El Gobierno desdobló ayer otra suba del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), uno de las dos tributos internos, el otro es el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), que gravan a naftas y gasoil.
Por el decreto 531/2019, que lleva la firma del presidente Mauricio Macri; del jefe de Gabinete, Marcos Peña; y del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se decidió una vez más que el aumento del ICL no se aplicara en su totalidad (como debió haber sucedido desde junio).
En concreto, la medida establece que el ICL se encarecerá en $ 0,31 por litro de naftas y en $ 0,191 por litro de gasoil, como anticipó el miércoles El Cronista.
Como las naftas se encuentran desgravadas en un 12% y el gasoil en un 10% por mezclarse con biocombustibles, el impacto final es de $ 0,27 por litro en las naftas y de $ 0,17 por litro en el diesel.
Hacia adelante, la actualización impositiva que corresponde en septiembre (trasladar el 9,5% de inflación acumulada en el segundo trimestre de 2019, entre abril y junio) se agrega a lo que quedó por aumentar en agosto, que a su vez viene retrasado desde junio.
Solo por efecto de ambos tributos falta subir $ 1,40 por litro en naftas y $ 0,91 en gasoil. Las petroleras no habían decidido si iban a trasladar a sus precios ese mayor costo.
