El capitán del seleccionado argentino, de 35 años, reconoció que la definición del domingo será su última función en un torneo mundialista
Lionel Messi no demostraba nervios ni ansiedad. Terminaba de brillar en una semifinal de un Mundial y no exhibía ningún tipo de impaciencia. El domingo, la Argentina jugará la final de una Copa del Mundo por sexta vez en su historia y pese a ello, el rosarino pareció relajado, según publica La Nación.
El número 10 llegó a ese último compromiso con la prensa mundial mascando chicle, haciendo globitos para adentro de la boca y reventándolos. Se lo veía muy calmo, como si estuviera caminando con sus hijos en alguna playa de Barcelona.
“Estoy orgulloso de poder terminar mi viaje mundialista jugando esta final. Es emocionante lo que estoy viviendo. El domingo será mi último partido en un Mundial”, sentenció el crack del París Saint Germain, en la zona mixta, tras la enorme victoria por 3-0 ante Croacia.
El capitán del seleccionado argentino argumentó que “pasarán muchos años hasta el próximo torneo”, lo que le hace pensar que “no pueda hacerlo”. “Así que espero poder terminar de la mejor manera”, deseó Leo.
“Estoy disfrutando mucho todo. Me siento bien. Me siento fuerte para afrontar cada partido. Hemos hecho un gran sacrificio. El último partido que jugamos [ante Países Bajos, por los cuartos de final] fue con prórroga. Estábamos cansados, pero el grupo agarró fuerza. Estoy muy feliz, a lo largo de esta Copa del Mundo me he divertido mucho y, por suerte, pude ayudar al grupo a conseguirlo”, aportó Messi.
El rosarino se convirtió, al igual que el alemán Lothar Matthäus, en el argentino con más goles en la historia de los Mundiales, con 11. Y alcanzó al francés Kylian Mbappé entre los máximos goleadores en Qatar, con 5.
Sobre el encuentro ante los balcánicos, Messi insistió en que estaban “confiados” en “sacar adelante el partido”, aunque les tocara “empezar perdiendo”. “Este grupo es una locura. Lo hicimos y vamos a jugar una final más”, señaló.
Y quiso dedicarle el triunfo a toda a la hinchada, pero en especial a su familia: “Me acuerdo de mi familia, que es lo máximo para mí, la que me acompañó siempre, en las buenas y en las malas. Me han pasado muchas cosas por la cabeza, es muy emocionante. Ver a esta gente y a la familia alentar durante todo el Mundial ha sido algo increíble. Vamos jugar el último partido que es lo que queríamos”.
Fue en Alemania 2006 el primer partido mundialista de Messi. En aquella goleada 6-0 frente a Serbia y Montenegro, Leo hizo su presentación con apenas 18 años y 357 días, lo que le permitió convertirse en el jugador más joven en debutar con la selección nacional en un Mundial.
En ese compromiso disputó 16 minutos, dio una asistencia y marcó un gol, lo que también hizo que pase a ser el futbolista más joven en anotar en una cita mundialista con la camiseta albiceleste.
“Hemos jugado cinco finales y, por suerte, hemos podido ganarlas. Espero que ocurra lo mismo en la final. Internamente estábamos seguros de que lo conseguiríamos, porque sabemos de lo que somos capaces. Sí, perdimos el primer partido por pequeños detalles, pero eso nos ayudó a ser más fuertes y a crecer en el torneo e internamente como equipo”, analizó.
Y agregó: “Yo diría que este plantel, más allá de las virtudes colectivas, es muy inteligente y sabio. Es algo que dijo el entrenador antes, es un plantel muy inteligente. Sabemos cuando sufrir, cuando presionar, sabemos leer los partidos, sabemos que hacer en cada momento, como ganar”.
De esta manera, Messi tendrá una gran oportunidad el próximo domingo, de encumbrar el trofeo y de terminar de escribir, en Qatar 2022, una historia cinematográfica que vivió altibajos, pero nunca dejó de encandilar.
El zurdo, en su quinto Mundial, luchará por adueñarse de la gloria definitiva en su última función.