La avenida más ancha, el mejor jugador de fútbol ¿y la cuarentena más larga del mundo? La pandemia de coronavirus disparó especulaciones para definir si la Argentina sumaba un polémico primer puesto a su libro Guinness de excentricidades.
La respuesta es que sí, pero no tanto.
En el texto de lo que dicen los decretos del Gobierno, la cuarentena de la Argentina fue de las más estrictas -al variar sus implicancias en el tiempo, la rigurosidad es más adecuada que la longitud para evaluar las cuarentenas-. En varios meses, el país incluso encabezó el índice mundial elaborado por la Universidad de Oxford para medir las restricciones impuestas a los movimientos de los ciudadanos con el objetivo de controlar el virus. Con los datos de finales de la semana pasada, la Argentina ocupa el segundo puesto en el ranking general que mide cuán estrictos fueron los países en las cuarentenas implementadas desde el inicio de la pandemia. Honduras está primero y Libia está tercero. Pese a que se relajaron algunas actividades, la Argentina mantiene las aulas cerradas, apenas el 1% de los alumnos volvió a clases presenciales, y mantiene restricciones en la circulación. Sin embargo, una cosa es lo que dice la ley y otra es lo que de verdad ocurre. Y en ese plano, el de la realidad, la Argentina estuvo lejos de tener la cuarentena más estricta del mundo. El país ocupa el puesto 15 en el índice de Movilidad de Google para Zonas Residenciales, la variable elegida por el diario LA NACION para medir cuál fue el acatamiento de la población a las medidas de confinamiento. Ni siquiera encabezó este ranking a nivel regional.
La comparación es relevante para entender qué fue lo que falló. Pese a la supuesta cuarentena rigurosa y temprana, el resultado en la Argentina fue desastroso. Al momento, cuando estamos apenas saliendo de la primera ola del virus y el hemisferio norte atraviesa la segunda, el país está quinto en el índice de muertos por millón de habitantes, la variable definitiva a la hora de evaluar la gestión de la pandemia.
Diferentes variables
Para el análisis de la estrictez según la ley, LA NACION Data utilizó el Índice de Rigor Gubernamental de la Universidad de Oxford, que toma nueve indicadores de las medidas adoptadas por los gobiernos y genera una calificación para cada uno de ellos. Las variables incluyen cierre de escuelas y lugares de trabajo, restricciones de movimiento y transporte y pedidos de quedarse en las casas, entre otras. Son las diferentes decisiones tomadas a la hora de decretar cuarentenas y su ponderación permite inferir qué tan estricta fue la respuesta de cada país. Según ese índice, fuimos el segundo país más estricto. Pero una cosa es lo que piden, o exigen, los gobiernos y otra es el acatamiento real de la población a esas medidas. Para el análisis de lo que ocurrió en la realidad, más allá de lo que determinan los decretos, tomamos el Índice de Movilidad de Google, que utiliza datos recabados mediante los sistemas de geolocalización de los teléfonos de personas alrededor del mundo. Google toma como base de referencia el movimiento entre el 6 de enero y el 3 de febrero de 2020. Mientras que el de Oxford analiza el texto de la ley, el de Google mide el comportamiento real de las poblaciones. De todas las variables utilizadas por Google para su Índice de Movilidad, relevamos la de cuánto tiempo pasaron las personas confinadas en sus casas, una muestra clara de acatamiento a la cuarentena. En ese ranking, estamos en el puesto 15. En la comparación entre las dos variables aparece la brecha: la Argentina tuvo una cuarentena muy estricta si atendemos a lo que dice la ley, pero menos si miramos lo que ocurrió en la realidad.
Cuarentena estricta, según la ley
Según el Índice de Rigor Gubernamental, la Argentina implementó, en el inicio, la cuarentena temprana más estricta del mundo. El 24 de marzo, apenas cuatro días después de haber sido decretada, la Argentina tenía 100 puntos en el índice de Oxford, la máxima calificación posible. Compartía el primer puesto con Filipinas, Jordania, Honduras y Serbia. Perú, en el noveno puesto y encaminándose a una tragedia sanitaria más temprana y aún peor que la nuestra, era el que nos seguía en la región. Brasil y Chile, casi sin cuarentenas en aquella época, estaban muy abajo en el ranking. A los dos meses, el 24 de mayo, en la Argentina se habían relajado ciertas medidas y otros países las habían hecho más rigurosas, con lo que pasamos al puesto 15 de Rigor Gubernamental. Pronto, sin embargo, volvimos al top 10. Fuimos novenos a fin de junio y séptimos a fin de julio. Desde entonces, nunca más abandonamos el tope del ranking y llegamos a segundos a fin de septiembre -sólo Libia tenía más restricciones que nosotros- y terceros a fin de octubre, con Honduras y Venezuela a la cabeza. A finales de la semana pasada estábamos décimos en el ránking de Rigor Gubernamental de cuarentenas y comenzaban a asomarse los países europeos que están lidiando con la segunda ola, como Irlanda Francia y Grecia. El acumulado promedio de todos estos meses es lo que ubica a la Argentina segunda en el Índice de Rigor Gubernamental de la Universidad de Oxford. Del análisis de los datos surge que leyes estrictas no determinan un buen resultado en la gestión de la pandemia. El caso de la Argentina es el más elocuente. Pese a ser el segundo país más estricto, es el quinto en el ránking de muertes por millón. Lo mismo ocurre con Perú y Bolivia que, como la Argentina, tuvieron leyes muy exigentes que, sin embargo, no evitaron catástrofes sanitarias. Incluso, países que están debajo en la lista, lo que significa que fueron poco estrictos en las cuarentenas, como Nueva Zelanda, tuvieron muy buenos resultados sanitarios.
