El gobernador de la provincia, Mariano Arcioni, solicitó permiso para emitir letras por $2500 millones y Nación le autorizó menos de un tercio, $800 millones.
Aunque a regañadientes y retrasándolo el mayor tiempo posible, el Gobierno nacional volvió a tenderle una mano a la golpeada provincia de Chubut. Menos de un mes después de que se le otorgara un adelanto financiero de $1000 millones, la Nación autorizó al gobernador Mariano Arcioni a emitir letras por $800 millones para hacerle frente a los salarios adeudados y otros gastos corrientes.
Así, el gobierno provincial sumára deuda a un stock de pasivos que, según los propios registros de la provincia, ya alcanza los US$855 millones y que la ubica entre las provincias más comprometidas financieramente. Más si se considera que la gran mayoría de la deuda está denominada en dólares y emitida bajo legislación extranjera.
El pedido original de la provincia fue permiso para emitir Letras del Tesoro por $2500 millones, sin embargo, el Gobierno le autorizó menos de un tercio. Es una señal más de Alberto Fernández, que eligió no recibir personalmente el mes pasado al gobernador Arcioni y derivó las gestiones a sus ministros.
Tal como ocurre en los pedidos de emisión de deuda, la aprobación fue definida en los ministerios de Interior y Economía y, como último paso, el Banco Central emitió el lunes pasado la comunicación «A» 6888, que autoriza a los bancos a comprar esos títulos.
La ayuda recibida por la provincia patagónica coincidió con el anuncio hecho por el ministro de Economía chubutense, Oscar Antonena, que dijo que hoy se terminarán de pagar los salarios de diciembre. «Completaremos el cuarto rango, que son los salarios de los agentes estatales activos y pasivos de más de $150.000. El resto de los salarios ya se habían cancelado», confirmaron a LA NACION fuentes del gobierno provincial.
Desde agosto pasado la provincia paga salarios y jubilaciones de manera «escalonada»: cobran primero quienes perciben los ingresos más bajos y, a lo largo de las semanas siguientes, se cubren los rangos superiores.
Plan de ajuste
El 15 de enero pasado Arcioni presentó el Programa de Reforma Estructural del Estado que pretende «sanear las cuentas de la provincia» con medidas tales como jubilaciones compulsivas, congelamiento de vacantes en el Estado y continuidad del pago escalonado. «Durante demasiado tiempo se tomaron endeudamientos mal planeados para obras que no se concretaron o para cubrir una mala administración. El resultado es un Estado profundamente endeudado», sostuvo el gobernador en un video en el que anunció el plan.
Además, el propio Arcioni reconoció que Chubut es una provincia «privilegiada» en cuanto a recursos. «Somos la primera provincia productora de hidrocarburos, tenemos turismo, tenemos industria ganadera, pesquera, agricultura producción de aluminio y aún así nos vemos en una situación que dista mucho de ser la ideal», dijo. De hecho, el déficit estimado para el ejercicio 2020 ronda los $37.000 millones, lo que representa un 40% de los ingresos totales estimados de la provincia.
Este programa todavía no fue tratado en la Legislatura provincial, cuyo funcionamiento se ve afectado no solo por medidas de fuerza tomadas por los empleados legislativos sino por el retiro del apoyo a la iniciativa del gobernador de algunos de sus socios políticos más cercanos, como el vicegobernador Ricardo Sastre.
En diálogo con LA NACION, el economista chubutense y director del departamento de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Facundo Ball, consideró al plan de el gobierno provincial para sanear las cuentas es «una contradicción permanente».
«El programa es un conjunto de improvisaciones. Fue como una respuesta a un pedido de la Nación, pero con inconsistencias técnicas en los números», apuntó Ball. «Se contradice con el presupuesto 2020, que presentaron hace apenas un mes. Por ejemplo, el presupuesto preveía un déficit para 2020 de $11.000 millones y ahora dicen que va a ser de $37.000 millones», agregó.
Pero si bien es central, la deuda no es el único problema de la provincia. El volumen de la masa salarial -duplicada a conciencia por el gobernador Arcioni antes de las elecciones de 2019 y contra la recomendación de su equipo económico- es otro de los grandes temas a resolver.
Según Antonena, el gasto en salarios y jubilaciones representa el 120% de los ingresos netos de las regalías -comprometidas por el pago de bonos- y que aún si la provincia lograra diferir todas las obligaciones por servicios de deuda (bonos, letras y anticipos financieros), tendría un déficit de $13.000 millones en 2020 y el gasto en salarios y jubilaciones seguiría en «niveles insostenibles».
Fuente: La Nación