Chubut es un proveedor, pero el costo de flete es algo que las operadoras de la Cuenca Neuquina quieren reducir.
Las arenas silíceas que extrae YPF en Chubut para sus operaciones en Loma Campana, el proyecto pionero para explotar shale gas en Vaca Muerta, podría estar en peligro. Una empresa neuquina está explorando Neuquén y Río Negro a la búsqueda de canteras de arenas que sirvan como agente sostén de las fracturas hidráulicas.
El insumo es clave para el fracking y la competitividad de la producción los pozos no convencionales. Las arenas nacionales que se utilizan en Vaca Muerta se ubican en Chubut, a 750 kilómetros de los proyectos, y en Entre Ríos, a 1300 kilómetros.
De acuerdo un informe de La Mañana de Neuquén, hace dos años que la Compañía Minera del Neuquén (Cormine) realiza estudios en busca de una fuente neuquina de provisión de arenas. Ya invirtió $3 millones en campañas de exploración en las zonas de Auca Mahuida y Rincón de los Sauces. Las muestras son analizadas en laboratorios mendocinos.
Si bien en los últimos años se sustituyeron las importaciones por arenas naturales nacionales, es complejo abastecer con recursos locales el incremento de la demanda por las limitaciones en canteras y plantas de producción, la baja calidad de los recursos y dificultades logísticas.
El agente sostén representa casi el 30% del costo de completación de un pozo no convencional. La mitad del costo de las arenas que en la actualidad se utilizan en los proyectos ubicados en la formación Vaca Muerta corresponde al flete.
“Por ahora no se ha encontrado arena que pueda ser utilizada por la industria petrolera, que tiene que ser muy específica, con una esfericidad y resistencia a la presión particulares. Pero aún quedan muchos lugares en la provincia para explorar”, indicó a La Mañana de Neuquén el presidente de Cormine, Martín Irigoyen.
“Hoy en día, el costo del flete del agente sostén tiene mucha incidencia. Encontrar arenas aptas en la provincia permitiría reducir las distancias de traslado, lo cual impactaría muy positivamente en la industria”, agregó Irigoyen.
Otras petroleras tienen en marcha la búsqueda de canteras cercanas a Vaca Muerta en Río Negro y en el sur de Mendoza. Cada pozo shale requiere entre 3000 y 7500 toneladas de arena para ser estimulado, dependiendo de las etapas de fractura que se apliquen . Entre 2012 y 2018, YPF bombeó 1,5 millones de toneladas para poner en producción el shale oil.
La industria petrolera utiliza tres tipos de arenas: naturales, refinadas y cerámicas. Las más baratas son las primeras, mientras que las cerámicas son las más caras por su mayor calidad al tener mayor resistencia a las altas presiones del reservorio y por su geometría de grano uniforme.
En los primeros pozos no convencionales la mayoría se importaba de países como Estados Unidos, México, China y Brasil. Hoy, la mayoría de la arena natural que utilizan las empresas proviene de Entre Ríos y Chubut, y se importa una cantidad menor, sobre todo resinadas y cerámicas.
La cuestión logística es un gran tema a resolver para bajar los costos. Las canteras están lejos de los yacimientos y los costos de flete rondan los 90 dólares por tonelada, para el caso de las arenas entrerrianas, lo mismo que cuesta la arena.
Además, las reservas explotables son exiguas, lo que obliga a la exploración continua para conseguir más recursos. Otro cuello de botella es la escasez de equipos de tratamiento para lavar, tamizar, secar y separar la arena. A su vez, no hay producción de determinadas granulometrías que se utilizan en algunas fases de la etapa de estimulación de la roca.