Tras la fuerte devaluación posPASO y el impacto en la inflación que se espera para este y los próximos meses, el Gobierno se vio obligado a acercarse a los laboratorios dejando de lado la desconfianza mutua que marcó los últimos dos años, con el fin de lograr un congelamiento de precios voluntario en la mayoría de los medicamentos por un plazo de entre 60 y 90 días. Sin embargo, las intenciones no fueron suficientes y no hubo acuerdo.
Tras una ardua negociación con los laboratorios nacionales y extranjeros, el Gobierno de Mauricio Macri no podrá finalmente realizar uno de los anuncios que más esperaba: el congelamiento de los precios de medicamentos.
«La negociación está empantanada porque los laboratorios no tienen voluntad de colaborar en la emergencia mediante un congelamiento (de precios)», dijeron desde el Gobierno, a la vez que anoche desde la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) afirmaron que «es imposible congelar precios, cuando el dólar tuvo un salto del 27%, se disparó la inflación, y hay tasas de interés por las nubes, entre varias situaciones».
Sin embargo, en el Gobierno mantienen la postura de que las empresas deberían aceptar un congelamiento hasta el próximo 30 de noviembre, con una suba de hasta 10% respecto del valor que tenían los medicamentos el pasado viernes 9 de agosto.
Según publicó esta mañana el Diario ‘BAE Negocios’, las conversaciones se enfriaron a tal punto que en las últimas dos semanas no hubo contactos personales, sino telefónicos y sin mayores avances, hasta que las posibilidades de acercamiento se agotaron.
Para Cilfa, Cooperala y Caeme, en estas condiciones no es posible congelar precios, entre otros factores, porque después de que se iniciaran las conversaciones hubo una nueva devaluación que llevó el dólar a $62, con mayores costos aparejados.
La volatilidad del dólar es el principal escollo para sellar el pacto ya que los medicamentos tienen un alto componente importado (por los principios activos) y, por ende, son muy sensibles al precio de la moneda norteamericana.
El borrador que estaba sobre la mesa se refería a más de cincuenta tipos de drogas. Las empresas siempre rechazaron un plazo de freno por 90 días, al tiempo que proponían otro más corto de 60 días, pero sin retrotraer los incrementos que hubo desde el fatídico lunes 12 de agosto, cuando no hubo intervención oficial para frenar la devaluación.
El diálogo buscaba contener subas en drogas para tratamientos comunes o ambulatorios, y otras de alto costo para tratamientos especiales. Los pretendidos precios congelados iban a alcanzar a los antibióticos, analgésicos, antihipertensivos, betabloqueantes, medicamentos oncológicos, entre muchos otros.
Los medicamentos aumentaron más del 50% entre enero y agosto, superando la inflación, a la vez que las compras por parte de la población se derrumbaron un 6% interanual el mes pasado.
Mientras piden que el Gobierno cumpla rápidamente y acorte plazos de pago del PAMI, así como los gobiernos provinciales con las obras sociales, la crisis ya liquidó a 74 farmacias desde enero pasado, lo que implicó una pérdida de empleo superior a las 800 personas.
De esas 74, 8 cerraron desde las PASO, según Marcelo Peretta, secretario general del gremio sectorial.