En la primera edición del reality, “El 10” visitó a “los hermanitos” y llevó un paquete blanco. Dos décadas después todavía se sigue hablando de aquel momento que quedará para siempre en la historia de la televisión.
“Ole, ole, ole, Diego, Diego” cantaban y saltaban exaltados los participantes de la primera emisión de Gran Hermano, aquel 6 de abril del 2001. En medio del encierro, los jóvenes -que para ese entonces ya eran conocidos por todo el país- habían recibido la visita del hombre más famoso de la historia: Diego Armando Maradona. Muchos años después, ese momento televisivo es aún recordado por un episodio que en su momento pasó casi inadvertido, y luego se tornó un mito: ¿qué llevó el astro a la Casa?
Luego de un comienzo fallido el ciclo había conseguido grandes marcas de rating, pero aún así desde Telefe querían un golpe de efecto, por lo que decidieron contactar a Guillermo Cóppola para que Pelusa entrara a la Casa como un invitado de honor. El paso del futbolista fue costoso, pero gracias a un auspiciante se pudo hacer efectivo. “Me dijeron que venga a darles un estímulo… Los dejo, tienen un regalo”,dijo Maradona al presentarse ante los chicos.
Años más tarde comenzaron los rumores. ¿Qué llevaba Diego en el paquete blanco que dejó caer en el patio ante el grito de: “¡No me manden al frente, boludos!”? Se comenzó a decir que era droga. Y esa sospecha ya no pudo ser frenada…
Muchos años después, Marcos Gorbán, productor de GH, le diría a Teleshow: “En muchísimas conferencias, charlas y debates sobre el programa, aparece esta pregunta. La respuesta suele, también, ser siempre la misma: ‘¿Viste el video?’. Ante la respuesta afirmativa, una segunda consulta: ‘¿Viste que sobre el vértice derecho de la pantalla están las tres pelotitas del canal? Eso salió en vivo en todo el país y en todo el mundo. Lo vieron millones de personas. Con tantos ojos y oídos sobre Gran Hermano, con tanto programa que acusaba de manipulaciones, guiones y cosas extrañas… ¿No es raro que nadie lo haya denunciado en ese momento, sino mucho después?’. A veces se impone el sentido común. Otras, la desconfianza y la paranoia”.
Diego Maradona, listo para entrar a GH (Fotos: @mgorban)
Guillermo Coppola, hacedor del encuentro
Maradona y Marcos Gorbán, histórico productor de Gran Hermano
El año pasado, el productor compartió en sus redes sociales imágenes de la previa al ingreso del ídolo a la casa y contó qué era lo que llevaba en el famoso paquetito blanco. “Fotos históricas recién escaneadas: Maradona entra a Gran Hermano, 2001 -escribió Gorbán al pie de las imágenes, reproducidas arriba de estas líneas-. En la primera se me ve cuando le explico los últimos detalles mientras le colocan el mic. En ese momento es que le di dos atados de cigarrillos envueltos en papel blanco que años después muchos creen que es otra cosa. Fake news. Foto 2: ya pasó todo. Esperamos la pizza en mi oficina. A un costado, Mariano Chihade. Foto 3: con Guillermo Cóppola alucinados, mirando todas las señales que se emitían desde la casa”.
¿Por qué llevó cigarrillos? “Con un productor dijimos: ‘Si Maradona entra sin tabaco, se lo van a fumar a él’. Entonces le dimos dos atados. Se los di yo. Lo envolvíamos en papel blanco porque si no era un chivo. Ese día el programa tuvo 25 puntos de rating, dos millones y medio (de personas) nada más que en Capital Federal y Gran Buenos Aires viendo eso. 10 años después un salame subió el video cortado. Porque si vos lo ves entero ves que a los 30 segundos están todos fumando”, dijo Gorbán a Tatiana Schapiro y Ariel Wolman por Radio Colonia, hace unos años.
Solo 60 minutos de Diego en la Casa fueron suficientes para generar un momento histórico en la televisión. Porque adonde El 10 iba, no pasaba desapercibido, nunca. En esa hora jugó al fútbol con los participantes, firmó autógrafos, se dio piquitos y bromeó sobre eventos osas que sucedían en el exterior y también en su vida.
“Vengo acá porque tengo menos casa que el Chavo del 8″ y “En Devoto no me dejan entrar ni a la cárcel”, disparó, haciendo alusión a una de las crisis que había tenido con Claudia Villafañe, con quien compartía el departamento de la famosa esquina de Segurola y La Habana, en el mencionado barrio porteño. Después de un brindis con cerveza, Diego se despidió con abrazos y besos de los hermanitos.