Mañana, Javier Milei y Sergio Massa mirarán las cámaras. Sabrán que su destino depende de explotar al máximo esas dos horas de debate.Se enfrentarán, cara a cara, midiéndose para no cometer errores y forzar al otro a equivocarse y perder el control.
Las campañas modernas y, en particular los debates,no son momento para desarrollar ideas ni programas de gobierno. Son espacios para trasmitir emociones. Gana el que muestra liderazgo, el que genera más esperanza, pero también pierde el que infunde más temor, el que titubea o el que no sabe imponerse a su adversario. Lo sufrió el miércoles Agustín Rossi, cuando Victoria Villaroel lo interrumpió mil veces y, sin exponer ninguna idea, se mostró mucho más segura y dominó la discusión.
Por ese carril transitará el debate. Massa aprovechará su experiencia de gobierno, tanto como intendente, diputado y ministro de Economía; su manejo muy profesional de su carácter y del discurso y su conocimiento del Estado y muchos de los anuncios que hizo para beneficiar a distintos sectores.
Milei, economista, hará hincapié en la pobreza, la alta inflación, la inseguridad y sus dotes de histrionismo y comunicación. Todo como parte de un debate flexible, que permitirá más cruces y le dará a los dos candidatos la posibilidad de moverse frente a las cámaras. Por eso, ambos suspendieron sus actos para concentrarse, entrenar y focalizar las mejores estrategias.
En un escenario de paridad de encuestas, el debate podría ser decisivo para inclinar la balanza. “A esta altura, buena parte de los electores ya sabe a quién va a votar. Ahora, los responsables de la estrategia de las campañas empiezan a rascar el fondo de la olla”, dice un analista.
Quienes están en el fondo de la olla, el universo disponible de votos, son los electores que siguen indecisos y los que siguen diciendo que votarán en blanco. Un universo que llega, apenas, al 10%.
Ahí se entremezclan los que detestan las dos opciones disponibles; los desencantados y los que primero votaron por Juan Schiaretti o tal vez por Horacio Rodríguez Larreta, después por Patricia Bullrich y ahora tienen que buscar una tercera preferencia o, quizás, directamente no vayan a votar.
En este contexto hay cinco datos para tener en cuenta y que pueden ayudan a prever lo que vendrá en estos días clave:
- El acercamiento de Mauricio Macri a Javier Milei aceleró la transferencia de los votos duros de Patricia Bullrich. Los encuestadores coinciden en que el 60% ya migraron. No hay mucho margen para crecer aun más en ese universo.
- Massa y Milei se esfuerzan por mostrar que la elección es muy pareja y cada uno de ellos sostiene que va segundo, no primero: es una forma de movilizar a los propios y de pedir a los indecisos el voto para que no gane el adversario. En el balotaje no se elige, sino que se opta por votar el mal menor.
- Milei, es cierto, dio un gran salto en el electorado y acortó la distancia. Durante las últimas dos semanas, Creció mucho más que Massa, pero esa suba ya habría tocado un techo, explican varios encuestadores.
- Es tan estrecho el margen que separa a los dos candidatos, que los responsables de la campaña despliegan mapas forenses, una verdadera autopsia del país, que indican distritos y zonas donde pueden conseguirse unos votos más.
- Hay, también, una certeza: cualquier factor, un cisne negro o un error no forzado que puede ocurrir desde hoy al 19, puede desestabilizar el escenario.
Massa no puede soportar otro error como el cometió YPF cuando dejó sin nafta a todo el país. Y, por ser el hombre que maneja la economía, es el que está más expuesto a lo imprevisible. La semana anterior, el candidato perdió algunos puntos por el efecto del faltante de naftas, un error no forzado. El entorno de Máximo Kirchner y de La Cámpora le viene deparando sorpresas agrias: primero fue Martín Insaurralde; luego, el problema con los combustibles y esta semana el escándalo del espionaje.
