Perdió 50 kilos pero sobrevivió al coronavirus tras 64 días en terapia intensiva

Cuando despertó, las primeras palabras de Raúl Gutiérrez fueron “muchas gracias”. El virus le consumió los músculos. Pero su vida ahora recomienza. Un milagro en Florencio Varela. Entrenamiento duro y partidos de fútbol. La vida…

miércoles 30/09/2020 - 12:05
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Cuando despertó, las primeras palabras de Raúl Gutiérrez fueron “muchas gracias”. El virus le consumió los músculos. Pero su vida ahora recomienza. Un milagro en Florencio Varela.

Entrenamiento duro y partidos de fútbol. La vida de Raúl Gutiérrez, de 36 años, siempre estuvo ligada al deporte. Hace tres años, pudo abrir su propio gimnasio y su afición por la musculación lo destacó como fisicoculturista. Aún así, el COVID-19 se le envalentonó y lo atacó sin piedad. Se trenzaron en una ardua lucha. El virus se expandió y la vida de Raúl estuvo arrinconada 64 días en terapia intensiva, 60 de ellos pendiente de un respirador artifical. ¿Qué pasó en el último round? Raúl logró zafar del abrazo asfixiante de la muerte y sobrevivió.

Fueron dos meses de esfuerzo médico desplegado por un equipo de profesionales del Hospital El Cruce, de Florencio Varela, que contuvo a la familia con humanidad y partes diarios que relataban con gotitas de esperanza los avances y susurraban con cautela los retrocesos.

Durante ese tiempo de incertidumbre, Raúl perdía peso y su novia, dos hijas, padres, hermanos, amigos y alumnos no salían del asombro ante la gravedad de la situación. ¿Cómo una persona joven, hasta allí sana y sin antecedentes de tener factores de riesgo podía sufrir tanto?

Su estado de salud se desbarrancaba. Pero los médicos, atareados y agotados por las circunstancias, no renunciaban a salvarle la vida. Le practicaron dos cirugías de pulmón. Y al menos tres veces, Raúl estuvo al borde de la muerte.

Lo tuvieron que pronar, es decir le aplicaron la técnica que cambia la movilidad diafragmática y mejora la ventilación respiratoria. Seis veces le hicieron ese procedimiento, para que la saturación de oxígeno mejorara. Es un momento extremo, con el paciente boca abajo, para optimizar el funcionamiento del pulmón, y sólo se hace frente al riesgo de muerte.

La novia de Raúl, Alejandra Zabala, recuerda cada día. Desde aquel sábado en el que los médicos le decían que la situación era muy difícil, que faltaba mucho para que su pareja despertara, hasta ese domingo nueve de agosto en que le comunicaron que Raúl por fin abrió los ojos.

“Salté de la alegría, lloraba de la emoción, le avisé a los padres y a los amigos. Dios escuchó las oraciones que salieron de mi corazón”, recuerda todavía muy movilizada.

En la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos del Hospital El Cruce, ese momento fue una señal, el momento decisivo de la pelea. Había que actuar, en medio del impacto emocional.

“Cuando se despertó, sentimos por primera vez que podíamos recuperarlo. Y cuando lo desvinculamos del ventilador y sus primeras palabras fueron ‘muchas gracias’, la emoción nos invadió. Todos los que estaban presentes se pusieron a llorar, cada uno sintió esa sensación de ‘misión cumplida’”, reconoce el doctor Nestor Pistillo (M.P. 221.115), jefe de la unidad de cuidados intensivos.

El reencuentro

“Pesaba 100 kilos y por el virus perdí casi 50. Hoy, estoy muy agradecido al Hospital El Cruce. Gracias a ellos, pude volver a estar con mi familia y avanzo día a día”, relata conmovido el protagonista de esta historia.

La propuesta de una “internación conjunta” una vez que salió de la terapia intensiva permitió que su pareja Alejandra se internara con él. Este acercamiento fue muy importante para la recuperación. Antes del alta, Alejandra también fue capacitada por el personal de salud para que pudiera acompañarlo desde su casa.

El recibimiento de Raúl en su barrio también estuvo cargado de afecto: familiares, amigos y vecinos se congregaron en su casa de Florencio Varela para darle la bienvenida. También, para agradecer a los enfermeros, médicos, personal de limpieza y a todos los trabajadores del hospital.

 A 15 días de haber recibido el alta, Raúl está en su casa recuperándose junto a su familia.
A 15 días de haber recibido el alta, Raúl está en su casa recuperándose junto a su familia.

“Su caso nos sorprendió a todos. La insuficiencia respiratoria por la neumonía que causó el COVID-19 era muy grave. El daño pulmonar fue severo pero logró recuperarse”, detalla Pistillo. También remarca: “Su caso es una excepción a la regla. Las personas con factores de riesgo deben cuidarse pero esto nos enseña que nadie es inmune al virus”.

El objetivo ahora es activar la musculatura respiratoria y ayudar a utilizar de forma eficiente los pulmones. Hay que ir despacio, el cansancio es enorme. “Estamos estudiando qué secuelas deja el virus y los tratamientos recibidos. Raúl ahora hace terapia kinesiológica”, señala el especialista.

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“Estoy caminando, moviendo los brazos. Me paro solo, camino bastante y como muy bien”, describe Raúl. Sus alumnos le escriben a diario y su sueño es volver a entrenar con ellos. Cada vez falta menos. Por ahora, él les comparte sus avances a través del WhatsApp.

Fuente: TN

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