El nuevo equipo del ministerio de Educación trabaja asesorado por especialistas de nivel nacional, en una batería de acciones pedagógicas que serán complementadas por una serie de medidas de carácter administrativo para gastar mejor los recursos.
Una plataforma digital de contenidos, incentivos a las escuelas que cumplen metas, implementación de los llamados conversatorios y mayor diálogo con los actores del sistema, son algunas de las ideas a aplicar y que se están coordinando con el especialista del equipo de Sergio Massa, Gustavo Iaies.
Además de estas reformas pedagógicas a las que pudo acceder de manera exclusiva ADNSUR, el ministro Meiszner trabaja en cambios administrativos que apuntan a gastar mejor los recursos: uso adecuado de horas cátedra, control más estricto de licencias médicas y de incompatibilidades, y límites a los “trabajadores golondrina” que llegan de otros puntos del país. Si Chubut presenta un plan para ordenar sus números, el gobierno de Alberto Fernández promete ayuda en materia salarial.
La provincia del Chubut está finalizando el que seguramente fue uno de los peores años de su historia en materia educativa: la mayoría de sus escuelas no llegó a una mínima cantidad de días de clase que permita asegurar a los alumnos la adquisición de los saberes básicos, a tal punto que se piensa que en muchos casos no hay posibilidades de tomar evaluaciones en diciembre, y las notas finales se conocerán recién en febrero. Las razones son conocidas por todos y más allá de las culpas compartidas de todos los actores, hay algo que está claro: no se puede volver a vivir otro año como 2019, porque las consecuencias serán nefastas para la formación de una generación entera.
Con esa meta, el nuevo equipo del ministerio de Educación trabaja asesorado por especialistas de nivel nacional, en una batería de acciones pedagógicas que serán complementadas por una serie de medidas de carácter administrativo para gastar mejor los recursos, a las que ADNSUR tuvo acceso de manera exclusiva.
El hombre clave en este proceso, en el que la gestión Arcioni puso la mayor responsabilidad en la reforma pedagógica por su experiencia y su cercanía política con el sector de Sergio Massa, se llama Gustavo Iaies, quien desde hace semanas viene manteniendo encuentros con los funcionarios locales e incluso con el futuro diputado provincial, Juan Horacio Pais. El currículum de Iaies lo muestra como uno de los más destacados especialistas en el tema educativo a nivel nacional: Licenciado en Ciencias de la Educación (UBA), con una Maestría en Educación en la Universidad San Andrés. Fue maestro y director de escuela primaria, docente de educación secundaria y universitaria, además haber asesorado a los ministerios de Educación de Chile, México, Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica.
Lo primero que Iaies marcó al equipo de gobierno local es que el paso inicial para apuntar a un cambio en lo pedagógico es volver a la normalidad, que efectivamente haya clases de manera continua, que haya un orden que deje atrás la incertidumbre que hoy reina en las escuelas, que dan la impresión de carecer de normas. Para superar la idea que hoy impera, de que vale cualquier cosa, el especialista propone escuchar a los actores del sistema: alumnos, docentes, directores y padres, para fijar pautas de común acuerdo, que después permitan poner disciplina.
Para Iaies es clave el rol de los directores de cada escuela, ya que deben ser los líderes, los que coordinen y marquen lo que se puede y lo que no se puede hacer en cada establecimiento, y que establezcan lo que los chicos tienen que aprender. Y pide que los maestros trabajen con cada director para que pueda construir un proyecto en cada caso, que tenga que ver con su realidad pero que debe apuntar a recuperar los saberes básicos que se han perdido: leer y escribir correctamente, interpretar textos, aprender de memoria las tablas de multiplicar. “No puede ser que un chico de tercer grado no sepa leer de manera fluida”, dijo a modo de ejemplo en uno de los encuentros desarrollado días atrás en Rawson.
REFORMA PEDAGOGICA
Ante la consulta concreta de ADNSUR sobre los puntos centrales a los que apuntará Chubut como cambios concretos en 2020, quienes participan de este diseño explicaron que por un lado, en lo pedagógico se van a aplicar “conversatorios”, un término de Iaies que apunta a mantener reuniones en toda la provincia con los supervisores, directores y docentes, armando grupos en cada escuela que fijen qué visión tiene cada establecimiento sobre lo que se debe hacer, basada luego en indicadores que midan resultados, “con el objetivo de poner en marcha una escuela que camine todos los días”, según sus palabras.
Es decir que se trata de establecer a través del diálogo y el consenso en estas reuniones, que se fijen cuáles son los objetivos y metas pedagógicas, de las que pueden surgir incluso capacitaciones concretas, y esto debe quedar expresado en una serie de pautas que expresen qué se busca cuando se va a una escuela, para planificar y trabajar luego con el equipo docente para cumplir con esos objetivos.
