El dirigente petrolero señala que la situación de gran parte de los trabajadores petroleros es dramática.
Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa reaccionó este domingo por la tarde luego de los rumores de una presunta modificación al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), ante la crisis que padece el sector hidrocarburífero por el desplome de la actividad y el contexto del coronavirus, señala LMNeuquen.
El sindicalista sostuvo, mediante un comunicado, que se trata de “operaciones de prensa” y que YPF, la operadora nacional que mueve más del 60% de la actividad en el país “tiene paralizada el 100% su actividad en la cuenca, incluyendo equipos de perforación, workover, fractura y servicios especiales”.
Según se pudo saber, el debate de fondo es mucho más complejo en el contexto de la crisis histórica del sector hidrocarburífero. Y entre las partes están intentando darle una forma para que YPF pueda volver a la actividad (derrumbada por la baja de la demanda de combustibles) en términos más rentables en el shale.
Se trata, en algún sentido, de trabajar un protocolo de premios por productividad para las empresas y trabajadores, mecanismos para que las pymes puedan ser sustentables, otros sistemas de resolución de conflcitos en el ámbito laboral y acuerdos de entrenamiento entre sindicatos y las universidades. No obstante, todos estos ejes tendrán una forma, que aún no está clara, si es una reforma del CCL o una adenda.
El líder sindical envió un audio a sus afiliados comunicando la situación en cuanto a la negociación con la empresa de bandera. La situación también alcanza a Petroleros Jerárquicos, que conduce Manuel Arévalo, quien también se expresó en duros términos hace unos días, también sobre la posible modificación del convenio.
“Mientras que en yacimientos convencionales apenas mantiene el mínimo de su actividad, algo que se suma a difícil situación financiera y económica no derivada de la pandemia de Covid-19, sino a años de desmanejos y vaivenes políticos, que alternadamente fueron tomando a la compañía como botín de guerra”, sostuvieron desde el sindicato de Petroleros Privados.
«Nosotros lo trabajadores, cuando YPF estaba por el piso teníamos muy claro qué teníamos que hacer para recuperar la actividad, se habían caído los equipos, no había perforación, no había nada y fuimos nosotros quienes empezamos a motorizar junto a las cámaras CEPH y CEOPE donde no se les saco un solo derecho a los trabajadores, no se modificó un solo artículo sólo se le agregó una nueva actividad que no estaba en el convenio, que era el no convencional», sostuvo Pereya en un audio.
En otro orden, Pereyra ya había dicho en declaraciones no se iba a tocar el CCT y que no hay más lugar para un ajuste en el salarios de los trabajadores. Hay un compás de espera para el diálogo con YPF.
La situación de gran parte de los trabajadores petroleros es dramática, a juzgar por el gremio: alrededor de 20.000 empleados en la casa, sin poder regresar a los yacimientos (sólo algunos con determinados contratos por parte de algunas operadoras) y cobrando el 60% del salario, tras un acuerdo con las cámaras. También reciben aporte del Programa de Ayuda al Trabajo y la Producción (ATP) que financia el 40% de los salarios a los trabajadores de las compañías en crisis.