Para quien vino a reemplazar a Juan José Aranguren, el tema más crucial de la economía es el energético. Tema que además reúne más preocupaciones ante el 2019 electoral que se acerca y el acuerdo con el FMI, que prácticamente obliga a eliminar subsidios. ¿Aceptarán los empresarios recortar ganancias en pos de un sensible y nada seguro «éxito» futuro? ¿Logrará acordar con el peronismo, y especialmente con Sergio Massa? El dilema no es menor.
Según publica urgente24.com, en el canal digital de LN+, el periodista Carlos Pagni afirmó que el «tema energético está en el corazón del problema económica del Gobierno», y que por tal motivo el problema tarifario fue el motivo central de una reunión entre el flamante ministro de Energía Javier Iguacel con todo el sector energético.
Poco antes, el diario ‘El Cronista Comercial’ contaba sobre la negociación con las energéticas para evitar los aumentos desmedidos en las tarifas, negociaciones que se irán intensificando: «La idea es que la devaluación no se traslade a las boletas que reciben los usuarios, dado que los precios de la energía están dolarizados».
Es justamente allí donde está el gran problema dado que la Argentina es importador de hidrocarburos. Además, a los producto res se le reconocen precios en dólares para el petróleo y el gas, aún cuando no serán los equivalentes al del barril a nivel internacional.
De esta manera, además el problema de la inflación queda muy vinculado al de la energía. En este marco, Iguacel habría pedido al sector para lo que resta del año un aumento del 20%, y para quienes no aumenten su consumo en 2019, que sea la misma tarifa. No hace falta recordar que ese año será un año electoral…
Dicen que el argumento que les ofreció fue que si ellos pierden en 2019, los activos de ellos, los empresarios, valdrán cero. En cambio, si ganan, se valorizarán mucho. Pero para que suceda esto último, tendrán que perder un poco de plata hasta las elecciones, o al menos, no ganar tanta.
Claro que en ese camino la baja de la rentabilidad debería ser pareja para todos en la cadena, que no se concentre sólo en los productor es, con la excusa de que cuentan con un precio dolarizado. Todo un desafío es el sector de distribución de gas, quienes aumentarían su ganancia si se frena el precio del producto. La idea de Iguacel es que eso no pase.
El flamante funcionario tendría la intención de presentar su pacto con el sector en el marco de un relanzamiento productivo, de ahí que viaja a Washington a encontrarse con Rick Perry, el secretario de Energía de Donald Trump. Le pedirá apoyo para el desembarco de empresas norteamericanas en Vaca Muerta. Eso sí, Iguacel deberá renovar también el acuerdo de competitividad con el gremialista petrolero Guillermo Pereyra, quien según muchos inversores, se pone agresivo cuando aparece en el mercado una empresa nueva…
El tema de las tarifas es crucial en la agenda oficial, en principio por la necesidad de bajar subsidios, una meta poco negociable en medio del ajuste fiscal y el compromiso expreso ante el FMI . La negociación se hará con los gobernadores pero, sobre todo, con los distintos bloques de diputados. Y es allí donde la relación con Sergio Massa, que controla más diputados que cualquier gobernador, es crucial.
En ese sentido, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal establecieron una línea de diálogo, con quien tiene su relación con Macri en el freezer. Intentarán seducirlo afirmando que si se profundiza la crisis, la mayor beneficiaria sería Cristina Fernández, y no él o el peronismo.
He ahí otro problema para Macri: la negociación con el PJ…
Por lo pronto, Iguacel aterrizará mañana en Washington para hacer su debut internacional como funcionario participando de la World Gas Conference, donde tendrá la reunión bilateral con Perry.
El extitular de la Dirección Nacional de Vialidad viajó anoche a la capital estadounidense para participar de la conferencia global sobre gas, a la que ya había confirmado asistencia el anterior ministro Juan José Aranguren. Perry, por su parte, estuvo en la Argentina hace dos semanas, para participar del G-20 en Bariloche.