Y el dato clave es que esta idea original viene acompañada de otra fundamental: un sistema de premios que establezca que al sistema no le da lo mismo cumplir, que no cumplir con las pautas y las metas fijadas. “Estamos trabajando en un fuerte sistema de incentivos para escuelas donde no haya ausentismo, donde los contenidos se vuelcan y llegan al alumno, donde los padres digan que se sienten contenidos, y que los docentes de esa escuela los escuchan y que dialogan”, dijo a esta columna uno de los coordinadores de estas medidas.
Por eso en esta etapa, esos parámetros se están diseñando para que quede claro qué es lo que el Ministerio de Educación quiere de una escuela, los puntos de calidad. Y las escuelas que hagan las cosas bien –que se saquen una buena nota, en términos educativos- van a ser recompensadas por el sistema, por ejemplo, con mayor acceso a becas de estudio y más disponibilidad de material tecnológico.
Por otra parte, el diagnóstico deja en claro que hay una falencia en el actual sistema de evaluación, que debe ser modificado. “Hoy se toma la prueba y no hay una devolución, nadie explica por qué hay una nota baja, dónde están las fallas que se deben mejorar”, dijo otro de los responsables del rediseño. El objetivo es que el docente o el director, expliquen a alumnos y padres donde están los puntos débiles, y que se trabaje en reforzar donde están las falencias. “No sirve solamente tomar grandes pruebas, sino que el tema es cómo se sistematiza el resultado”, explican los responsables del armado de esta reforma.
Y esto tiene que ver por ejemplo con la cuestión de la repitencia. Se cree que ya en los primeros meses, cada docente tiene una lectura rápida en cada curso de qué alumnos tienen probabilidad de repetir, por lo que el objetivo es crear un grupo aparte para trabajar eso y evitarlo. “No hay que dejar que eso avance, hay que reforzar contenidos con esos grupos de alumnos que están flojos con trabajos de apoyo”, es decir, adelantarse a un posible fracaso.
Y otro de los ejes centrales de esta reforma, que será todo un cambio a partir de 2020 y para prevenir una posible nueva pérdida de días de clase: se está diseñando una gran plataforma de contenidos para que los chicos, cuando no haya clases por alguna razón, puedan encontrar allí ejercicios volcados por los mismos docentes. Según se explicó, se trataría de una especie de portal donde esté el contenido de cada una de las materias con todo el listado de unidades y los temas que el docente considera primordiales, con ejercicios resueltos y otros para hacer, que pueden incluir material audiovisual.
De este modo, en el gobierno creen que si bien nada suplanta al docente frente a la clase, se evita que el alumno esté semanas desconectado de las materias, dándole un sistema incluso más acorde a su manejo habitual de la tecnología, que a través de internet le permita interactuar con los saberes. Todo un desafío que requiere una inversión y que además, está claro que en principio sólo puede aplicarse en las grandes ciudades, dado que lamentablemente la mayoría de las escuelas del interior provincial tienen muchos problemas de conectividad.
REFORMA ADMINISTRATIVA
El ministerio chubutense es el que a nivel nacional destina más presupuesto por alumno, pero eso no se ve para nada reflejado en los resultados. Este diagnóstico lo tiene el nuevo equipo que acompañará a Alberto Fernández en el área educativa y así se lo hicieron saber al ministro Andrés Meiszner en el encuentro mantenido en Buenos Aires el último viernes. Chubut necesita $ 600 millones para cumplir con las pautas salariales pendientes de este año, y seguramente necesitará fondos para afrontar las subas salariales que se acordarán en paritarias nacionales en 2020.
Por eso el ministro pidió por el cumplimiento efectivo de la Ley Nacional de Educación, que obliga al Estado Nacional a financiar a las provincias en caso de desequilibrio financiero en salarios docentes. La respuesta que obtuvo fue en dos sentidos: en primer lugar, la orden del futuro Presidente es que las clases tienen que comenzar sí o sí en todas las provincias, por lo que quedaron en seguir viendo números.
Y la segunda cuestión fue que antes de evaluar una ayuda económica en materia salarial, es obligatoria una reestructuración de cómo se gasta la plata en materia educativa en Chubut, ya que todos los actores –los nacionales y los provinciales- coinciden en que el área de Educación es un gran “agujero negro” que debe ser ordenado. Se gasta mucha plata y se gasta mal, admiten a nivel provincial, por lo que Meiszner se comprometió ante el futuro gobierno a que llevará un plan de reestructuración de gastos, ya que dijo saber perfectamente qué medidas tomar, siempre y cuando haya un compromiso de apoyo económico para estar al día con los salarios.
