige Guillermo Pereyra, volverá a mostrar su reclamo en las calles. Después de siete años la dirigencia gremial convoca a colmar el céntrico paseo Vuelta de Obligado en la capital de Neuquén. Lo que promete ser una masiva asamblea fue confirmada para el 23 de Enero. El asfixiante malestar en Vaca Muerta, provocado por los despidos y suspensiones, iniciados en los últimos meses de 2019, empujó a la conducción sindical a lanzar un ultimátum.
Tras el congelamiento de los combustibles, el 14 de Agosto, después de la derrota electoral de Cambiemos en las PASO, la industria petrolera comenzó a cerrar el grifo de su actividad hasta llegar a un estado de virtual paralización. El Sindicato contabilizó 1.900 operarios cesanteados, entre despedidos y suspendidos.
A fines de Diciembre el área de Trabajo de Nación mantiene al sector en una conciliación obligatoria. El plazo vence el 28 de este mes y desde Petroleros aseguran que no hubo avances y, agregan, que cada vez la crisis se profundiza más.
“Esperamos hasta el viernes porque nos dijeron que nos iban a llamar, pero no pasó nada. Si el 28 (de este mes) no llegamos con un acuerdo se activan todos los despidos. Esta situación es gravísima”, aseguró Pereyra. También se refirió a los retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, algo que tuvo una amplia aceptación en los meses pasados, y pidió a las empresas que “dejen de presionar a los compañeros”.
Una fuente cercana a la conducción sindical aseguró a Diario Río Negro que se evalúan medidas drásticas si no existe una intervención favorable.
Para encontrar un paro con afectación a la producción hay que viajar en el tiempo a 2012, durante el Gobierno de Cristina Fernández, cuando además la CGT de Hugo Moyano comenzaba a enfrentarse con el Ejecutivo por Impuesto a las Ganancias.
En aquella oportunidad más de 10.000 afiliados se convocaron en Vuelta de Obligado. Para entonces Vaca Muerta era apenas una ilusión discursiva. Para el jueves de la semana próxima el Sindicato promete reunir a unos 20.000 operarios.
En los últimos meses se reportó la baja de 17 equipos de perforación en la Cuenca Neuquina. Además, el número de fracturas cayó casi a la mitad hacia fin de año. Los expertos de la industria aseguran que no habrá reactivación sin señales claras y que, si llegasen a la brevedad, la actividad vería una mejora recién en abril o mayo.
Desde el Sindicato que conduce Pereyra aseguran que la conciliación, que debía retrotraer las acciones, no tuvo efecto y que los operarios siguen sin funciones y sin subir a los yacimientos.