Formosa no sale del espanto. El hombre que este miércoles asesinó a su hijo con discapacidad motriz e intentó suicidarse después de un escopetazo, murió finalmente esta madrugada en el Hospital Central provincial, tras varias horas de agonía. El filicida, identificado como Ariel Lovey, había anunciado en un video su drástica decisión.
“Voy a hacer un video despidiéndome. Yo creo que esta es la mejor alternativa, porque sino mucho sufrimiento, tantos años… Zamir nunca va a lograr ser alguien normal”, dice dentro de un auto, rodeado por la oscuridad de la noche.
Y siguió: “Esto ya lo verán cuando nosotros no estemos más. Pido un millón de disculpas a todos los que les hice daño. No fue mi intención, pero bueno. Era joven. Soy joven todavía, pero ya no voy a existir más. Yo no quiero que nadie me llore, ni que nadie me lamente, ni nada. Solamente que se me entierre y nada más. Bajo tierra, si es posible. Quiero que se olviden de mí”.
Después, Lovey intentó quitarse la vida disparándose en la cara con una escopeta, pero no lo logró de inmediato. La policía lo encontró en la calle en el interior de un Fiat Punto, gravemente herido pero con signos vitales y lo trasladó de urgencia al Hospital Central de la ciudad, donde murió horas más tarde.
En el caso intervino personal de Criminalística e Informaciones de la Policía y quedó a cargo del juez de turno, Guillermo Caballero.