El caso positivo de COVID-19 del camillero del Hospital Alvear y su pareja, dejó al descubierto la situación habitacional de cinco familias que aún residen en los módulos del Barrio Laprida. El espacio que se armó provisoriamente para albergar a los damnificados del temporal de 2017 está ahora en aislamiento, y los vecinos que quedan en el lugar reclaman por una solución.
Una de ellas es María Esther Olima, quien vive en los módulos con sus cinco hijos, en diálogo con Diario Crónica comentó que le prometieron una vivienda en ese mismo barrio pero afirma que hasta la fecha ni siquiera comenzaron los trabajos de construcción.
Aislamiento en el albergue
Olima trabaja en el Hospital Alvear y si bien su test dio negativo para Covid-19, se encuentra en aislamiento junto a sus compañeros en el albergue municipal “Evita”, ubicado en Kilómetro 3.
“En estos momentos estoy aislada, estoy sufriendo horrores por mis hijos” cuenta la mujer que hace 9 días no puede ver a sus hijos que quedaron en el módulo y solo se comunican por llamadas.
Sobre ellos menciona: “Están bien, hay mucha gente solidaria y de buen corazón que los ayudan, les están llevando almuerzo y cena. Porque no pueden salir a comprar nada, ni moverse de ahí, excepto por los baños y duchas que los tenemos afuera”.
Al respecto de su situación comentó que debe estar en aislamiento hasta el 6 de julio, luego le van a avisar si puede volver con su familia.
Tres años en los módulos
“Me habían dicho que iba a ser por un año, después nos dijeron que aguantemos seis meses. Hace tres años y tres meses que estoy en esos módulos” expresa Olima y dice que no pueden seguir viviendo así; “es pésimo como estamos viviendo, es desesperante”, afirma.
Sobre la situación detalla: “en las uniones de los módulos tengo pedazos de trapos, esponjas y sábanas para que no entre tierra y entra igual; se llueve todo; las paredes están todas despegadas; corre viento; en tiempo de calor es inaguantable; el frío es terrible. Los baños son un desastre, no se pueden usar. Hay una ducha para todas las familias, hay adolescentes, criaturas, mamás y un marido” menciona que los baños se inundan, que tienen las puertas rotas y sin cerraduras. Además menciona que: “Es todo eléctrico, no tenemos adonde cocinar, no podemos tener cocina ni garrafa por el material del tráiler”.
“Yo voy a pelear por la casa”
Finalmente, la vecina pide que el gobierno cumpla con la entrega de viviendas y expresa que “Necesitamos una casa digna para tener a nuestros hijos”.
Recuerda que hace tiempo: “nos dijeron que estábamos en la lista para una vivienda en Laprida y que dentro de seis meses hacían las casas. Nunca limpiaron el terreno, no hay nada. Tres años mintiéndonos”, señaló.
“Estamos cansados, pero yo no voy a bajar los brazos, yo voy a pelear por la casa” afirma Olima y agrega: “quiero que alguien me escuche, que alguien nos dé una solución a toda la gente de los módulos”.