El VIH es el virus de inmunodeficiencia humana que, sin tratamiento adecuado, puede generar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocido como SIDA. El VIH se encuentra en la sangre, el líquido preseminal, el semen, los fluidos vaginales y la leche materna. Se transmite a través del contacto de estos fluidos con las mucosas o el torrente sanguíneo de otra persona.
“Se acepta generalmente que cuando la carga viral del VIH es indetectable en sangre, la persona no trasmite la enfermedad por vía sexual”, aclara para el medio TN el investigador científico, doctor Antonio Montero (M.P. 8.249) y agrega que el objetivo de todo tratamiento es interrumpir la trasmisión, logrando que la inmensa mayoría de los pacientes esté indetectable durante el tratamiento.
Hasta ahora, había pocos datos sobre qué porcentaje de pacientes logra estar indetectable durante la terapia antirretroviral.
Desde la Unidad de Infectología, el hospital General de Agudos, Dr. Teodoro Álvarez, de CABA, el Consejo de Investigaciones y del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, Rosario, se plantearon determinar:
- Los niveles de carga viral en pacientes bajo tratamiento antirretroviral.
- El porcentaje de pacientes que continúa presentando niveles detectables de carga viral plasmática a pesar del tratamiento antirretroviral.
“El trabajo lo hicimos de manera prospectiva, observacional, con pacientes que vinieron al consultorio de forma espontánea a realizar sus controles y logramos incluir a 298 personas”, detalla la doctora Graciela Guaragna (M.N. 86.116), infectóloga de la Planta Unidad de Infectología del Hospital Teodoro Álvarez.
La carga viral plasmática resultó indetectable en 230 pacientes (77.81%), es decir, que no trasmiten el virus de manera sexual. “Destaco que la mayoría de estos pacientes recibía por primera vez el esquema de tratamiento antirretroviral”, apunta la médica.
El resto, los 68 pacientes con niveles de carga viral detectable, podría trasmitir el VIH a sus parejas sexuales.
“La conclusión sería que el tratamiento no debe ser interrumpido y que los nuevos antirretrovirales, al ser más amables en cuanto a la dosificación y efectos adversos, deben ser sostenidos en el tiempo”, remarca la experta.
El trabajo fue difundido en el último número de “La Prensa Médica Argentina”, que es una revista que publica artículos científicos de interés médico y es editada ininterrumpidamente desde el año 1914.