Nace el Albertismo

El dirigente peronista analiza el albertismo, la síntesis histórica que supo reunir a todas las fuerzas nacionales de la inmensa mayoría del pueblo argentino. Según publica el diario Perfil, el domingo 11 de Agosto de…

martes 20/08/2019 - 7:44
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El dirigente peronista analiza el albertismo, la síntesis histórica que supo reunir a todas las fuerzas nacionales de la inmensa mayoría del pueblo argentino.

Según publica el diario Perfil, el domingo 11 de Agosto de 2019 a las 22.30 nació “El Albertismo”. Fecha que será inolvidable para la memoria popular. El Albertismo, de Alberto Fernández, es la síntesis histórica que supo reunir a todas las fuerzas nacionales de la inmensa mayoría del pueblo argentino. Varias de estas corrientes serían contradictorias entre sí de no contar con un proyecto nacional que las unifique.

En su momento, los líderes capaces de construir semejante amalgama social fueron Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En todos los casos, los gobiernos populares (no populistas como lo denominan peyorativamente ciertos “académicos”) debieron afrontar las profundas crisis que generó el sistema oligárquico comercial porteño asociado al capital financiero internacional. Cada presidente, en su momento y contexto histórico determinado, llevó adelante esta batalla. Ganaron cuando se apoyaron en la amplia base obrera y popular; y perdieron cuando se encerraron en si mismos. La oligarquía parásita y el imperialismo financiero son implacables, con golpes militares, judiciales o económicos.

El renunciamiento de Cristina Fernández con Alberto, posibilitó que amplios sectores populares encontraran su espacio de expresión. El acuerdo de Alberto Fernández con Sergio Massa puso punto final a la discusión y la autocrítica implícita de Cristina garantizó el inmenso triunfo popular.

“Con Cristina no alcanza y sin Cristina no se llega” resultó una verdad comprobada. El triunfo por tan alto margen de diferencia, le permite a Alberto Fernández mayor distancia tanto de sus adversarios, como de sus aliados, convirtiéndose en el referente totalizador.

La Argentina de la especulación, de la renta fácil, de la bicicleta financiera, de los salarios de los trabajadores a los bancos y a las empresas monopólicas que sólo aumentaron sus ganancias, sin cumplir siquiera con el mínimo de inversiones a las que están obligadas, fue sepultada. La avalancha de votos reconstruyó y fortalece el gran frente nacional, cerrando sólidamente la grieta que dividía a los argentinos.

Las estadísticas oficiales no dejan lugar a dudas. Nunca estuvimos peor. El pueblo argentino deposita hoy en Alberto Fernández la responsabilidad de sacar al país del abismo más profundo que se recuerde. Ni las crisis de 1930, 1989, 2001 o 2003 llegaron a producir tanto dolor y pobreza extrema. El desafío es inmenso. Los argentinos dejaron claro que se debe retomar la senda de la producción y el trabajo; en democracia y paz social. Alberto Fernández se consolidará con los gobernadores e intendentes de todo el país, de todos los partidos políticos, incluso del PRO o radicales que respiraron aliviados con el triunfo del 11 de Agosto.

Con los trabajadores, sus delegados y dirigentes gremiales -que deberán recuperar el rol protagónico de la columna vertebral del movimiento- los industriales, empresarios chicos, medianos y grandes, los jubilados, los desocupados, los desamparados, los discriminados, los inmigrantes, los productores y trabajadores rurales. Los científicos. Los villeros. Los sin techo. Los estudiantes.

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