¿Qué tan rigurosa fue la cuarentena decretada por el Gobierno?
Evolución en la Argentina y en algunos países seleccionados
24 de marzo | La Argentina estaba en cuarentena estricta desde hacía cuatro días luego de que el presidente Alberto Fernández la decretara. Según Oxford, era el país con el mayor índice de Rigor.
24 de mayo | A principios de abril, Alberto Fernández anunció la extensión de una «cuarentena focalizada» en los grandes centros urbanos, como el AMBA, mientras que flexibilizó los permisos para las áreas con menos circulación del virus.
24 de julio | En conferencia de prensa desde Olivos, Alberto Fernández junto a gobernadores anunció la extensión de la cuarentena, aunque también anticipó una vuelta «a la vida habitual» de manera escalonada.
24 de septiembre | A mediados de agosto, durante uno de los anuncios de extensión de la cuarentena, el presidente Fernández sostuvo que “en la Argentina la cuarentena no existe”, más allá de que las restricciones legales seguían vigentes y los casos de COVID en el interior del país seguían aumentando.
10 de noviembre | A principio de este mes, se anunció el fin del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en el AMBA y el comienzo del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), una fase más libre pero aún con restricciones y un estancamiento en la curva de casos.
El problema es que una cosa es lo que dice la ley y otra muy diferente es lo que ocurrió en la realidad. La rigurosidad de los decretos del Gobierno nunca se reflejó en restricciones de igual dimensión en los movimientos de los argentinos. El 24 de marzo, por caso, la Argentina tenía la cuarentena más estricta del mundo según la ley, pero figuraba en el puesto 18 en el ranking de los países que registraban un mayor confinamiento de sus ciudadanos en las casas, una medida clara para medir el acatamiento a la cuarentena. Perú y Ecuador encabezaban ese índice, en el que también figuraban Italia, Francia y España en lugares destacados. Dos meses después, la Argentina ni siquiera figuraba en el top 30 de los países con mayor confinamiento en las casas, pese que las leyes de la cuarentena seguían indicándolo. Así ocurrió durante toda la pandemia. En el acumulado, la Argentina ocupa el puesto 15 de los países cuyos ciudadanos pasaron más tiempo guardados en sus casas. Pese a lo que consignaba la ley, los peruanos, bolivianos, ecuatorianos, chilenos y colombianos salieron menos de sus casas que los argentinos. Leyes estrictas, resulta claro del análisis, no garantizan un alto acatamiento. La Argentina es un claro ejemplo de esto.
¿Qué tan respetuosos de la cuarentena fuimos los argentinos?
Evolución en la Argentina y en algunos países seleccionados
24 de marzo | Hacía cuatro días que los argentinos habíamos arrancado lo que en ese momento era la cuarentena más estricta del mundo. Sin embargo, estábamos muy lejos de ser el país cuyos habitantes pasaban más tiempo en casa.
24 de mayo | Las reacciones sociales debido a las sucesivas extensiones de la cuarentena ya se hacían notar. El 25 y 30 de mayo hubo dos marchas en las principales ciudades del país para reclamar por “una cuarentena inteligente”.
24 de julio | Con un alto nivel de contagios en el AMBA y algunas capitales del interior del país, hubo varias marchas y banderazos en contra del gobierno y sus decisiones de política sanitaria. Según Google, los argentinos seguíamos disminuyendo el tiempo que pasábamos en nuestras casas.
24 de septiembre | La pandemia se trasladó al interior del país y las medidas de confinamientos de algunas provincias se endurecieron. En el AMBA, más allá de que continuaban las restricciones legales, las imágenes cotidianas mostraban que ya estábamos muy lejos de cumplirlas.
10 de noviembre | En una etapa de mayor apertura en el AMBA y en varias provincias del país, los argentinos parecen haber alcanzado la nueva normalidad, aunque las escuelas continúan cerradas y las reuniones sociales, prohibidas.
METODOLOGÍA
Para evaluar la movilidad en base a los informes de Google tomamos sólo la categoría Zonas Residenciales, que evalúa el tiempo que los ciudadanos pasan en sus casas.
Para obtener los ránkings del informe de movilidad de Google y del índice de respuesta de los gobiernos al COVID-19 de la Universidad de Oxford realizamos un promedio de todos los valores diarios hasta el 10 de noviembre.
Para obtener la evolución histórica de ambos gráficos se realizó un promedio semanal (domingo a lunes) de cada uno de los indicadores. De este modo, evitamos subas y bajas abruptas entre un día y otro.
FUENTES
Informes de Movilidad Local sobre el COVID-19 de Google.
Monitor de las respuestas de los gobiernos al COVID-19 (COVID-19 Government Response Tracker) de la Universidad de Oxford.