Ese drenaje de votos ya se frenó, pero no puede perder m{as. No le sobra nada. Por eso, también intenta reforzar el abastecimiento en los supermercados para evitar quejas de los consumidores. En lo económico, el dólar blue y los dólares financieros bajaron y se mantuvieron calmos hasta ayer, pero ahora pegaron un salto. Vuelve la dolarización? No es lo mismo llegar al 19 con un dólar por debajo de los $900 que hacerlo con un dólar de pánico en $1200. Mientras el índice de inflación, que se conocerá el lunes, aun siendo muy alto, será inferior al de septiembre.
Así se llega al debate del domingo, donde es esperable ver a Massa en ‘estado zen’ y a Milei mucho más calmo que de costumbre.
Ambos intentarán repetir sus trucos. Massa volverá a desplegar su acto de ilusionismo para hacerle creer a los electores que el kirchnerismo es cosa del pasado. Y Milei, luego de su acuerdo con Macri, intenta mostrarse ubicado más al centro político.
El libertario tendrá mucho para cuestionar a Massa: la inflación, la pobreza, la crisis de la salud, la calidad de la educación y muchos déficit más del gobierno de Alberto Fernández que comenzó hace cuatro años. El ministro, por su parte, aprovechará cualquier flaqueza de su oponente para mostrarlo como imprevisible y contradictorio, todos los cambios de discurso que tuvo durante los últimos cinco meses.
Una respuesta acertada, una mirada, un error, puede marcar la diferencia. No sólo porque habrá millones de personas mirándolos, sino porque el recorte que se hace de esos instantes en las redes llegará, durante los siguientes días, a otros muchos votantes.
Seis ejes temáticos, réplicas y cruces cara a cara: así será el debate de los candidatos antes del balotaje
La Cámara Nacional Electoral (CNE) difundió el reglamento del debate que comenzará a las 21, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), una semana antes del balotaje.
Los candidatos tendrán en el atril material gráfico, pero no podrán mostrarlo a cámara. A su vez, queda prohibido llevar cualquier dispositivo electrónico. La organización del evento les brindará hojas en blanco y una lapicera, además de la hoja de ruta del debate.
El sorteo determinó que los candidatos debatirán seis ejes temáticos de 12 minutos cada uno, que el postulante administrará a su gusto:
- Economía
- Relaciones de la Argentina con el mundo
- Educación y Salud
- Producción y trabajo
- Seguridad
- Derechos Humanos y convivencia
Los bloques del encuentro se dividirán en:
- Apertura y presentación
- Exposición de las temáticas 1, 2 y 3
- Exposición de las temáticas 4, 5 y 6
- Cierre
“Se realizarán pausas de programación que permiten a los candidatos conversar con su equipo asesor, descansar y/o prepararse para el próximo bloque”, señala el reglamento. Asimismo, se informó que el debate previo a la segunda vuelta tendrá una duración aproximada de 1 horas y 54 minutos.
En el sorteo que se realizó este miércoles en la sede la CNE se determinó que el primero en presentarse será Massa y luego Milei. De acuerdo con las reglas acordadas, ambos postulantes contarán con un minuto de presentación y dos minutos para el cierre de sus conclusiones.
En cuanto a las ubicaciones, en el atril de la izquierda estará el candidato libertario, mientras que en el de la derecha se ubicará el candidato oficialista.
A fin de generar más interacción entre los protagonistas, se definió que el debate será a micrófono abierto, con lo que se permiten las interrupciones, cuestionamientos y cruces en cada tema. El tiempo de cada intervención se descontará de los 6 minutos de los que disponen los candidatos por bloque.
También podrán replicar afirmaciones y mirarse cara a cara, sin tener que conservar su ubicación en el atril. Habrá un espacio delimitado sobre el escenario en el que cada uno podrá moverse para evitar problemas con los planos de las cámaras.
Los equipos técnicos de cada candidato acordaron que el tercer debate estará moderado por los periodistas Luciana Geuna (Canal 13), Pablo Vigna (TV Pública), Erica Fontana (Telefe) y Antonio Laje (América).