Patricia Bullrich anunció que Horacio Rodríguez Larreta será su jefe de Gabinete en caso de ganar

La candidata presidencial de JxC busca contener los votos que sacó su rival en las PASO y exhibir muestras de unidad de cara a las elecciones generales.

sábado 14/10/2023 - 11:28
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Cuando faltan ocho días para las elecciones generales, una disputa decisiva en la que podría definirse el nuevo mapa de poder en el país, la candidata a presidente de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich anunció que Horacio Rodríguez Larreta, alcalde porteño y su rival interno en las PASO, será su jefe de gabinete en caso de ganar los comicios.

“Para lograr que este cambio sea con ejecución rápida y eficiente, he convocado a Horacio para que me acompañe como jefe de gabinete de ministros, aseguró Bullrich desde el Jardín Botánico, donde encabezó una conferencia de prensa. Destacó los “atributos” y “la capacidad de gestión” de Larreta y las “transformaciones” que logró en la ciudad. “Te agradezco que hayas aceptado este lugar”, completó antes de darle un beso y un abrazo. Lo hizo escoltada por el radical Luis Petri, su compañero de fórmula.

Previamente, a las 9, convocó a una reunión a sus colaboradores y aliados para comunicarles la decisión. Intentó manejar el tema con el mayor hermetismo para dar un golpe de efecto en el sprint final de la campaña, pero no logró evitar las filtraciones. “Esto es mucho más que un anuncio electoral, es demostrarle a la sociedad que JxC está listo para agarrar el país desde el fondo del pozo. Y para sacarlo de ahí estamos convocando a los que tienen más experiencia”, sostuvo Bullrich.

Larreta se mostró agradecido por la convocatoria de Bullrich: “Es un orgullo para mí seguir siendo parte. La elección fue un golpe, pero hay que seguir adelante. Voy a dejar todo en la cancha porque nos enfrentamos a dos populismos que ya mostraron lo destructivos que son y está claro que la opción de cambio real es Juntos por el Cambio”, resaltó el jefe porteño.

Luego, completó: “Es una responsabilidad que tengo que asumir y afrontar. Porque siempre dije que quería ser parte de la transformación de la Argentina. Y porque soy un jugador de equipo”.

Si bien el vínculo se había deteriorado por la puja interna, Bullrich se aproximó a Larreta durante los últimos días. En el círculo de confianza del alcalde había quejas por los desencuentros, la falta de contención o coordinación para la campaña, a pesar de que Larreta se había puesto a disposición para colaborar. Según indicaron fuentes de Pro, mantuvieron una reunión a solas en la que la exministra le anticipó que podría ofrecerle ser su jefe de gabinete. Finalmente, el jueves le habría hecho una propuesta concreta. Larreta aceptó, pese a las dudas por las secuelas de la interna de Pro. “Es su deber apoyar en todo lo que pueda a JxC”, afirman cerca del jefe porteño.

Con esta puesta en escena, la exministra de Seguridad pretende cerrar filas con sus adversarios en la compulsa de las primarias para evitar cualquier merma de votos y consolidar el 28% de adhesiones que cosechó el conglomerado opositor que integran el Pro, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano Federal, entre otras fuerzas, en las PASO. “Patricia es práctica: juntar lo de Juntos. Con 30 puntos estamos en el ballottage”, justificó uno de los laderos de Bullrich. No es casual, indican socios clave de la extitular de Pro, que Diego Santilli también redoble sus esfuerzos en Buenos Aires con recorridas, actos y videos para empujar la candidatura a gobernador de Néstor Grindetti.

En una disputa reñida con Javier Milei (La Libertad Avanza) y Sergio Massa (Unión por la Patria), Bullrich redobla esfuerzos para retener los votos y buscar nuevos apoyos en la cantera de los indecisos o de las once millones de personas que no concurrieron a las urnas en las PASO.

