La devaluación del peso, las subas del combustible (por el incremento del dólar y el petróleo en el mundo) y su impacto en los precios de los alimentos (aceites, pan y carne), sumados al aumento del transporte, pero también de los rubros ligados a las vacaciones de invierno, son las causas por las que junio mostrará la mayor inflación minorista en dos años, según confirmaron a diario La Nación fuentes oficiales. Para el Gobierno, el índice de precios (IPC) oficial que se difundirá el martes estará entre el 3,5% y el 4%.
Si efectivamente el dato de inflación que publicará el Indec se confirma en esa banda estimada -es la misma que proyectan los privados- se tratará del peor IPC desde mayo de 2016, cuando el índice oficial (aún no nacional) varió un 4,2% en medio de un reajuste de las tarifas de los servicios públicos y a meses del salto cambiario de entonces.
La inflación core (núcleo, que elimina precios regulados y estacionales) daría alrededor del 4,2%, según pronostican los privados. Esa medición, la más observada desde el Banco Central (BCRA), sería las más elevada desde la salida del cepo cambiario, en diciembre de 2015.
La estimación de los privado no difiere de la que ya tiene en su despacho el ministro de Hacienda y Finanzas y coordinador del equipo económico, Nicolás Dujovne . Para julio, en tanto, las miradas son más optimistas, sobre todo considerando el torniquete monetario que puso el Banco Central en acción y que ya opera sobre la actividad económica.
«Nuestra estimación para la inflación de junio es de 3,6%, lo que implicaría una suba anual del 29,3%», afirmó a LA NACION Melisa Sala. La economista de la consultora LCG estimó que la suba de transporte (un alza de 12% en los boletos de colectivos y trenes) aporta 0,5 puntos porcentuales, y el aumento el combustible, 0,2. «El traslado de la devaluación es difícil de estimar, pero claramente empezó a sentirse y probablemente algo se sienta en julio», agregó. Para ese mes, la consultora prevé una inflación de 2,7% por alzas de naftas y prepagas.
En EcoGo coinciden a grandes rasgos. El relevamiento realizado para el mes pasado les dio 3,7%, con subas de alimentos (3,9%), salud (6,3%) y transporte (7,6%). «Con este aumento mensual de junio, la variación interanual pasó de 26,5% a 29,8% y eso puede pegar en expectativas», afirmó Federico Furiase, economista jefe de la consultora.
En julio -cree Furiase- impactará la estacionalidad por las vacaciones de invierno y el pago del aguinaldo, además de las alzas en naftas y los cigarrillos. Los alimentos, por otro lado, dejarán un arrastre, pero meno, estimó. «Por ahora, el tipo de cambio está contenido con el torniquete monetario, con lo cual esperamos una desaceleración en julio pero va a depender de cómo siga la dinámica el resto de las semanas», indicó el economista.
«La inflación y las expectativas siguen viajando muy por arriba del sendero consistente con la meta de 17% para 2019 con lo cual el BCRA seguirá manteniendo el sesgo contractivo hasta que estas variables no se empiecen a alinear», dijo Furiase y agregó a su análisis: «El canal de la tasa alta hace su efecto al incentivar desarme de inventarios en un contexto de presión de costos por suba de dólar y tarifas, en un mercado debilitado por la licuación del salario real y el aumento del costo del crédito haciendo que la prioridad pase por ser defensivos y ganar participación en el mercado postergando la recomposición de márgenes, y eso implica que tienen que limitar el traslado a precios de la presión de costos», analizó sobre el pass through.
«Junio nos dio 3,8%, con una núcleo de 4,2%», dijo Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, que vuelve a contar entre sus filas con Luciano Cohan parte del equipo que semanas atrás trabajaba con el número dos de Dujovne, Sebastián Galiani. «La principal causa fue el efecto del dólar en precios. Los rubros que observaron subas fueron aceites, panificados, carnes, que suelen ser muy sensibles al dólar. Para julio, esperamos una inflación del 2,5% y 3%», señaló.
«El IPC GBA Ecolatina nos dio 3,5% en junio», afirmó a LA NACION Lorenzo Sigaut Gravina, director de esa consultora privada. «Alimentos y bebidas dio 4,5%. Se acelero y esto tiene que ver con el salto cambiario. En tanto, la inflación core dio 4,2%. Se trata de la más alta desde la salida del cepo cambiario», consideró el especialista y cerró: «Julio va a venir otra vez fuerte por el traslado de la devaluación. Lo veo cerca del 3 por ciento».