Según el candidato a presidente del Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Damián Loreti, “es importante tener un Colegio que no esté al servicio de las corporaciones”.
Loreti es uno de los redactores del proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y puso como ejemplo un tema por él bien conocido: “Ha sido casi nula la participación del Colegio Público en la discusión de la ley de Comunicación Audiovisual, que fue la ley más discutida del país; se hicieron foros en las facultades e instituciones públicas, y no fueron a ninguna, salvo alguna excepción a título personal”.
Loreti sostiene que entre los frentes de trabajo que plantea para el Colegio, uno es cómo la institución “se reposiciona tomando la voz pública en beneficio de los colegas, tanto los que litigan como los que ejercen de otro modo, reconociendo la particular instancia en la cual la profesión se torna cada vez más compleja a raíz de esa expansión de derechos sociales, económicos y culturales”.
«Hay muchas leyes que ponen específicamente en juego el rol del abogado”, indica el ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. En este sentido, el ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA encuentra otro ejemplo recordando que “el presidente de la Corte (Suprema de Justicia, Ricardo) Lorenzetti plantea que la causa más relevante que tiene la propia Corte es la del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Esta es una oportunidad magnífica para plantear estándares de protección a los derechos humanos abarcados allí”, afirma.
También remarca Loreti que “el ministerio público ha planteado nuevas vías a los fiscales en casos de apremios ilegales, y el Colegio Público bien podría hacer lo mismo sobre, todo con los profesionales jóvenes”. «En cuanto a los delitos de lesa humanidad –sostiene Loreti-, tanto la Corte como la Cámara de Casación han planteado reglas y modos de realizar los juicios y en ninguna de las dos conducciones anteriores del Colegio se ha dicho nada al respecto. Y lo mismo sucedió respecto del nuevo Código Civil”, agrega.
Loreti considera que “fallos muy relevantes de la Corte tampoco han generado instancias de discusión y seguimiento, como el del aborto”, y recuerda que “un sector de los que va a elección se planteó en contra, pero bien se podrían formar ateneos para su discusión, son instancias necesarias para el reconocimiento del abogado como científico del derecho”.
En cuanto a la relación con la Facultad de Derecho y la formación académica, indicó que la formación tradicional del abogado tiene dos complicaciones serias. La primera es que la formación del abogado como litigante, en la que la clínica del interés público y la defensa del Estado no forman parte”.
“Otra cuestión es el paradigma del abogado exitoso y quiénes son sus clientes, ya que este paradigma raramente se relacione a quienes llevan causas con sectores desfavorecidos y con casos de interés público. Esto hace también a la formación de posgrado que puede plantearse dentro del Colegio”, afirma Loreti.
Fuente, Télam