Por esa razón, Bullrich priorizó en los últimos días aunar fuerzas con sus principales socios de JxC para solidificar la unidad del espacio. Intenta resalta el sustento legislativo y el capital político que tendrá el bloque opositor -diez gobernadores o 500 intendentes- para impulsar reformas. Su objetivo para el tramo final es evitar errores no forzados y minimizar los ruidos internos en JxC. De hecho, Bullrich compartió ayer por primera vez desde que arrancó la campaña para los comicios generales una recorrida por Pergamino y Junín junto a Mauricio Macri, después de las tensiones que provocaron las declaraciones del expresidente en Harvard, donde volvió a coquetear con un eventual acuerdo parlamentario con Milei.

En la competencia interna de JxC en las primarias, Larreta, que aglutinó entre sus aliados a Gerardo Morales, Martín Lousteau, Elisa Carrió, José Luis Espert o Miguel Pichetto, entre otros, obtuvo el 11% de los votos. Bullrich logró victorias claras en Córdoba, la Capital, Santa Fe y Mendoza y logró imponerse en Buenos Aires, donde Grindetti consiguió una ajustada ventaja sobre Santilli, el pupilo de Larreta en el territorio bonaerense. Larreta, en tanto, se hizo fuerte en Jujuy, La Rioja y San Juan.

Resta saber si la búsqueda de consolidar el voto moderado de Larreta con su incorporación a un eventual gobierno de JxC le quitará a la exministra adhesiones en el núcleo duro de Pro.

Bullrich apuesta a que, sorteada la disputa interna, JxC mejorará su performance respecto de las PASO. Apunta, sobre todo, a beneficiarse de un aumento de la participación. También cree que Milei tiene un voto volátil, por lo que confía en que un sector de los que lo apoyaron en las primarias se mude al campamento de JxC, dada la presunta “incertidumbre” y “miedo” que provocó el libertario con sus marchas y contramarchas sobre la dolarización o los vouchers educativos. A su vez, especula con que el economista podría sufrir un desgaste por su alianza con el sindicalista Luis Barrionuevo.

La exministra buscó esta semana aprovechar el descontrol cambiario para posicionar a JxC como la alternativa racional y “responsable”. Frente a las declaraciones de Milei sobre el valor de la moneda -”el peso es excremento” o sus consejos a los ahorristas para que no renueven sus depósitos a plazo fijo, Bullrich encontró una oportunidad para plantarse en el escenario y cuestionar con dureza a sus rivales en la pelea por llegar al ballottage. Durante toda la semana apuntó sus dardos contra Massa y Milei, a quienes acusó por la corrida del blue.

Bullrich y Larreta habían protagonizado una interna encarnizada por el dominio opositor. Durante la campaña para las PASO dirimieron sus diferencias a cielo abierto: la exministra rechazaba el modelo dialoguista y aperturista del jefe porteño, ya que consideraba que esa receta implica un acuerdo corporativo que traba las reformas. Por eso, levantó la bandera del “si no es todo, es nada”. En su afán por modificar el statu quo y dinamitar el régimen económico del kirchnerismo cree que el contenido del “cambio” es innegociable. Para Bullrich, pactar con gremios, empresarios o movimientos sociales implica moderar las pretensiones de las reformas.

Por su parte, Larreta considera que la vía de la confrontación ya fracasó en el país, por lo que puso énfasis en que JxC debía ampliar su base de sustentación y buscar acuerdos con distintos sectores del peronismo no kirchnerista. Así el jefe porteño considera que puede mantenerse un plan económico a largo plazo.

Si bien las diferencias se hicieron visibles y el vínculo político se deterioró, Bullrich y Larreta no cortaron el diálogo. Ella lo invitó a la presentación de su último libro en la Facultad de Derecho y el jefe porteño la acompañó al segundo debate presidencial. A fines de septiembre, más de un mes después de las PASO, había compartido una primera actividad de campaña en la provincia de Buenos Aires. Ese día visitaron Lomas de Zamora, fortaleza electoral del peronismo y donde el bloque opositor apuesta por un batacazo de Guillermo Viñuales, un dirigente con pasado en el PJ, para desbancar al intendente en uso de licencia Martín Insaurralde.

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