El martes 22 será la audiencia donde se conocerá el veredicto de pena contra el agresor de Lorena Paredes, su expareja Luis Vidal, por la causa por lesiones leves agravadas y amenazas.
En este marco, en diálogo con Crónica Paredes sostuvo que su agresor es violento y que no se arrepiente del ataque, por lo que advierte: “No queda otra que meterlo preso porque sé de lo que es capaz”.
La mujer señala que con una condena en prisión ella podría tener tranquilidad luego de tres años de proceso judicial, pero además espera que tras la condena el hombre deje de buscarla; “en cambio si ahora queda la condena en suspenso me va a venir a matar” dice y quebrada expresa: “Estoy desconsolada, frustrada, tengo un montón de sentimientos con la Justicia y con todo, siento que no hacen las cosas bien y que voy a terminar muerta”.
Denuncias de otras mujeres
Este caso es un ejemplo de lo que sucede con las víctimas de violencia de género en todo el país, donde las denunciantes sufren múltiples violencias durante todo el proceso judicial, desde la complicación para hacer las denuncias, la ineficacia de las medidas preventivas y la falta de control hacia los agresores.
Paredes relata que Vidal tiene denuncias de otras mujeres también por casos de violencia, y cuenta que estas causas “no llegaron a un juicio porque ellas no siguieron pero porque en ese momento no les dieron pelota, yo seguí, reclamé y lo hice público, si no hubiera sido una denuncia más”. Con lo cual expresa que “él está acostumbrado a recibir denuncias de agresión, de violencia de género, restricciones de acercamiento, para él es un chiste”.
Durante el proceso judicial la mujer ha comentado varias veces los malos tratos que padeció de parte de diferentes agentes de policía, así como también el hecho de que la Comisaría de la Mujer se ubique en un sector de la ciudad de difícil acceso, y también menciona los problemas que tuvo con el centro de monitoreo donde debían controlar que cumpla la prohibición de acercamiento.
Medidas cautelares
En este sentido recordó que su expareja “estuvo varios meses pasando por mi casa y me sonaba el dispositivo. Me decían que no, que él no pasaba cerca, que debe ser que anda mal el dispositivo. Y él mismo reconoció haber pasado reiteradas veces por mi casa porque dijo que tenía un trabajo cerca”, supuestamente el hombre daba aviso al centro de monitoreo pero de este organismo nunca se elevó ningún informe al juez sobre el incumplimiento de la prohibición de acercamiento.
Entonces la mujer consideró que “no nos sirve de nada a las víctimas que nos den un dispositivo si el agresor se va a acercar y no va a pasar nada” y agrega que “incluso hace que la víctima se asuste más, porque vos sabés que está cerca y entrás en pánico y tenés que resguardarte, y si llamo a la policía tarda veinte minutos como mínimo en llegar”.
Asimismo expresa que “las medidas cautelares son justamente para eso, para prevenir que no venga a matarme, y eso lo prevenís estando atento al dispositivo y mandar el informe al juez”.
Sobre el modelo de “víctima”
Finalmente, Paredes se refirió al hecho del estereotipo de “mujer víctima” y señaló que cualquier persona puede sufrir violencia, aun teniendo estudios, trabajo o no siendo una persona sumisa o con problemas sociales, y en este sentido expresó: “Parece que tenés que llorar, aguantártela, tenés que ser otro tipo de víctima para que te den importancia o directamente tenés que estar muerta. Salir y hablar es peor, parece que a la justicia le molesta porque saben que están haciendo las cosas mal” expone y señala que espera que cambie esa concepción tanto sobre las denunciantes como de los agresores.
Fuente: diariocronica.com.ar
