Negativa para el arzobispo: El jefe de Gabinete descartó el pedido que Víctor Fernández deslizó en su tedéum platense frente a Vidal, aunque negó un conflicto del Gobierno con los obispos. Rodríguez Larreta puso en escena una sobreactuación “pro vida” para mostrarse cercano a la Iglesia.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, negó que exista un conflicto con la iglesia católica y confirmó que el presidente Mauricio Macri no vetará la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, si el Senado finalmente ratifica la media sanción de Diputados. Así, Peña descartó el pedido del arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, que reclamó el veto presidencial si la ley fuera aprobada, durante el Tedeum por el 9 de Julio en la catedral platense a la que asistió la gobernadora María Eugenia Vidal, enrolada en la campaña “provida” contra la legalización del aborto. En tanto, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aprovechó el Tedeum en la catedral metropolitana para sumarse a la campaña antiabortista de la iglesia consagrando públicamente su vida, su gestión y la ciudad de Buenos Aires al Sagrado Corazón de Jesús, “bajo la protección del Inmaculado Corazón de la Virgen”.
Peña reafirmó ayer que Macri respetará la decisión del Congreso ante los periodistas acreditados en Casa Rosada tras una reunión de Gabinete. “El Presidente ha sido claro en su convicción sobre la importancia de dar un debate republicano, que implica respetar el resultado y por supuesto no vetar la ley”, sostuvo el ministro coordinador.
La ratificación de la postura presidencial llegó después que desde la iglesia católica reclamaron el veto presidencial si la ley era aprobada por el Parlamento. Al mismo tiempo, el jefe de Gabinete negó un conflicto con la iglesia y aseguró que existe una “muy buena relación” con el Episcopado. “Es una muy buena relación institucional. Hemos sido muy respetuoso de su palabra y del diálogo”, insistió Peña.
Los Tedeum y homilías por el aniversario de la declaración de la Independencia se transformaron en tribunas de la iglesia católica contra la sanción de la ley por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que ahora debate el Senado.
Quien fue más lejos en su reclamo, fue el arzobispo platense. “Creo que la política se queda sin espíritu y se vuelve pragmatismo vacío cuando uno deja de amar la vida más frágil, la vida más pequeña y limitada, cuando ya no lo hiere la vida amenazada, cuando ya no se obsesiona por salvar a todos”, dijo Fernández en su homilía.
Luego, el arzobispo citó al presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, quien vetó una ley de aborto y no movido por un dogma, “sino por una convicción profundamente humanista, la convicción de que la vida humana se defiende siempre o siempre quedará expuesta a cualquier atropello”. Una invitación abierta a Macri para que imite a su par uruguayo.
En el Tedeum estaba presente la gobernadora bonaerense. Antes de ingresar a la catedral platense, Vidal posó para una foto junto a joven de una agrupación “pro vida” y sosteniendo un pañuelo celeste que identifica la campaña antiabortista. No es la primera vez que la gobernadora da muestra de su enrolamiento con los sectores anti derechos.
Otro exponente del gobierno macrista también aprovechó la fecha patria para mostrar su encolumnamiento con la iglesia católica y su postura antiabortista. Tras el Tedeum en la catedral metropolitana, Rodríguez Larreta consagró su vida y su gestión política, y la suerte de los porteños, al sagrado corazón de Jesús.
“Quiero presentarme ante Dios como Jefe de Gobierno, consagrando mi vida, mi gestión y la Ciudad de Buenos Aires al cuidado del Sagrado Corazón de Jesús, lo hago bajo la protección del Inmaculado Corazón de la Virgen, su Madre, cuyo nombre lleva esta Ciudad”, manifestó el alcalde porteño después de la comunión y en compañía de su esposa, la wedding planner Bárbara Diez.
“Me acompañan en este momento los vecinos que desde su propia oración, expresada en la diversidad religiosa que tanto nos enriquece o con el buen deseo del corazón, quieren lo mismo: construir una sociedad justa, pacífica, basada en el respeto y la solidaridad”, invocó y prometió después Rodríguez Larreta. Quizá amparado en el preámbulo de la Constitución porteña en la que los constituyes invocaron “la protección de Dios y la guía de nuestra conciencia” para sancionarla y promulgarla.
El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, acompañó la celebración y la consagración del alcalde con la satisfacción de que se trató de una ratificación de Rodríguez Larreta a los reclamos antiabortistas que descargó desde el púlpito: “Nos duele y entristece que se piense legislar para que muchos argentinos que se están gestando en las panzas de sus mamás no puedan entrar en la fiesta de la vida y ser herederos de la independencia”, había dicho Poli.