El luchador de Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC), Keith Richardson, protagonizó un insólito episodio durante una velada celebrada en Hollywood, Los Ángeles, al golpear al árbitro tras perder por nocaut técnico en su combate contra Alberto Blas por el título de la categoría gallo.
Richardson, evidentemente desorientado por los golpes recibidos, no se percató del final de la pelea y siguió lanzando golpes, esta vez contra el árbitro, Shane Burgos, quien intentaba contener la situación.
En la rueda de prensa posterior a la pelea, Richardson bromeó con prepararse para enfrentar a Burgos al ser consultado sobre su futuro. Sin embargo, más tarde se disculpó públicamente con el árbitro a través de sus redes sociales, afirmando que «no supe lo que pasó hasta que vi el video en el vestuario».
El peleador, ex marine estadounidense, negó que la reciente muerte de uno de sus soldados haya afectado su rendimiento. «Tenía la mente clara. Estoy acostumbrado a manejar este tipo de situaciones», declaró.
Richardson reconoció la victoria de Blas y agradeció el apoyo de sus seguidores. «Volveré a entrenar hoy como es mi rutina habitual», concluyó, según Infobae.
