Jorge trabajó de taxista hasta hace un tiempo, y luego de que desistieran de sus servicios como conductor, no dudó en ponerse el delantal y cocinar con su esposa lo que luego vendería en la calle y entregaría a domicilio junto con su hijo: «Estamos vendiendo escabeches de poroto, mondongo y berenjenas. Mercadería fresca y del día. Se hace, se vende y se elabora nuevamente», anunciaba el hombre en Facebook a través de una publicación que se hizo viral en la ciudad.
La pandemia trajo consigo terribles consecuencias no solo en la salud de gran parte de la sociedad, sino también en la economía de muchos que hasta hace tres meses contaban con un empleo y, antes del impacto del coronavirus, no avisoraban la posibilidad de perder su fuente laboral.
Jorge Gallardo es oriundo de Comodoro, tiene 53 años y cuenta a El Comodorense que se desempeñaba como taxista hasta hace un mes y medio, cuando perdió su empleo de forma repentina.
«Me quedé sin trabajo debido a la pandemia. Estaba trabajando de taxista y la dueña del taxi decidió parar hasta que se calme un poco y cuando quise regresar dijo que la situación no daba para seguir trabajando de esa forma. Cada vez se trabajaba menos y como no tenía para pagarle a un empleado se puso a trabajar ella», lamentó Gallardo.
Sin embargo, el duro golpe de haber perdido su fuente de trabajo no impidió que tome un delantal y se ponga a cocinar, como lo hizo durante un tiempo en Buenos Aires, donde se instaló para ingresar en la Policía Aeronáutica aunque finalmente terminó quedándose 23 años.
Un anuncio y miles de reacciones
La vida lo trajo nuevamente a Comodoro, donde ahora decidió incursionar en el rubro gastronómico por la urgencia que supone traer, justamente, un plato de comida a la mesa todos los días. «Opte por la comida porque es lo que la gente nunca deja de comprar. Tanto mi esposa como yo nos dedicamos a la cocina. Yo trabajé de joven un tiempo en restaurantes allá en Buenos Aires y mi esposa también».
Jorge se vio asombrado cuando en Facebook, su publicación anunciando de manera fugaz los productos que vende a la salida de la Anónima de Kilómetro 8, se hizo viral al reunir más de 28 mil reproducciones y habiéndo sido compartida casi 700 veces. «Eso ayudó mucho a las ventas porque empezaron a comprar más», celebra.
Él y su esposa, llevan adelante una rutina que repiten todos los días para poder sobrellevar la difícil situación que enfrentan, al igual que miles de familias debido al impacto del Coronavirus en la economía.
«Todos los días cocinamos a las 7:30 de la mañana para poder salir a las 9:30 con mi hijo a entregar a domicilio los primeros pedidos. A las 10:30 vamos para la Anónima del 8 y nos quedamos ahí hasta agotar stock», comenta.
Por la tarde, vuelve nuevamente a vender, pero ahora repartiendo a domicilio, allí la gente lo llama y él lleva el pedido que le realizan al número 2974707404.
«Soy cristiano y creo en la gente y creo también que esta pandemia inclusive le dejó algo bueno: que hay que ayudar un poco más al que necesita», finalizó agradecido.