En este punto, ADNSUR está en condiciones de anticipar algunos de los puntos centrales de esta reforma administrativa, a través de la cual el gobierno intentará gastar de manera más eficiente los recursos en materia educativa. El primer punto y más significativo en lo presupuestario, es el altísimo costo en horas cátedra. Hoy se destinan $ 370 millones por mes en pagar miles de horas cátedra sobre las que no hay control. Es una cifra enorme en la que tiene la culpa de arrastre el sistema político: estas horas deberían ser para la persona que está frente al aula, en rol pedagógico frente a alumnos. Y resulta que hoy se destina, entre otras cosas, a solventar salarios de gente que está fuera del sistema pero son compromisos de intendentes pactados con sucesivos gobernadores. Hay plantas políticas municipales “bancadas” con fondos de educación, que salen de las famosas horas cátedra.
En el ministerio aseguran que eso se va a cortar de plano, y que a partir de ahora se va a respetar al que trabaja en el aula frente a los alumnos, dentro del sistema educativo. Claro que en la práctica será muy difícil, porque si esto se aplica sin miramientos, al día siguiente habrá varios intendentes golpeando la puerta de Fontana 50 diciendo que le dejaron desocupados en su ciudad. La pregunta es si el gobierno tendrá la fortaleza de cumplir con este objetivo, ganándose los problemas de incumplimiento de “pactos preexistentes” con aliados políticos.
Sin dudas, es el eje central de esta reforma, que además exigirá mayor control general, dado que hoy se hace la vista gorda con determinados docentes que “facturan” horas imposibles de cumplir, ya que figuran dando clases casi al mismo tiempo en escuelas separadas por cientos de kilómetros de distancia. Incluso aseguran que algunos de esos casos, serían dirigentes gremiales.
AJUSTES
Otros puntos que incluirá la futura reforma para tratar de gastar mejor los recursos, apuntará a bajar y controlar mejor la gran cantidad de licencias médicas que hoy llegan a muchos “abusos” en el sistema docente, y especialmente, a poner el acento en el llamado Régimen de Incompatibilidad. Con esto último se alude a determinadas “avivadas” que permite el sistema, y que se dejarían de permitir.
Un ejemplo es el caso de muchos agentes que están prestando una comisión de servicios en otro ministerio, o en otro poder del estado, pero en el momento de concursos y designaciones se presentan para tomar más horas cátedra, para luego de obtenerlas e incrementar sus ingresos, reincorporarse a la comisión de servicio, en vez de al aula. “No puede ser que un maestro esté adscripto a otro organismo sin dar clase, pero se presente a un concurso para ganar un nuevo cargo, y después pida licencia para volver al otro trabajo que no tiene que ver con lo pedagógico”, explican en Educación, como un claro ejemplo de despilfarro de fondos que no llegan a los alumnos.
Por otra parte, en el gobierno hay preocupación con los llamados “trabajadores golondrina”, término con el que se refieren a cientos de docentes que llegan de otras provincia, toman un cargo en un aula, para después tomar una licencia por un motivo particular que les permite el convenio colectivo para volver a su provincia de origen, y mientras tanto Chubut tiene que salir a buscar un nuevo suplente, pagando hasta tres sueldos por un mismo servicio. La idea es terminar con este sistema exigiendo un determinado tiempo de residencia en la provincia para concursar por un cargo, que se evalúa si sería de al menos dos o tres años con domicilio en la zona.
Y finalmente la cuestión que ya tuvo cierta trascendencia en el acuerdo firmado con los gremios, que es la de empezar a tener un control más estricto de la asistencia del docente a la escuela, algo que hoy es muy flojo, como se verificó al momento de querer descontar los días de paro y no contar el Estado con datos certeros de quiénes habían ido a trabajar. Lo que es una decisión tomada, aunque está claro que tendrá un costo millonario que se haría de manera paulatina, es comenzar a obligar a los maestros a cumplir con normas que tienen que cumplir el resto de los empleados públicos, es decir, marcar tarjeta a través de un sistema moderno con datos biométricos, como puede ser el pulgar o el rostro.
“Con esto queremos dotar al director de escuela, que es el que informa las novedades, de un sistema accesible de manera sencilla a todos los datos, que además de controlar las ausencias, creemos que va a agilizar el trámite jubilatorio, porque el sistema va a incorporar las certificaciones de servicio que el sistema requiere para una jubilación que hoy está tardando dos años y que va a permitir acortar esos plazos”, según explicaron los responsables del nuevo equipo educativo de la provincia.