Por el brusco aumento del índice inflacionario, las paritarias comienzan a negociarse encima del 80% lejos del 60% estimado de hace algunos meses que había proyectado Martín Guzmán.
La Unión Personal de Seguridad de la República Argentina (Upsra) y la cámara empresaria CAESI consiguieron una suba del 85,71% en cinco partes a realizarse durante mayo de este año y el próximo mes de abril de 2023. El acuerdo apunta a sumas no remunerativas y una suba en viáticos y presentismo que conforman el salario conformado.
Su básico llegará en el primer mes de 2023 a $83.900 y en lo que van de las negociaciones es el acuerdo más alto. La Upsra reúne a vigiladores privados, espías, patovicas y policías exonerados y es liderado por Ángel Alberto García, un histórico dirigente ligado a Luis Barrionuevo que afrontó una causa judicial por presunto desvío de fondos, señala La Nación.
El otro sindicato que hizo lo propio es la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc), que en su segunda revisión subió el acuerdo a un 82,21%. Lo llamativo es que también arreglaron mediante una firma una cláusula gatillo ajustable por la inflación. Se avanzó sobre un ajuste automático en los salarios básicos de enero del próximo año si la inflación va más arriba del 82,21%. Si la diferencia es mayor a 10% el incremento se dará en los salarios de febrero.
Hasta el momento, Utedyc fue el único gremio en conseguir la cláusula gatillo, algo que Jorge Triaca, ex ministro de trabajo del gobierno de Mauricio Macri, había utilizado en el año 2017 para mejorar la situación paritaria.
O sea, hace cinco años que esto no se daba y por los inconvenientes inflacionarios, volvió a salir en escena. Al respecto, Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma expresó: “no es lo mismo que los acuerdos salariales giren en torno al 40% o al 80%, por más que no pierdan contra la inflación. El problema actual es que el salario empieza a perder su función como indicador del valor de la fuerza de trabajo«.
Y siguió: «un trabajador empieza a perder referencia de cuánto va a cobrar el mes que viene, ya que hay muchos aumentos a lo largo del año, y peor aún pierde referencia de lo que va a poder comprar con el sueldo el mes que viene. Esto genera una incertidumbre y una angustia que es muy distinta si la nominalidad gira en torno al 80% que si lo hace al 40% o al 20%”.
