El CEO de Techint negó haber participado de la corrupción, pese a que ya lo admitió otro directivo del grupo. “Techint no participó del club de la corrupción de ninguna manera”, dijo Rocca. “Sabíamos que las cosas no estaban bien. Pero creo que no fuimos partícipes”, abundó. Atribuyó al número dos del grupo, Luis Betnaza, el pago de supuestas coimas.
El titular del Grupo Techint, Paolo Rocca, sostuvo que “Techint no participó del club de la corrupción de ninguna manera”. Aseguró que tanto él como los ejecutivos de la firma fueron “conscientes de lo que pasaba”, aunque no fueron “cómplices ni partícipes”. Hasta ahora, en la causa que instruye el juez Claudio Bonadio fue detenido el ex gerente de Techint Héctor Zabaleta, quien ya se vio involucrado en otras investigaciones internacionales sobre el manejo de dinero negro por parte de la empresa.
“Fuimos conscientes de lo que pasaba, sí. Yo creo que sabíamos que las cosas no estaban bien. Pero creo que no fuimos ni cómplices ni partícipes de todo esto”, fue la forma en la que Rocca decidió referirse a la causa de los cuadernos del chofer del ex funcionario Roberto Baratta. Durante su intervención en la reunión de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Rocca sostuvo que el Ministerio de Planificación solo les dio el 1 por ciento de “toda la inversión” en obra pública. Estuvimos afuera porque no había condiciones para poder participar”, dijo.
“El Grupo Techint está muy comprometido con Vaca Muerta como nunca estuvo en los pasados doce años y no tiene proyecto de tal envergadura en ningún lugar el mundo. Hoy se dan las condiciones”, aseguró Rocca.
En la causa también declaró Luis Betnaza, el número dos del holding, quien reconoció pagos a ex funcionarios kirchneristas, pero lo asoció a la situación de Techint en Venezuela. A diferencia de otros empresarios envueltos en el escándalo, que admitieron una participación de la dirigencia institucional en los ilícitos, en este caso Rocca se desligó y atribuyó las coimas a que Betnaza cedió. “Betnaza accedió a una exigencia de un apoyo. La retirada fue muy complicada, para nosotros fue un trauma enorme. El hostigamiento (del gobierno venezolano) fue muy fuerte. Actuamos para defender nuestra gente”, dijo Rocca.
“Yo comparto mucho la visión que nos propone el Presidente de una Argentina más transparente, de una Argentina donde priman las decisiones racionales, una Argentina con una mejor calidad institucional”, aseguró el empresario. “Me parece que todo lo que está pasando esta semana con las investigaciones en curso nos expone la diferencia entre el país en el cual estuvimos y en el cual queremos estar”, indicó, como quien se siente seguro de que la investigación jamás lo alcanzará.
En tanto, el líder del grupo Emepa, Gabriel Romero, se convirtió en nuevo empresario arrepentido en la causa de los cuadernos, tras declarar ante la Justicia que pagó sobornos al gobierno anterior para que le extendiera por decreto presidencial la concesión del cobro de peajes de la Hidrovía del Río Paraná. Romero firmó ayer el acuerdo que lo pasa a la categoría ansiada de “imputado colaborador”.
Romero declaró que pagó sobornos por 600 mil pesos para que le extendieran la concesión de peaje de la Hidrovía del Río Paraná al grupo Emepa, a partir de la firma de decretos presidenciales de Cristina Fernández Kirchner. Uno de los decretos fue en 2010 y permitió la renegociación de las condiciones de explotación de la Hidrovía, esto es ampliar la traza de la vía navegable más importante de la región.
Como viene ocurriendo en esta causa cuando un empresario se quiebra y colabora, liberaron a alguien: en este caso, fue Rodolfo Poblete, quien fuera director de Relaciones Institucionales de la compañía, quien se había negado a declarar al inicio de la ronda de indagatorias.