El israelí Gilad Gil Pereg, más conocido como el “hombre gato” por comportarse como un felino durante su detención, murió anoche en el hospital penitenciario El Sauce de Mendoza tras sufrir una descompensación. El asesino tenía 42 años y había sido condenado a prisión perpetua por matar a su madre, Pyrhia Saroussy (63), y su tía, Lily Pereg (54) en 2019.
Gilad Gil Pereg permanecía detenido en una habitación-celda dentro del hospital y pese a que el persona médico le realizó maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) durante varios minutos, no lograron salvarlo.
El “hombre gato” fue condenado en noviembre de 2021 a prisión perpetua por el doble femicidio de su madre y de su tía. Su apodo deriva de su comportamiento durante su periodo de detención, donde simulaba ser un gato, caminaba en cuatro patas y emitía maullidos similares a los de los felinos.
Incluso, en una de las audiencias, Gilad Pereg tuvo que ser porque no paró de «maullar» desde que se dio inicio al juicio por jurados .
«Señor Gilad Pereg ¿este es su nombre?», fue la primera pregunta que le formuló la jueza técnica Laura Guajardo, a lo que él respondió: «Miau».
Acto seguido, la jueza le dijo: «Antes de ingresar yo le advertí que sea en silencio y con decoro, de lo contrario habrá que retirarlo a una sala contigua», a lo que el condenado volvió a responder con un «miau».
«Basta señor, por favor. Trasládenlo», ordenó la magistrada, por lo que Pereg fue retirado de la sala de audiencias por efectivos de la policía provincial y alojado en una habitación contigua.
En el juicio, el jurado coincidió por unanimidad con el pedido del fiscal Fernando Guzzo, que había considerado «culpable» a Pereg de un «asesinato despiadado» con «plena consciencia de la criminalidad de sus actos».
Horas antes del veredicto, Pereg había reiterado en sus últimas palabras que lo estaban «tratando de culpar a la fuerza» y que le «plantaron» los cuerpos en su casa luego de detenerlo.
«Nunca negamos que tiene una enfermedad, que padece una patología» pero «no es inimputable», manifestó el fiscal en su alegato de clausura ante el jurado.